El Dios que amamos es un Dios comunicador, cuyas palabras nos dan la vida espiritual por el conocimiento salvador de El. Es lo que la Biblia dice la sabiduría divina.Pues, hay dos maneras en que Dios se manifiesta a nosotros: por Su Palabra y por Sus obras. La gran gloria de las obras de Dios en la Creación y en la Providencia consiste en que confirman lo que El ha dicho en su Palabra, dándonos el conocimiento de El mismo.Hay goces en la vida cristiana que son demasiado grandes para ser descritos. Entre estos se encuentra el deleite de estudiar la providencia divina en nuestra propia experiencia personal. Pruébalo por ti mismo, gústalo y verás. No se necesitará más persuasión. "Clamaré al Dios altísimo, al Dios que obra todas las cosas para mí." Salmo 57:2
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John Flavel. El misterio de la Providencia
INTRODUCCION
CAPITULO 1 El cuidado especial de Dios para su pueblo
CAPITULO 2Cómo Dios obra providencialmente en nuestras vidas
CAPITULO 3Porqué debemos pensar profundamente acerca de la providencia especial de Dios
CAPITULO 4Cómo debemos pensar acerca de las providencias especiales de Dios
CAPITULO 5El placer y el beneficio que se obtienen de contemplar lo que Dios hace en la providencia
CAPITULO 6Las consecuencias de los capítulos anteriores
CAPITULO 7Problemas prácticos
Otros títulos de esta serie
Отрывок из книги
El Misterio
de La Providencia
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Cuando faraón ordenó matar a todos los niños recién nacidos de Israel, las parteras de ellos rehusaron obedecer su mandato. Por esto, Dios les trató bien a ellas (Ex.1:21). Rahab ocultó a los espías enviados a Jericó, y fue salvada cuando toda la gente de la ciudad fue destruida (Jos.6:25). La mujer sunamita fue bondadosa para con el profeta Eliseo proporcionándole un cuarto para su hospedaje y Dios le bendijo con un hijo. (2 Rey.4:9-17) Publio, el principal de la isla de Melita, dio hospedaje a Pablo después del naufragio y el Señor de inmediato le devolvió el pago sanando a su padre de una enfermedad. (Hech.28:7-8)
En la misma manera, los males hechos contra el pueblo de Dios han sido devueltos a sus enemigos. Como ya hemos visto, fue el propósito de faraón destruir a los hijos inocentes del pueblo de Israel. Dios le pagó su mal, matando a todos los primogénitos de Egipto en una sola noche. (Ex.12:29) Amán hizo una gran horca para colgar a Mardoqueo, pero Dios ordenó que Amán y sus diez hijos fueran colgados en ella. (Est.7:10) Ahitofel hizo un complot contra el rey David y dio su consejo para derrocar a David. Este mismo consejo provocó su propia ruina. (2 Sam.17:23)