Introducción a los escritos de Elena G. de White
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George Knight. Introducción a los escritos de Elena G. de White
Introducción a los escritos de Elena G. de White
Presentación
Conozcamos a Elena G. de White
Unas palabras al lector
Capítulo 1
Dirección profética para los chasqueados milleritas (1827-1850)
¿Quién era la visionaria Elena?
Experiencia de Elena de White dentro del movimiento millerita
Llamada al ministerio profético
Papel de Elena de White en el desarrollo de la doctrina adventista del sábado
Relación del don de Elena de White con la Biblia
Reacciones al don de Elena de White
Papel de Elena de White en “el tiempo de reunión”
Capítulo 2. Orientación profética para una iglesia en crecimiento (1850-1888)
¿Era la aceptación de las visiones una prueba de discipulado?
La propagación del mensaje profético
Recepción y comunicación de las visiones
En camino a la organización de la iglesia
Consejos sobre la vida saludable
Consejos sobre la misión de alcance mundial
Primeros consejos sobre educación
Asuntos familiares y muerte de Jaime White
Capítulo 3. Orientación profética para una iglesia mundial (1888-1915)
Exaltando a Jesús en Minneápolis
Reavivamiento de la educación y actividades de Elena de White en el Pacífico Sur
Desarrollo de las escuelas primarias adventistas de 1880 a 1910
La promoción de la obra entre los afroamericanos en los Estados Unidos
Regreso a los Estados Unidos y llamado a la reorganización eclesiástica
Conflicto en Battle Creek y restablecimiento del programa médico
Conceptos inadecuados de inspiración
Los ayudantes literarios de Elena de White y el papel de Guillermo C. White
Últimos años y muerte de Elena de White
Capítulo 4. Orientación profética desde 1915
La Corporación del Patrimonio White (White Estate)
Posición oficial del adventismo en relación con la obra de Elena de White
¿Habrá otro profeta?
Capítulo 5
Introducción a los escritos de Elena de White
Libros y compilaciones
La serie de El Conflicto
Artículos para revistas
Cartas y manuscritos
Índices de los escritos de Elena de White
Capítulo 6
Un vistazo a los principales temas tratados por Elena de White
El amor de Dios
El gran conflicto
Jesús, la cruz y la salvación por su mediación
La centralidad de la Biblia
La segunda venida
El mensaje del tercer ángel y la misión de la Iglesia Adventista
El cristianismo práctico y el desarrollo del carácter cristiano
Cómo leer a Elena G. de White
Unas palabras al lector
Capítulo 1
¿Cuál es el consejo inspirado?
Capítulo 2. El propósito de los escritos de Elena de White
Capítulo 3. La relación de los escritos de Elena de White con la Biblia
Capítulo 4. Las compilaciones: oficiales y no oficiales
Capítulo 5. Lectura planificada
Capítulo 6
Comience con un enfoque correcto
Capítulo 7. Concéntrese en los temas centrales
Capítulo 8. Enfatice lo importante
Capítulo 9. Tome en cuenta los problemas de la comunicación
Capítulo 10. Estudie toda la información disponible sobre un tema
Capitulo 11. Evite las interpretaciones extremistas
Capítulo 12. Considere el tiempo y el lugar
Capítulo 13. Estudie cada declaración en su contexto literario
Capítulo 14. Reconozca lo que Elena de White entendía por lo ideal y lo real
Capítulo 15. Utilice el sentido común
Capítulo 16. Descubra los principios subyacentes
Capítulo 17. Comprenda que la inspiración no es infalible, inequívoca, ni verbal
Capítulo 18. Evite hacer que los consejos “prueben” cosas que nunca intentaron probar
Capítulo 19. Asegurémonos de que sea cierto que Elena de White lo dijo
Capítulo 20. Algunos principios adicionales sobre la interpretación
Capítulo 21
Cómo aplicar el consejo a mi vida: un asunto de fidelidad
Capítulo 22. Cómo aplicar el consejo a otros: un asunto de amor
El mundo de Elena G. de White
Unas palabras al lector
Capítulo 1. Visiones milenaristas
Milenarismo religioso
Milenarismo secular
Capítulo 2. El gran reavivamiento
El Segundo Gran Despertar
Los congresos campestres
El reavivamiento y la misión
Capítulo 3. La era de las reformas
El asociacionismo militante
La reforma prosalud
El primer movimiento protemperancia
La reforma en la educación
El movimiento abolicionista
El papel de la mujer
Capítulo 4. Impulsos religiosos
Auge de las iglesias “democráticas”
