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AA.VV. Jesús Martínez Guerricabeitia: coleccionista y mecenas
Sumario
Presentació
Acto académico de entrega de la Medalla de la Universitat de València
Laudatio
Discurso de recepción de la Medalla de la Universitat de València
Parlament de l’Excm. Sr. Pedro Ruiz Torres, Rector Magnífic de la Universitat de València
Relato de una biografía escindida
De Villar a Requena: la ética familiar y el estímulo de la cultura
El drama de la Guerra Civil y sus consecuencias
Abriéndose camino en la Valencia de la posguerra
La aventura de América: de Barranquilla a las Islas Vírgenes
El regreso a Valencia: del estar profesional a la construcción del ser cultural
De coleccionista de libros y cuadros a mecenas de las artes y las letras
Els anys seixanta i Ruedo Ibérico
Ruedo Ibérico
El trencament del fosc
La tasca silenciosa de Jesús Amor Martínez Guerricabeitia
La solidaritat i l’honradesa del marxista
Jesús Amor Martínez Guerricabeitia en el temps
Bibliografía citada
A. Hemeroteca
B. Fondo antiguo
C. Fondo gráfico
D. Fondo moderno
Entrevistas
Epílogo
El legado artístico
El legado bibliográfico
El futuro de los legados de Martínez Guerricabeitia
Anexo 1. Bienales Martínez Guerricabeitia
ANEXO 2. Los catálogos editados
ANEXO 3. La colección de libros Estética & Crítica
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Jesús Martínez Guerricabeitia: coleccionista y mecenas
JESÚS MARTÍNEZ GUERRICABEITIA
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¿Qué distintas opciones políticas se estaban fraguando por parte de ambos? Aunque en el intercambio epistolar de aquella época se suceden detallados comentarios sobre la situación internacional del momento, nunca sobre la situación política española. Desde luego, existía el fundado temor de que las cartas fueran interceptadas por la policía. Pero es evidente que ha fraguado ya una perspectiva vital completamente distinta. Desde una personalidad más fuerte y realista, curtido por la lucha diaria para salir adelante, Jesús –súbito mentor de su hermano mayor– le recomienda encarecidamente que no se comprometa sin necesidad: «No te ates socialmente a nadie [...]. Nada que te obligue a cosas distintas que no sean vivir enconchado después de lo de aquí. Ni políticas tampoco. Lo mismo amorosas». Estas palabras (y subrayo específicamente una frase decisiva) se las dirige Jesús en septiembre de 1948, apenas recién llegado a París su hermano. Y cabe leerlas no solo a la luz de la tremenda experiencia sufrida por los suyos en la década anterior, sino desde el espejo en el que Jesús adivina el influjo que en su propia aspiración de libertad han proyectado los egos de su padre y hermano:
Si a mí me pasara lo mismo, ya ves: pasaría de un cúmulo de preocupaciones que ahora, ligado como estoy a muchas cosas, me sujetan a sentirme completamente libre, sin más preocupaciones que saber qué he de comer y cenar este día y el que viene Dios dirá. Esa es la verdadera libertad, y sobre todo como cambio de sistema.78
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