¿Por qué somos llamados tú y yo a compartir nuestra fe? La respuesta es simple: de eso dependen nuestro propio crecimiento espiritual e incluso nuestro destino eterno. Testificar no tiene que ver con llenar la iglesia con miembros nuevos. No tiene que ver con el crecimiento institucional ni con alcanzar objetivos. Compartimos el evangelio a fin de glorificar a Dios y preparar a la iglesia para encontrarse con Jesús cuando regrese. Y logramos eso al compartir a Jesús.
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Alejandro Bullón. Compartir a Jesús es todo
Compartir a Jesús es todo
Prefacio
Capítulo 1 ¿Qué reino estamos construyendo?
Para reflexionar
Capítulo 2 ¡El sueño de Dios!
Para reflexionar
Capítulo 3. El porqué de la misión
Para reflexionar
Capítulo 4. El evangelio se hizo carne
Para reflexionar
Capítulo 5 ¿Cómo deseaba Jesús evangelizar al mundo?
Para reflexionar
Capítulo 6. Amistad con propósito
Para reflexionar
Capítulo 7 ¿Por qué debes llevar almas a los pies de Cristo?
Para reflexionar
Capítulo 8 ¿Para qué existe la iglesia?
Para reflexionar
Capítulo 9 ¿Métodos humanos o plan maestro?
Para reflexionar
Capítulo 10. Un desafío a los pastores
Para reflexionar
Capítulo 11. Y ¿dónde queda el evangelismo público?
Para reflexionar
Capítulo 12. De dos en dos y en pequeños grupos
Para reflexionar
Capítulo 13. El lugar de las publicaciones
Para reflexionar
Отрывок из книги
Alejandro Bullón
Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.
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Usando solo técnicas administrativas y de liderazgo, es posible hacer crecer la estructura de la iglesia, sin que necesariamente crezca el reino de Dios, pero es imposible que el reino de Dios crezca sin que la estructura también lo haga.
Lo que me lleva a escribir este libro es el peligro que corremos de equivocarnos en la comprensión de lo que es el reino de Dios. Esa fue la tragedia de los discípulos y puede ser también la nuestra. El reino de Dios tiene instituciones, miembros, estadísticas, presupuestos, gráficos, registros de entradas y salidas monetarias, pero es mucho más que esto. Si cada cristiano no crece espiritualmente, si la iglesia no lleva a cada nuevo convertido a una vida de permanente comunión con Dios, si cada cristiano no ora, no estudia la Biblia y no guía a las personas a los pies de Cristo, no existe tal reino de Dios.