El pericazo sarniento
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Carlos Velázquez. El pericazo sarniento
El pericazo sarniento
Gente poseída por las drogas
Smalltown
Mi primer conecte
No voy en tren, voy en avión
Pascual days
I was born in a crossfire hurricaine
La mente es una broma
En las cantinas dejé mis primaveras
The drug life and fast times of El Pájaro
Living la vida en coca
New car caviar four star daydream think i’ll buy
No fueron las pastillas fueron los hombres de gris
“This is Yesterday”
San Pedro
Y los muchachos del barrio le llamaban soda, y unos hombres con el polvo blanco me dijeron ven
Peyote
El joven manos de tarjeta
La Paleta Payaso
El divorcio
Los años del plomo
Me verás volver
Frank’s Wild Years
Una bestia en apuros
Miedo y asco en Lima
Más de lo que te imaginas, me estoy portando dark y me fascina
Una raya con Ray Loriga
Me hace falta ver más bax
Darkness on the Edge of Tour
Me estoy sintiendo bien de cuerpo y alma
Отрывок из книги
(Selfie con cocaína)
Carlos Velázquez
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Agarré confianza suficiente para meter a la bodega casets junto a la comida. Después desodorantes, juguetes, chocolates. Al principio eran rigurosos con la revisión al terminar el turno en Walmart, como nunca me encontraron nada se relajaron. Salía de la tienda con la mochila repleta de fayuca. Y mi pequeño imperio habría continuado si no hubiera dado un paso en falso. Una tarde que había saqueado de lo lindo, en lugar de marcharme a casa con mi botín decidí continuar la expropiación. Me atraparon dentro de un supermercado. Antes de que me detuvieran los guardias conseguí deshacerme de la mercancía. Me metieron a la tienda. Me iban a dejar ir, pero abrieron mi mochila, la había dejado en paquetería, y descubrieron el mandado. Me subieron esposado a una patrulla.
Pasé la noche en los separos de la Colón. Me fotografiaron con On the Road de Jack Kerouac en la mano, también me lo había piñado, y salí en el Extra, en la galería de malandros. Aún conservo el periódico. No me presenté a trabajar en Walmart hasta el día siguiente. Me esperaban. El gerente y El Moño me pusieron la edición del Extra en la jeta. Por qué, Carlos, me cuestionó el gerente. Recuerdo cada una de sus palabras. Eres un magnífico elemento. Por políticas de la empresa no puedes conservar el puesto. Qué decentes se comportaron. Habían revisado los videos de la tienda y se enteraron de todo lo que robé, no me levantaron cargos y todavía me indemnizaron. Cuando me quedé a solas con El Moño me encaró para decirme que lo había decepcionado. Por qué, insistía. Le confesé que las pastillas me despertaban un apetito profesional por la uña. Le rompí doblemente el corazón. Váyase, me dijo y se echó a llorar.
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