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¿Que impulsa al autor a escribir en verso? ¿Qué lo impulsa a saltar de la formalidad de los textos jurídicos al lenguaje netamente poético? Hay ideas que no pueden expresarse en prosa ni con fórmulas prestablecidas y es necesario apelar a los recursos que nos entrega la poesía para que adquieran una dimensión trascendente. Se siente conmocionado ante determinados hechos de la vida y se entrega de lleno al impulso de expresar sus sentimientos. Tal vez fue el mismo impulso el que motivó al poeta romano Lucrecio (99 A.C – 55 A.C) cuando intentó explicar a sus conciudadanos lo equivocados que estaban en su percepción de la realidad y en lo que observaban sus sentidos. Esta misma necesidad anima al autor en el poema «De la Naturaleza» a tratar de explicar y responder a las preguntas filosóficas de toda la eternidad ¿quién soy?, ¿qué hago aquí?, ¿cuál es mi lugar?, ¿cuál es el objeto de mi existencia?, pretendiendo retomar lo ya realizado en los siglos que precedieron a Cristo. También se conmociona ante el amor que nace, se pierde o se añora y ante el comportamiento e inocencia de un niño. En «La Revolución, La Solución», pretende dar una respuesta al crecimiento personal de la juventud al observar como esta es conducida al extravío y al convencimiento de que el homicidio de los que piensan diferente es la solución para construir un mundo nuevo. En «las tres gracias», dedica versos a tres chicas que pasean por una solitaria playa en el sur de España y a la belleza de la naturaleza de la que forman parte. Por último, en «Joven Mujer» hace un llamado a las mujeres en relación a la formación de la familia. Las expresiones poéticas de Dante Lucrecio son expresiones de la vida, con una especial observación del punto de vista del autor que le hace volcar sus ideas en forma poética para la difusión en la juventud y pretender mejorar el mundo en que desarrolla su existencia.