Los Apóstoles
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Ernest Renan. Los Apóstoles
Los Apóstoles
Índice
INTRODUCCION
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO XIII
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVIII
CAPÍTULO XIX
NOTAS
Отрывок из книги
Ernest Renan
Publicado por Good Press, 2022
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Aquí debe hacerse en efecto una distincion fundamental: bajo el punto de vista del valor histórico, el libro de las Actas se divide en dos partes: la una que comprende los doce primeros capítulos y refiere los hechos principales de la historia de la Iglesia primitiva, y la otra que contiene los diez y seis capítulos restantes consagrados todos á las misiones de San Pablo. En esta segunda parte hay dos clases de relatos; uno en que el narrador aparece como testigo ocular y otro en que no hace más que referir lo que le han dicho, pero aun en este último caso, claro está que su autoridad es grande. Con frecuencia se vé que las conversaciones de Pablo son las que han facilitado las noticias, y hácia el fin, sobre todo, la narracion adquiere un carácter de precision notable. Las últimas páginas de las Actas son las únicas históricas que tenemos sobre los originales cristianos; las primeras por el contrario son las más atacables de todo el Nuevo Testamento. Al hablar de los primeros años, es particularmente cuando el autor obedece á ideas preconcebidas semejantes á las que le preocuparon en la composicion de su Evangelio. Su sistema de los cuarenta dias, su modo de referir la ascension, terminando con una especie de rapto final y de solemnidad dramática la vida fantástica de Jesús; su manera de contar la bajada del Espíritu Santo y las predicaciones milagrosas, y su modo en fin de comprender el don de las lenguas, tan diferente del de San Pablo[45] revelan las preocupaciones de una época relativamente atrasada, en que predomina la leyenda sin oposicion. Todo se representa con un gran aparato escénico, desplegando las formas de lo maravilloso, y es preciso recordar que el autor escribe medio siglo despues de ocurrir los acontecimientos, lejos del país donde tuvieron lugar, y fundándose en hechos que no ha visto, ni él, ni su maestro, y en tradiciones en parte fabulosas ó desfiguradas. No solamente Lucas es de otra generacion que la de los primeros fundadores del cristianismo, sino que es de otro mundo, es Helenista, muy poco judío, casi extraño á Jerusalem y á los secretos de la vida judaica, y apenas ha conocido de la primitiva sociedad cristiana más que á los primeros representantes. En los milagros que él refiere, se ven más bien invenciones á priori, que hechos transformados; los milagros de Pedro y de Pablo forman dos séries que se relacionan:[46] sus personajes se asemejan; Pedro y Pablo no difieren en nada y por último los discursos que pone en boca de sus héroes, aunque hábilmente apropiados á las circunstancias, son todos del mismo estilo, y pertenecen más bien al autor que á las personas á que los atribuye: acabaremos diciendo que hasta se encuentran errores fáciles de reconocer.[47] Las Actas en una palabra, constituyen una historia dogmática, arreglada para apoyar las doctrinas ortodoxas de la época ó inculcar las ideas que más sonreian á la piedad del autor. Añadamos á esto que no podia ser de otro modo: no se conoce el orígen de cada religion sino por las relaciones de los creyentes; solo el escéptico escribe la historia ad narrandum.
Estas no son simples sospechas, conjeturas de un crítico desconfiado en extremo; son sólidas inducciones, y siempre que nos sea permitido comprobar la narracion de las Actas, la encontraremos defectuosa y sistemática. En efecto, aunque no podamos hacer la comprobacion con los textos sinópticos, tenemos para ello las Epístolas de San Pablo, sobre todo la de los Galatas y claro es que en el caso en que las Actas y las epístolas no estén acordes, debe darse siempre la preferencia á las últimas que son textos de una autenticidad absoluta y más antiguas; de una sinceridad completa y sin leyendas. Tratándose de historia, los documentos son de tanta más autoridad, cuanto menos afectan la forma histórica: la autoridad de todas las crónicas debe ceder ante la de una inscripcion, de una medalla, de un mapa, de una carta auténtica. Bajo este punto de vista, las epístolas de autores verdaderos y de fechas fijas, son la base de toda la historia de los orígenes cristianos; sin ellas, la duda alcanzaria á todo, dejando en la oscuridad hasta la misma vida de Jesús. Ahora bien, en dos circunstancias muy importantes, las epístolas ponen en relieve las tendencias particulares del autor de las Actas y su deseo de borrar la huella de las divisiones que habian existido entre Pablo y los Apóstoles de Jerusalem.[48]
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