Ciencia y vida. Mi verdad
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Antonio Alcaide García. Ciencia y vida. Mi verdad
PRÓLOGO
PREFACIO
Capítulo 1. La humilde espinaca, Spinacia oleracea; sin flores ni aromas, pero con cloroplastos llenos de secretos y vida
El Instituto Alonso Barba
Mi vida de joven investigador en Madrid
La Residencia de Estudiantes
Algo más sobre mi vida de joven investigador en Madrid
Capítulo 2. Las plantas: un mundo de fantasía
El Institut de Chimie des Substances Naturelles
El curioso esterol con 26 átomos de carbono
Mi segundo doctorado en Bioquímica —Chimie Biologique—
Algunos recuerdos de mi vida en París
Capítulo 3. Historias —pequeñas— de Filadelfia: semillas de plantas en germinación y un protozoo
El Department of Biological Sciences en la Universidad de Drexel
Otros recuerdos de Filadelfia
Capítulo 4. De nuevo en Gif: plantas, microorganismos e invertebrados
Más recuerdos, científicos y no científicos, de mi vuelta a Europa
Capítulo 5. Alcalá de Henares: su universidad, su cielo azul, sus cigüeñas
Algo más de ciencia y algunas anécdotas alrededor del ibuprofeno
Mis ratos de ocio en Nottingham y sus alrededores
De Nottingham a Alcalá de Henares: mi vida académica
Más reflexiones sobre la Universidad de Alcalá de Henares
Algunas curiosidades académicas
Más curiosidades
Capítulo 6. Y de nuevo, el mundo ¿a mis pies?
Más acerca de los BRM (Biological Response Modifiers)
Mis ratos libres en otros países
Capítulo 7. Nuevos sueños científicos: serendipity y el Phlebodium decumanum
El sorprendente mundo de las polipodiáceas hondureñas
La planta
El extracto
Actividad biológica
Etapas cubiertas en el largo período que va desde 1990
De Alma-Ata, del primer Congreso Americano-Caribeño de Enfermedades Infecciosas y Sida y del CBD (Convention of Biological Diversity): tres fechas para no olvidar
Aquel vuelo de AA de Miami a Tegucigalpa
Un 21 de febrero cualquiera
30 de agosto de 1998. Mi aparición en la Fundación Amor y Vida
El Jackson Memorial Hospital de Miami
El Centro de Oncología Emma Romero de Callejas, 1998
El Hospital MD Anderson de Houston
3 de febrero de 2006. El CBD (Convention of Biological Divesity o, en español, Convenio de la Biodiversidad)
Retazos del alma en este largo período
Otras caprichosas ilusiones vividas estos años
Capítulo 8 ¿Más sueños o más realidades?
Nuevos caminos, nuevas perspectivas (Francia, EE.UU., ¿otra vez España?)
Nuevos trabajos biológicos
Algunas anécdotas de aeropuertos en mis idas y venidas a Honduras
Mis ratos libres en Boston: mis bibliotecas y sus secretos
El ventrílocuo que cambió el mundo
Una tarde en Bergerac
Capítulo 9. Más ilusiones y mucha serendipity: el científico también se asoma a otros mundos
El científico se asoma al flamenco
El científico en el mundo del toro
Un científico antequeraneando: la Semana Santa
El científico ante el Día de Andalucía
El científico se asoma de nuevo a su Semana Santa
El científico observa perplejo la obscenidad política
Y el científico vuelve a lo suyo: continúa investigando y aprendiendo
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS
Отрывок из книги
CIENCIA Y VIDA. MI VERDAD
CIENCIA Y VIDA. MI VERDAD
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Quise acompañar los sones de estos cantes, considerados «no jondos» por el gran Antonio Mairena, con algún aroma. Nardo, pensé. Y fui al mercado de Maravillas. Recurrí a mi amigo Mariano, pero esta vez no tuve suerte. Mariano me aclaró que ¡no era tiempo de nardos! Esta vez me hube de contentar con imaginar mi aroma preferido, el aroma de nardo.
Yo era feliz y mi vida, igualmente feliz. No tenía tiempo para hacer muchas cosas. Quería aprender, investigar, leer y… seguir escuchando y aprendiendo flamenco de «las fuentes». Se decía que el mejor flamenco estaba en los tablaos de Madrid. No reparaba en las pequeñas dificultades de cada día. Estaba un poquito justo de dinero; viví el primer mes en Madrid gracias al dinero que tenía ahorrado para pagar el título de licenciado y que no tuve que desembolsar por haber logrado, sin buscarlo ni prestar atención, el ansiado por otros premio extraordinario de licenciatura. Recuerdo la expresión de tristeza de nuestro profesor D. Ricardo Granados Jarque cuando nos despidió a mi amigo Antonio y a mí con un expresivo y sentido: «Se nos van de la facultad los dos premios extraordinarios».
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