Los relatos que componen este libro poseen esa particular forma de impureza de la que puede surgir la comprensión hacia los otros: ninguno de los personajes maltrechos que habitan estas once historias tiene toda la razón o está totalmente equivocado; ninguna bondad es total aquí, ninguna mezquindad es absoluta. El talento de McLaughlin para hacer surgir los detalles que expresan la ambigua complejidad de la conducta humana convierte estos relatos en poderosas piezas literarias de singular lucidez. "La escritura de McLaughlin es tan atrapante y visual que el lector se mete de lleno en la historia desde el primer párrafo." Sophie Gorman, Irish Independent "Este libro no es un debut en el sentido usual, es decir, una promesa de grandes cosas por venir. No es necesario preguntar qué hará Danielle McLaughlin luego: ya lo ha hecho. Este libro llegó para quedarse con nosotros por mucho tiempo." Anne Enright
Оглавление
Danielle McLaughlin. Dinosaurios en otros planetas
El arte del vendado de pies
A quienes combato no odio
Todo sobre Alice
Junto al río salpicado de garzas
La noche del zorro plateado
No eran laureles de jardín
Silueta
Un país diferente
El olor de las flores muertas
En plena caída
Dinosaurios en otros planetas
Sobre esta obra
TÍTULOS ANTERIORES
Отрывок из книги
DANIELLE MCLAUGHLIN
Dinosaurios
.....
Pero ella había resistido al fin y al cabo, y su resistencia había sido recompensada. Él había entrado en razón, como sabía que entraría, y cuando llegó el cumpleaños de Becky, Janice se acercó a la madre de Mandy Wilson en la puerta de la escuela y le entregó una invitación. La madre de Mandy apareció en la casa aquel viernes por la tarde. La hija, tímida, estaba a su lado con un vestido azul de fiesta. Aceptó una copa de cóctel de sauco y elogió el tipo de cristal. Y después se enredó con otras madres y con Janice en una conversación estridente y vertiginosa, llegó a reírse, aunque un poco histéricamente, mientras las niñitas subían y bajaban la escalera o se sentaban en círculos en el piso y se hacían trenzas en el pelo.
Vaya antes del amanecer a la estatua de la Doncella de Pies Diminutos. Allí debe dejar bolas de arroz mezcladas con bayas de goji, y un par de zapatillas de seda, no más grandes que un gorrión.