Odas. Canto secular. Epodos
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Horacio. Odas. Canto secular. Epodos
INTRODUCCIÓN GENERAL. I. HORACIO EN SU TIEMPO. Las fuentes
El hijo del liberto
Atenas, la escuela de la Hélade
Los tiempos duros..., la tempestad civil
Volver a empezar
Un amigo es un tesoro
A la sombra del poderoso
En el entorno del Príncipe
Los años de las Odas
Cambio de rumbo
Retrato del artista en su madurez
El vate de Roma
El final
II. HORACIO EN LA POSTERIDAD : ANTIGÜEDAD Y EDAD MEDIA
III. HISTORIA DEL TEXTO DE HORACIO. La tradición manuscrita
Las ediciones
Las traducciones
Sobre esta traducción
BIBLIOGRAFÍA 99
ODAS
INTRODUCCIÓN. El género y su tradición
Otras fuentes
Las Odas en la carrera literaria de Horacio
Temas y motivos
La composición de las Odas
La arquitectura de los libros
Lengua y estilo
La métrica de las Odas
Pervivencia de la lírica horaciana desde el Renacimiento 285
BIBLIOGRAFÍA
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LIBRO II. 1
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LIBRO III. 1
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LIBRO IV. 1
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CANTO SECULAR
INTRODUCCIÓN. Los Juegos Seculares
Horacio en los Juegos Seculares del año 17 a.C
CANTO SECULAR
EPODOS
INTRODUCCIÓN. El género y su tradición
Temas y actitudes
Los Epodos como «libro de poemas»
Lengua y estilo
La métrica
BIBLIOGRAFÍA
EPODOS. 1
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ÍNDICE GENERAL
Отрывок из книги
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 360
Sin mengua de los problemas de fondo y forma que plantea, la Vita Suetoniana de Horacio tiene a su favor una circunstancia digna del mayor respeto: la de que su casi seguro autor desempeñó, en el reinado de Trajano (98-117 d. C.) y en los primeros años de su sucesor Adriano, el cargo de secretario imperial, que le permitió el acceso a los archivos de la corte y, concretamente, a la correspondencia de Augusto y sus sucesores; es decir, a documentos de primera mano, de los que en la Vita Horati , como el resto de sus biografías conservadas, ofrece varias muestras. Añadamos que de la Antigüedad nos han llegado otras dos Vitae Horati , que encabezan los comentarios a su obra escritos por Porfirión (s. II /III d. C.) y por el llamado Pseudo-Acrón (s. V d. C.), pero son mucho más breves que la suetoniana y nada nuevo añaden a lo que por ella sabemos.
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Y en este lugar, al fin, tenemos de nuevo ocasión de mencionar a España en nuestra crónica de la recepción de Horacio. Eso —naturalmente— si se aceptan el origen hispano y la más tradicional datación de la obra de la que hay que tratar: la Garsuinis (según la adaptación de M. R. Lida, «Garcineida») o Garsiae Toletani tractatus . Es un panfleto anti-romano escrito en términos dignos de Rabelais, dirigido contra el papa Urbano II (1088-1099) y el arzobispo cluniacense de Toledo Bernardo de Agen, al que llama «Grimoardo», a cuento del mercadeo de cargos y dignidades al parecer habitual por entonces. La hilarante sátira/parodia, en prosa pero entretejida de citas poéticas, evidencia un conocimiento muy cercano de Horacio, y de todas sus obras 62 .
Así llegamos al gran siglo de la literatura mediolatina, el XII . Como decíamos, ya son tiempos de la aetas Ouidiana , lo que no significa que quedara olvidado Horacio (y no digamos el omnipresente Virgilio). Al contrario, el gran incremento de la actividad literaria que por entonces se registra hace que también sean más los autores y obras en los que se pueden rastrear ecos de nuestro poeta y de todos los grandes clásicos antiguos. Por ello tendremos que proceder con un criterio selectivo que sólo dé cuenta de los testimonios más representativos. Y vamos a comenzar nuestro censo por Francia, a la que el Renacimiento carolingio había predestinado como centro del Renacimiento del s. XII . Como se sabe, uno de los frutos más vistosos de ese movimiento es la poesía goliárdica , un fenómeno transnacional en el que tuvieron parte importante algunos autores franceses. El más característico de ellos fue tal vez Hugo de Orleáns, apodado «el Primado» (Primas ), que vivió entre c. 1093 y post 1160. Sus poemas, testimonio vivo de la bohemia parisina de sus tiempos, evidencian un buen conocimiento de Horacio (cf . V. DE ANGELIS , EO III: 494). También parece haber sido goliardo en sus años jóvenes Gautier de Châtillon (c. 1135- c. 1179), uno de los mayores poetas latinos medievales, cuya Alexandreis llegó a leerse en las escuelas como una más de las grandes obras antiguas. No es de extrañar que en su obra sean muchas y variadas las reminiscencias horacianas, según los datos que recoge V. DE ANGELIS (EO III: 294). Aunque desde una posición bien distinta, comparte con los poetas goliárdicos la crítica a los consabidos vicios de su tiempo el monje Bernardo de Morlas, que en su interminable poema De contemptu mundi («Del desprecio del mundo») cita a Horacio con frecuencia (cf . G. ORLANDI , EO III: 124). Otro gran exponente del Renacimiento del s. XII en Francia fue Alain de Lille (c. 1125/30-1203), el último gran intelectual formado en la escuela de Chartres. El contenido de su obra es más bien teológico y filosófico que propiamente literario; pero en buena parte de ella utilizó la exposición alegórica y la forma versificada, lo que facilitó la utilización de numerosos clichés derivados de los clásicos, entre ellos de Horacio y en especial de las Sátiras y Epístolas (cf . G. ORLANDI EO III: 253 ss.).
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