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Mateo Bautista García. Duelos para la esperanza
Prólogo
Quedé sola y sin mis dos hijos, pero..
Fue la última vez que vi a mi hija Andrea con vida
La última en enterarse es la mamá
La vuelta a casa
Cada uno había encaminado el duelo como había podido
Voy a dar la última vuelta en bicicleta
Quedé sola y con las manos vacías
Como en un túnel, al principio oscuro, con agua en los pies..
A los que están atravesando un duelo
Sin perdón nunca se sana el duelo
Nos ofrecieron hacerle lo que quisiéramos dentro de la cárcel
Creía que tener compasión era traicionar a nuestro hijo
Pude perdonarlo desde el corazón
El perdón te libera, te da paz y es una de las claves para encontrar nuevamente la felicidad
Cuando asesinaron a mi esposo de 28 años..
No podía entender que le hubieran robado la vida
Compartir el sufrimiento con alguien te marca la vida
¡Nunca le regalé mi odio!
Los duelos sin elaborar no son una buena inversión para la vida
A partir de ahí comencé a replantearme toda mi vida
Cada semana me llevaba a casa nuevas herramientas para elaborar el duelo
Tomarme el duelo como un trabajo me ayuda mucho
«Adiós» hay que leerlo: «a-Dios»
El camino del duelo por la muerte de un hijo es desolador, no se puede ni se debe hacer en solitario
También quería yo sepultarme con él
Los dos íbamos por diferentes caminos
El duelo sin espiritualidad es anémico
Los duelos mal elaborados pasan factura
En casa de nuestro hijo no se hizo el duelo de nuestra nieta y no se hablaba de la muerte
Mi esposa no se podía levantar de la cama y había que asistirla permanentemente
Yo pensé que ya no tenía años por vivir
Que el duelo bien elaborado nos pase factura para bien
¡Bronca, bronca, más bronca!
¿Dónde está, oh Dios, tu mano generosa? ¿Dónde estás, Dios?
Pasábamos noches enteras llorando ambos y sin dormir
Nuestros otros tres hijos tendrían que vivir con dos padres zombis
Después de un gran dolor una persona no es la misma, para bien o para mal
Mi hijo se suicidó
Hay un instante que dura un segundo y a su vez una eternidad en el que la vida cambia para siempre
Quitarse la vida es algo muy difícil de entender y aceptar. Es traumático, impactante, cuestionador
Creo que solo es inteligible para Dios..
Qué mayor liberación que la de poder sanar nuestro espíritu
Los hermanos también hacen el duelo
Culpé a mi vida y la amargué hasta olvidarme de mis hijas
Cuando muere tu hermano es como perder la parte de vida que viviste con él
Cuando muere un hermano se te ahueca el corazón y no vuelves a rellenarlo
Cuando muere un hermano, parece que tus padres ya no son tu familia
Ante la muerte de mis dos únicos hijos, tenía dos alternativas..
Mi vida era un torbellino que daba vueltas y más vueltas
Mi vida no era vida, era un sobrevivir, era un malvivir, era un sinvivir
No te ensimismes en el torbellino de tu sufrimiento
Tus palabras te sanarán
¡A mí nadie podía ayudarme!
¡Era, ciertamente, un sufrir sanamente para dejar de sufrir!
El hablar sana..
Mi marido y mi hijo murieron en un accidente
Me sobrecargaba de pena especialmente por mi pequeña nieta, apenas de cinco años
Y así íbamos caminando en la elaboración del duelo, «golpe a golpe, beso a beso»
Duelo es la actitud que tomamos ante el sufrimiento. Y eso depende exclusivamente de nosotros
¡Nadie había sufrido más que nosotros!
Queríamos que el tiempo se detuviese y deseábamos volver todo atrás
Parecía que tenía un espejo frente a mí y solo me veía yo
Mi reproche con Dios era porque yo amaba y quería tener a mi hijo
Consolando con el aceite con que Él nos consoló
¡Sentía próxima mi muerte! Era mi íntimo secreto
¡Hasta que volvamos a vernos, hijo!
