Drácula y otros relatos de terror
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Bram Stoker. Drácula y otros relatos de terror
Отрывок из книги
Estudio Preliminar
La más popular, famosa y genial novela sobre el tema vampírico fue escrita por el irlandés Bram Stoker (1847-1912), titulada Drácula (Dracul = Demonio, Drácula=hijo del Demonio en rumano) inspirada probablemente en la persona de Vlad Tepes, reyezuelo de Transilvania (en la actual Rumania) que en el siglo XV mantuvo a raya a los turcos con métodos expeditivos como el de empalar a sus enemigos (de aquí su apodo de El empalador). Drácula sería una acepción peyorativa puesto que originariamente se refería a Dragón, a la Orden del Dragón, orden de la nobleza rumana medieval a la que pertenecería Vlad Tepes, tenido más que por un vampiro, como una especie de Carlomagno o Arturo, dispuesto a volver de entre los muertos, si su patria se hallaba amenazada. Drácula de Bram Stoker salió a la luz el 26 de mayo de 1897 en Nueva York, porque en el Reino Unido los editores no aceptaron el manuscrito. Stoker era un escritor muy poco conocido, funcionario público, mago, aficionado al ocultismo y asiduo partidario a las prácticas espiritistas (se le atribuye la pertenencia como miembro de la sociedad secreta Golden Dawn). La lectura de Drácula, evidencia que se inspiró en gente como Lord Byron, Mary Shelley, Polidori, Sheridan Le Fanu, Oscar Wilde... lo que le permitió no solo escribir esta novela, sino alguna que otra más como La guarida del gusano blanco, también de argumento vampírico. Drácula, tuvo un éxito extraordinario en los Estado Unidos, mucho antes de que lo alcanzara en Europa y se convirtiera en arquetipo de los vampiros. La novela fue la cristalización de todo cuanto había vivido su autor y de las personas que había conocido. Su vida gris al servicio del brillante Henry Irving fue un detonante que hizo explotar toda las fobias y represiones de una época llena de tabúes e hipocresía. No olvidemos que Stoker es producto de la época Victoriana. El autor no se olvidó del incipiente movimiento feminista, de los avances técnicos: la cámara fotográfica, la máquina de escribir, el fonógrafo, el telégrafo... Uno de los grandes aciertos fue que en más de trescientas páginas, el conde Drácula no aparece en todas. Pero su presencia se palpa en todas ellas. Es probable que a lo largo de la narración Stoker dirimiera su propia batalla interior y aunque otorgará la victoria a los buenos, estos aparecen retratados con menos interés, con una cierta desgana que hace todavía más relevante la fuerte personalidad del Conde, protagonista indiscutible, al que el autor prepara un final acorde con la moral vigente y muy a pesar suyo.
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De repente, mientras el cochero hablaba, los caballos comenzaron a relinchar y a resoplar, lanzándose a la carrera bruscamente, por lo que el cochero tuvo que hacer un gran esfuerzo para sosegarlos. Al cabo de un momento, mientras el resto de los pasajeros se santiguaban, una calesa tirada por cuatro caballos apareció a nuestras espaldas, parándose junto a nuestra diligencia mientras los campesinos que me acompañaban se santiguaban y lanzaban gritos al unísono. Debido al resplandor de nuestros faroles pude ver que aquel carruaje era tirado por unos caballos espléndidos y negros como el carbón, los cuales eran conducidos por un hombre alto, con espesa, larga y oscura barba y un gran sombrero también de color negro, que le ocultaba gran parte del rostro. Al volverse hacia nosotros pude distinguir un par de ojos muy brillantes que a la luz del farol parecían enrojecidos. Entonces le dijo al cochero de nuestra diligencia:
—Pasas muy temprano esta noche, amigo.
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