Restauracionismo y regreso a la Biblia
El camino a la perfección
Salvaguardar el día de reposo
Surgimiento del mormonismo
El espiritismo moderno
Nativismo y anticatolicismo
Capítulo 5. Progreso tecnológico
La revolución en la industria editorial
Progreso en el transporte
Capítulo 6
Un mundo cambiante
Cambios sociales
Cambios ideológicos
Capítulo 7. Más visiones milenaristas
Perspectivas premilenaristas
Perspectivas posmilenaristas
Capítulo 8. Avances religiosos
Movimientos de reavivamiento y el papel de D. L. Moody
Surge el liberalismo protestante
La reacción conservadora
El reavivamiento de la santidad
Segunda ola de misiones protestantes
Misiones del Norte para la “América negra”
Perspectivas milenaristas nacionales
Capítulo 9. Aspectos sociales
El movimiento protemperancia
Preocupación por la salud
Avances en la educación
Cuestiones raciales
Los derechos de la mujer
Capital y proletariado
Reforma del día de reposo
El movimiento progresista
Capítulo 10. El nuevo ocio
Deportes y diversión
Entretenimientos
Capítulo 11. Perspectiva
Elena de White y su mundo
Elena de White y nuestro mundo
Отрывок из книги
George R. Knight
Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.
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La Sra. de White sigue diciendo: “Durante dos o tres años, mi mente continuó cerrada a la comprensión de las Escrituras”. Para ese tiempo la posición doctrinal de los sabáticos ya estaba establecida, y ellos se hallaban listos para esparcir su mensaje a través de conferencias bíblicas y la publicación de una revista. Pero, antes de ocuparnos de ello, tenemos que examinar de cerca la relación entre el don de Elena de White y la Biblia, y considerar algunas de las primeras reacciones a su labor.
Los primeros adventistas observadores del sábado sostenían que la Biblia enseñaba que los dones espirituales, incluyendo el don profético, existirían en la iglesia hasta la segunda venida de Cristo a esta tierra. Urías Smith brindó a los primeros adventistas una ilustración que aclaraba muy bien el punto: “Imaginemos que vamos a iniciar un viaje. El propietario de la embarcación nos da un libro de instrucciones, diciéndonos que contiene suficientes instrucciones para todo el camino, y que si seguimos esas orientaciones, llegaremos con toda seguridad al puerto de destino. Una vez iniciado el viaje, abrimos el libro y estudiamos su contenido. Allí encontramos que el autor establece algunos principios generales para guiarnos durante el viaje, y nos instruye hasta donde es posible respecto de las diferentes contingencias que podrían presentarse hasta el final. Pero también nos dice que la última parte de la jornada será especialmente peligrosa; que las características de la costa están cambiando constantemente por causa de las arenas movedizas y las tempestades, ‘pero para esa parte de la jornada –dice él– les he provisto un piloto que irá con ustedes, y les dará las orientaciones que requieran las circunstancias y los peligros que los rodeen; y deben prestarle atención’. Con estas instrucciones llegamos al tiempo peligroso especificado y aparece el piloto, de acuerdo con la promesa. Pero algunos de la tripulación se levantan en su contra cuando él brinda sus servicios. ‘Nosotros tenemos el libro original de instrucciones –dicen–, y eso nos basta. Insistimos en eso y solamente en eso; no queremos tener nada que ver con usted’. ¿Quiénes hacen caso ahora al libro original de instrucciones? ¿Los que rechazan al piloto o los que lo reciben según las instrucciones del libro? Juzgad por vosotros mismos. “Pero algunos [...] podrían confrontarnos en ese punto y decir: ‘Entonces ustedes quieren que la hermana White sea nuestro piloto, ¿no es cierto? Esta declaración está escrita con el fin de impedir cualquier esfuerzo en esa dirección. No hemos dicho eso. Lo que decimos claramente es esto: que los dones del Espíritu son concedidos por nuestro Piloto en estos tiempos peligrosos, y que siempre y dondequiera encontremos manifestaciones genuinas de ellos, estamos obligados a respetarlos; no podemos hacer de otro modo sin que eso signifique que rechazamos la Palabra de Dios, que nos dirige para recibirlas” (Review and Herald, 13 de enero de 1863).
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