Me animo a escribir estas páginas –dice el autor– desde la experiencia pastoral de acompañamiento a tantos que han perdido un ser querido y quedan heridos y sin horizonte. A lo largo de muchos años de trabajo parroquial y en mi actual tarea como capellán del tanatorio de la M-30, de Madrid, he tenido la gracia de estar cerca de los enfermos terminales y de sus familiares después de su muerte. Siempre he creído en la fuerza transformadora de la presencia, de la sacramentalidad cristiana, de la palabra que conecta con la existencia concreta y que ayuda a trascendernos, a vislumbrar lo que ordinariamente no aparece, ante un umbral de sombras y misterios.
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Jesús García Herrero. Acompañamiento pastoral del duelo desde la parroquia
INTRODUCCIÓN
DUELO ANTICIPADO
HACERSE PRESENTE TRAS LA MUERTE
DESPEDIDA EN EL TANATORIO
EL ENTIERRO Y LA INCINERACIÓN
FUNERALES
EUCARISTÍA DOMINICAL COMUNITARIA
MISA DE ANIVERSARIO
CONMEMORACIÓN. DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS (2 DE NOVIEMBRE)
ACOMPAÑAMIENTO PASTORAL DESDE LA COMUNIDAD. PARROQUIAL Y DESDE CADA CRISTIANO
TRÍPTICO
LECCIONES PENDIENTES
CONCLUSIONES
Contenido
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Me animo a escribir estas páginas desde la experiencia pastoral de acompañamiento a tantos que han perdido un ser querido y quedan heridos y sin horizonte. A lo largo de muchos años de trabajo parroquial y en mi actual tarea como capellán del tanatorio de la M-30, de Madrid, he tenido la gracia de estar cerca de los enfermos terminales y de sus familiares después de su muerte. Siempre he creído en la fuerza transformadora de la presencia, de la sacramentalidad cristiana, de la palabra que conecta con la existencia concreta y que ayuda a trascendernos, a vislumbrar lo que ordinariamente no aparece, ante un umbral de sombras y misterios.
Con nuestra presencia junto a los familiares del difunto estamos llamados a aportar el don más precioso: la paz. Esa certeza interior de un nuevo sentido, de que no todo está perdido, porque lo confiamos a los brazos de Dios. Hemos de ser «sacerdotes de resurrección», mensajeros del Invisible que ayudan a atravesar la prueba de la noche hacia la mañana de la resurrección, mirando desde el corazón iluminado por la fe.