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Hugo Fontana. Las mil cuestiones del día
LOUISE MICHEL (1830-1905) El poder es una cosa maldita
La vida y la libertad
Reclamo mi parte
Tierra canaca
La bandera negra
Los últimos pasos
¡Toca a muerto, campana!
Heroína mayor
MIJAÍL BAKUNIN (1814-1876) La absoluta inquietud
Sentimentalistas a la alemana
La fuerza del lado negativo
Un colono del Far West
Soy un hombre feliz
La amante del volcán
Nacimiento y fin
El festival de los miserables
Poder o no poder
Un trabajo bien acabado
El trono de todas las Rusias
Mijaíl Bakunin según la enciclopedia de la academia soviética
HAYMARKET, CHICAGO, 1.º DE MAYO DE 1886. La anarquía en el banquillo
Nuestro grito de guerra
El cazador oculto
El banquete de la vida
La voz del pueblo
Si de mí depende
Los simulacros de una ley
PIOTR KROPOTKIN (1842-1921) Todo lo que no sea legalidad
La primera chispa
Escuelas del crimen
«Somos utopistas, es cosa sabida»
La edad luminosa
El más grande hombre de Rusia
«Vamos hacia una catástrofe sangrienta»
«¿No hay nadie cerca de usted?»
RAVACHOL, HENRY, CASERIO, ANGIOLILLO, MORRAL Y TANTOS OTROS. Elogio de la dinamita
Locos, criminales y ambas cosas a la vez
Lo que ustedes llaman un hombre honrado
En esta guerra sin tregua
Mi patria es el mundo
Dos arduas tareas
Mis hermanos de Montjuich
Gajes del oficio
Rosa de llamas
Mejor morir en otro lugar
Ravachol y Caserio según Lombroso
RAFAEL BARRETT (1876-1910) La vida, esa otra tempestad
Destino: Paraguay
Una honda dulzura
Seis huevos y tres naranjas
Confiar en lo invisible
Tres rosas amarillas
José Enrique Rodó, Carlos Vaz Ferreira, Jorge Luis Borges. Huésped de un país extranjero. Rodó: Las "moralidades" de Barrett
Carlos Vaz Ferreira: Barrett, un hombre ejemplar
Jorge Luis Borges en carta a Roberto Godel (1917)
Lo que contó Ramiro de Maeztú en Madrid. De por qué Rafael Barrett viajó al Río de la Plata
ERRICO MALATESTA (1853-1932) El peregrino incesante
No todo lo que brilla
Pesadilla de todas las policías
Los que vendrán
El incendio y sus cenizas
Las mil cuestiones del día
Un mecano para Luce
Deshaciéndose del peso del mundo
EMMA GOLDMAN (1869-1940) La libertad de amar
Las cosas bonitas
La conferencista
Un ramo de rosas rojas
La vanidad femenina
Hacia la madre patria
La despedida
Una breve entrevista
Adiós al maestro
NÉSTOR MAJNO (1889-1934) La primavera de Ucrania
Nosotros no podemos morir
El hombre sin cabeza
Libertad o muerte
El reino de este mundo
El perdido paraíso
La infección anarquista
Un majnovista en Ciudad del Cabo
RICARDO FLORES MAGÓN (1873-1922) El diseñador del mañana
«Todavía puedo matar»
«Pues necesitamos zapatos»
Vagabundos, ladrones de pollos
Tierra y libertad
Mi nueva residencia
Ciudad de la Paz
Aquí yace un soñador
Discordia
NICOLA SACCO (1891—1927) Y BARTOLOMEO VANZETTI (1888-1927) Derribar montañas, extirpar bosques, erigir palacios
MIGUEL ARCÁNGEL ROSCIGNO (1891-1937) Con la levedad digna de una sombra
La estupidez y la hegemonía
Las gallinas de La Quiaca
El fabricante de billetes
El paseo de los novios
Los ocultos nudos de la vida
El famoso fantasma
Una sola pregunta
La palabra es humo y ruido
Buenos Aires aguarda
Roscigno hay uno solo
BUENAVENTURA DURRUTI (1896-1936) Nosotros
Cuestión de días, quizá de horas
De Los Solidarios a Los Errantes
Un largo viaje de trabajo
Los bailarines del Vapor de la Carrera
¿Qué se figura usted?
«Empieza a reírse»
«Yo limpio la casa»
Franco en escena
La columna Durruti
Dios ya no existe
Ser o no ser
Morir en Madrid
Entrevista a Buenaventura Durruti. por Van Passen (periodista del Toronto Star) Dos millones de anarquistas luchan por la revolución
La colectividad como forma de vida
Mi nombre es Emma Goldman
CRONOLOGÍA ÁCRATA
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA