La espiritualidad del sacerdote diocesano
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Jesús Martín Gómez. La espiritualidad del sacerdote diocesano
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Jesús Martín Gómez (14. 05. 1947). Nació en Campillo de la Jara, viviendo desde los 12 años en Talavera de la Reina. Estudió en el seminario de esta ciudad y en el de Toledo. Es diplomado en geografía e historia por la universidad civil. Obtuvo la licenciatura en derecho canónico por la universidad pontificia de Salamanca y el doctorado por la universidad lateranense de Roma. Actualmente es párroco de la parroquia de san Julián de Toledo, canónigo responsable de la acción pastoral de la catedral primada, juez diocesano, censor de la diócesis y arcipreste de la ciudad de Toledo. Ha ejercido el ministerio en las parroquias de Tembleque, Villacañas, Burguillos y Cobisa. También ha desempeñado los cargos de notario de la vicaría judicial, delegado de apostolado seglar y vicario episcopal de la zona de Toledo, párroco consultor y miembro del consejo presbiteral y del colegio de consultores, profesor del Instituto Teológico San Ildefonso y del colegio Ntra Sra de los Infantes.;
Tenemos en nuestras manos un libro sobre la espiritualidad del sacerdocio donde se trata de exponer las grandes claves de la vida sacerdotal, teológica, espiritual y pastoral. La pretensión es de ayudar a todos los sacerdotes a que vivamos con gozo y alegría nuestra profunda identidad sacerdotal, que tiene al Corazón del Buen Pastor como nuestra referencia cristiana y que esta es la ruta de nuestra vida sacerdotal «tened los sentimientos del Corazón de Cristo», Buen Pastor que entrega su vida por las ovejas y las conoce, como ellas conocen la llamada del Buen Pastor.
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Nosotros con mucha ilusión lo aceptamos, ya que era la primera vez que íbamos a ejercer este sagrado ministerio de la reconciliación. Íbamos a distribuir la misericordia de Dios sacramentalmente sobre aquellas buenas gentes curtidas por el frio y el calor de la Moraña abulense.
Mientras confesábamos el párroco, con voz baja, para no distraernos, iba recordando a los que llegaban las cinco condiciones necesarias para hacer una buena confesión. Cuando habíamos impartido la absolución sacramental a medio pueblo, de pronto algunos nos acordamos de que el Cardenal Tarancón nos había dado licencias verbales para confesar durante un mes mientras llegaba el nombramiento. Pero esta concesión sólo tenía validez para la Diócesis de Toledo, y esta parroquia pertenece a la Diócesis de Ávila y allí no teníamos facultades para ejercer este ministerio; en aquel entonces regía en la Iglesia el Código de Derecho Canónico de 1917. (el promulgado en el año 1983 cambiaría sabiamente esta norma).
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