Crónicas del desencuentro (02-13)

Реклама. ООО «ЛитРес», ИНН: 7719571260.
Оглавление
Adán Calatayud Espinoza. Crónicas del desencuentro (02-13)
Отрывок из книги
adán calatayud espinoza
CRÓNICAS DEL DESENCUENTRO (02-13)
.....
Y así empezaron mis viajes. Cada cual más urgente y enredado que el anterior. De Bogotá a alguno de los países en los que mi editorial tuviera una filial. A mi regreso, un nuevo viaje pospuso una vez más nuestro tan esperado encuentro: la madre de Raphaela falleció y sus parientes decidieron enterrarla en su pueblo natal, un apacible caserío de Cajamarca y tuve que acompañar a Raphaela en su viaje. Hace menos de una semana llegué a Lima. No quería regresar sin ella, pero me pidió que la dejara sola un tiempo porque necesitaba pensar en muchas cosas. Una vez en la ciudad, empecé a buscar a los muchachos. De Carlos te puedo decir que anda de gira por el sur del país con un grupo de teatro. Ramiro prepara una exposición para dentro de un par de semanas y prometió venir con nuestras invitaciones en cuanto se diera un respiro. Lucho va a publicar su segunda novela. Y de mí te puedo decir que, aunque sigo sin un centavo en el bolsillo, gracias a Rafaela he aprendido a ver las cosas con optimismo.
Disculpa que insista, Alfredo, pero sigo pensando que aquí ha ocurrido algo. Hace un par de horas, para hacer más llevadera la espera, bajé a la playa a ver morir la tarde y de paso averiguar si no estabas nadando o tomando sol, y me encontré con nuestro amigo el buzo. Me saludó a lo lejos porque justo en el momento en que yo descendía los escalones del malecón, él se disponía a sumergirse. Levantó la mano izquierda y desapareció entre las aguas. Luego de unos minutos apareció con el brazo derecho en alto enseñando su preciado botín. Luego se acercó a la orilla y, ante mi curiosidad por el precio de sus mariscos, respondió, como siempre, que pescaba por diversión y que todo lo que conseguía del mar era para que su esposa le preparara algo para la cena y... «tal vez en otra ocasión tú y tus amigos podrían compartir la cena con mi mujer y mis hijos». Todo parecía igual, pero había algo extraño. Sentí que el mar, la arena, las aves, el cielo amarillo querían decirme algo que no entendía, o que tal vez no quería entender. Querían advertirme que esta sería la primera vez que, a pesar de la larga espera, no te iba a encontrar. Y como para contradecir a la playa, nuestro amigo el buzo entraba y salía del mar enseñando lo que conseguía en cada incursión, saludándome con el brazo en alto, diciéndome «todo sigue igual, no ha pasado nada, como siempre el tiempo se ha olvidado de esta parte de la ciudad».
.....