Le dije a la muerte: «¡No más! No has triunfado»
Dejar que nuestro corazón en invierno sea arropado por Dios
Si cuidas la herida de tu hermano, el Señor cicatrizará pronto la tuya
Carlos reía frente a nuestros hijos, pero por las noches yo lo oía llorar
Y me pude decir a mí misma: «¡Ya soy libre!»
¡Nuestra casa se convirtió en una trampa!
Dios no está en los aires, está en el interior de cada persona
La gracia de ser coordinadoras
Ser coordinadoras no solo nos sirvió para reforzar la sanación de nuestro duelo
Nosotras, dando, hemos sido las más favorecidas
En el dolor, no levantar fortalezas inexpugnables de egocentrismo
Mi inquietud era saber qué ocurría después de la muerte física, si con ella todo terminaba
No me daba cuenta de que mis seres queridos querían celebrar la vida juntos
Aprendí mucho sobre mí misma y a corregirme también mucho..
Como el ave fénix, comencé a resurgir desde mi sufrimiento
No me imaginaba la vida sin él
En el amor de Dios nos unimos los dos
Sin hacer el proceso del duelo sufriremos aún más y haremos sufrir a los demás
Murió hace 26 años y acabo de completar mi duelo
Siempre aparece la culpa como si nos hiciera falta
En el duelo a lo único que hay que resignarse es a no resignarse
Por experiencia sé que lo que no se asume y se resigna no se supera
Solamente Dios nos mantenía en pie
En sintonía con tus pares, compartes no solo tu aflicción, sino sobre todo un camino de sanación
La palabra «felicidad» la habíamos borrado del diccionario de nuestra vida
Ayer una desgracia, hoy una gracia
Creíamos que aturdiéndonos con el trabajo y el correr de un lado a otro se calmaría la sed de extrañeza
Recreé valores morales y espirituales que no tenía
No es bueno enamorar con la pena y enquistarse en la solitaria y anulante soledad
¡La culpa! ¡La culpa! ¡La culpa!
Teníamos la necesidad imperiosa de verlo, tocarlo, olerlo..
Había estado ese tiempo tratando de que todo estuviera mejor mágicamente
¡Nunca imaginamos que el miedo se metiera tanto en el cuerpo y en el alma!
No quedarse enjaulados en el sufrimiento
El duelo de los recuerdos sufrientes
El barco de nuestra vida parecía perder el timón y el timonel
Las personas fallecidas no se pierden. ¡Nosotros, en duelo, somos los perdidos!
Agos no es una mera historia o recuerdo; es ella misma en plenitud
Pocholita, te prometo que no dejaré de ser feliz
Cuando Marcela murió, yo morí con ella
Me recibieron con mucho amor
¡Ojalá que los demás se extrañen de que somos felices!
Si se transforma el sufriente, se transforma el sufrimiento
Verlo sufrir era desgarrador, pero al mismo tiempo era mi maestro
La mayor tragedia de la vida no es la muerte, sino no saber cómo vivirla
Me levantaba por la mañana deseando estar en otra piel
El mejor homenaje a un ser amado fallecido es «resucitar» uno mismo
Motivar que toda la familia viva como resucitada
Ahora nosotros éramos los pequeños, los que quedábamos paralizados
Estando la familia en duelo, todos debemos ser venda de todos y de cada uno
Sentir ese amor de ida y vuelta
Parecía imposible: podemos ser felices
En ese momento se anula la vida misma, el sentir, el pensar, el razonar..
Cómo hacer para vivir con un hijo muerto
Aprendimos a amar a Thiago de otra manera, sin tocarlo ni verlo
El duelo de Dios Padre
Así se habrá sentido también mi hijo, como el tuyo, Dios Padre
Desentrañada, me arrancaron al hijo de mis entrañas
Nuestro párroco nos insinúa que hablamos poco de nuestro hijo resucitado
La felicidad de la resurrección del ser querido es nuestra propia felicidad, motivación y compromiso
Homilía del papa Francisco: «Muerte, Resurrección, Vida»1
El duelo en la web
