Harald Edelstam, Héroe del humanismo, defensor de la vida

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Germán Perotti. Harald Edelstam, Héroe del humanismo, defensor de la vida

Introducción

Respecto a este trabajo

Infancia y juventud

Eran tiempos difíciles

Se inicia la carrera diplomática fuera del país

En la Italia de Mussolini

Las primeras definiciones políticas

Festejos a la sombra de la guerra

Berlín

Sobre el temperamento rebelde de Harald en el trabajo

Se prepara el traslado a Noruega

En Oslo

Sus acciones en Noruega

Castigado y redimido

Transición, acumulando experiencia

En Polonia

En Turquía

Presenciando la masacre

En Guatemala y Centroamérica

La guerra del fútbol

En Nicaragua

Una típica jugarreta de Edelstam y sus chascarros, Guatemala

Sobre la radicalización de Harald

Traslado a Chile

La llegada del acorazado sueco

El intento de golpe del 29 de junio

Muere Pablo Neruda

Harald como embajador de la solidaridad

Actos inusitados y abrupto término en Chile

Astucia y decisión contra la fuerza bruta

Los 54 uruguayos

Consuelo

Glorioso retorno y nuevos destinos

Testimonios. Martin Wilkens

Henrik Janbell

Efectos políticos positivos

El diplomático moderno

Jorge Godoy

Harald Edelstam, nuestro permanente recuerdo

Mi encuentro con el embajador

Marcela Ballara

Hebert Corbo

Mis recuerdos de Harald Edelstam

Germán Perotti

Los detalles en que Harald reparaba

Generosidad

Su firme convicción humanista y antifascista

Indice

Отрывок из книги

Como sabes, pienso que un diplomático no debe limitarse al rol tradicional de fría objetividad y observador del analista. Yo soy de los que se involucran intensamente, como ahora en Chile. Entiendo que ese accionar comprometido es parte de las tareas de una Embajada. Considerar que el trabajo de un Embajador en un país lejano es un puesto de retiro es una política totalmente errónea. Es justamente en esos países donde Suecia debe perfilarse mejor.

(De carta de Harald Edelstam a su exesposa, inédita, aportada por Jan Sandquist)

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Ante la masacre –como él mismo la calificara– desatada por los golpistas al derrocar al presidente Salvador Allende y su Gobierno democráticamente elegido, Harald Edelstam echó mano de toda su experiencia y sus irrevocables convicciones, de su coraje, además de su espontaneidad y capacidad de improvisar ante el peligro, salvando la vida de más de mil chilenos y ciudadanos de varias nacionalidades que se encontraban allí ayudando al proceso iniciado por la Unidad Popular, fueran, estos últimos, asilados o estuvieran trabajando como parte de organismos de ayuda internacional.

Edelstam mostró especial preocupación por el destino de incontables luchadores latinoamericanos que habían encontrado refugio en la democracia del Chile de Allende, obligados a huir de las dictaduras que se habían ido instalando en sus países a comienzos de la década de los 70 del siglo pasado.

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