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Esteban Ierardo. Mundo virtual
Índice
Introducción
1. Capitalismo algorítmico
2. Sociedad de la vigilancia total
2.1. El retorno del “ojo de Dios”
3. La nueva alquimia: entre el clon y el robot
3.1. Programando clones y bacterias
3.2. Los otros robots
4. Ciberespacio y geografía virtual
5. Transhumanismo, mitología e inmortalidad
6. Ciberadictos
7. Memoria artificial, hipertexto y el disco duro en el cuerpo
8. El teatro del yo virtual
9. Star Trek, el infinito y la nave (USS Callister)
9.1. Ese repetido círculo de agresión y defensa
10. Los ojos de la madre helicóptero (Arkangel)
10.1. El nuevo mandato: “te implantarás”
11. El yo trágico y la sombra de Shakespeare (Crocodile)
11.1. El cubista secreto y la imagen global
12. El oráculo de los algoritmos (Hang the DJ)
13. Los perros del apocalipsis (Metalhead)
Terror del cuerpo, terror del robot
En un valle inquietante
Programando perros robot
Los perros del apocalipsis robótico y las armas autónomas
14. El holograma en el Museo Negro (Black museum)
Tercera parte. Ficción extendida
15. Saliendo de lo virtual: del infinito en línea al real
Del no-viaje de lo conocido a lo conocido al viaje a lo desconocido
16. El reconocedor facial. y el otro rostro
17. El africano en el Museo Negro
18. Posapocalipsis y distopías
Conclusión
Epílogo 1. En el espacio real, y en el futuro cercano y lejano
Epílogo 2. De la sociedad Tesla a la anti-Tesla. I
II
III
IV
V
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Отрывок из книги
Vivimos en un mundo virtual en el que cada vez le damos más realidad a lo que existe en el ciberespacio, cada vez volcamos más atención y energía mental, e incluso afectiva, a lo que transcurre on line. Como en toda época de la historia, esta era exuda ambigüedad: desarrollos maravillosos para la humanidad se combinan con nuevas armas para la construcción de un sistema de dominación cada vez más eficiente.
En el mundo virtual los algoritmos regulan casi todo. Los individuos somos datos, expuestos a nuevas ciberadicciones: la nomofobia, el miedo a salir de casa sin celular; el phubbing, ignorar a los otros en una reunión al refugiarnos en nuestros dispositivos móviles; o la tendencia a mostrarnos, ya no desde nuestro yo real, sino desde perfiles virtuales en las redes sociales.
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Finalmente, luego de pasar por una provisional conclusión, llegaremos a dos epílogos finales. En el epílogo 1 nos empecinaremos en volver al espacio físico real como compensación a una demasía de virtualidad autorreferente, y nos proyectaremos hacia el futuro, incluso el muy, muy lejano, del cual no tenemos todavía conceptos.
Y en el epílogo 2 propondremos una recuperación filosófica y acaso sensorial más radical del espacio real. Solo para amantes de vuelos filosóficos, e inspirándonos en el rotundo genio del serbio Nikola Tesla (más conocido hoy por el auto eléctrico Tesla de Elon Musk), y pasando por Hegel, Benjamin o Nietzsche. Pensaremos la sociedad Tesla, diferente a la sociedad anti-Tesla, la nuestra, renuente a percibir el espacio real por el que fluyen las ondas e impulsos electromagnéticos que permiten el acto de las comunicaciones. Ese espacio lo recuperaremos desde el pensamiento filosófico y la evocación del poder de la música.
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