Cantos del desterrado es el registro –en un tomo poético universal– de las circunstancias nefastas de una región, de un territorio, de un país donde nacer duele en el alma; es la historia secreta de las sensaciones y emociones de quienes lamentan la desaparición, el desplazamiento y la muerte; es el desgarramiento íntimo, pero generalizado de seres humanos que nacen sin esperanzas y sin la posibilidad de construir sus anhelos ante la falta de respaldo, apoyo y protección del Estado a los derechos básicos que todo ser humano merece.
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José Vicente Casadiego León. Cantos del desterrado
Prólogo
Proemio
Poema a la luna
Las noticias de la lluvia aún son más tristes
Facilidad de presagios
La poesía padece una gran enfermedad
Otro paso del poeta herido
Mis amigos los desterrados
Dialecto del conserje
Súplicas al amigo
El rostro habita los silencios de la casa
Casadiego alíviate de ti Casadiego
Los oficios del patriarca
En agosto temblará la tierra
Nocturna
En la calle Sexta C
Ahora
Pasos secretos de los desterrados
Biografía mínima
Poeta en el silencio de la noche
Canción para antes de la guerra
Resolución
En esta tierra el ruido es más cercano
Poegrama en las manos del aire
El recién llegado
Danza de la muerte desnuda
Epílogo. El canto persiste
Contenido
Отрывок из книги
«Leo con agrado la obra de Vicente Casadiego León, encuentro allí la necesidad del grito, el descontento de alguien que enfrenta, desde su poesía, diversas situaciones que arrastran a hombres y mujeres por turbias corrientes. La violencia en la cual nos sumergimos sin siquiera extender el brazo antes de hundirnos, es la peor de todas estas aguas. Los cantos del desterrado son los cantos de los que salen de sus lugares de origen sin que así lo hayan querido, pero también son los cantos de la gente un poco más común que, aunque conviven en las ciudades, hacen parte de los desterrados, de los marginales, en fin... de los condenados por las sociedades indolentes de nuestros días.»
Darío Sánchez Carballo
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Pero no seremos ingenuos al creer que la obra de José Vicente Casadiego León, después de tanto ensayo entre letras y voces como horcas, esté acabada. Es necesario pensar sus otras obras y descubrir su continuo. Tal vez se cierra un primer momento en esta cercana historia de la poesía en Villavicencio, en donde aún se siguen confundiendo el terror con el color de los prados, matriz que le sirve al poeta para gozar como un hombre honrado. El servicio a la poesía tiene su mérito y entre los gestos y las fuerzas exhaustas, lo más apropiado es seguir el curso de su voz con el único acompañamiento del que nunca podrá escapar José Vicente Casariego León: su infalible don amistoso y su auténtico grito contra la injusticia.