Tiempo y acontecimiento en la antropología de Ireneo de Lyon

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Juan Carlos Alby. Tiempo y acontecimiento en la antropología de Ireneo de Lyon
Índice
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN
PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN
Hipótesis de trabajo
Estado de la cuestión
Límites y método del presente trabajo
Versiones y traducciones
Plan de la obra
INTRODUCCIÓN La antropología vigente en el siglo II
1. Los Padres Apologetas
1.1 Justino Mártir
1.2. Taciano de Siria
1.3. Atenágoras
1.3. Teófilo de Antioquía
2. Conceptos generales de la antropología gnóstica
3. La singularidad del hombre según San Ireneo
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO IDe la materia amorfa al hombre
1. Ejemplarismo y creación en los gnósticos
a. La Sombra del Primogénito
b. El desbordamiento de lo inteligible
c. La cruz y el velo
d. El «grano de mostaza» de los basilidianos
2. Ireneo: la dimensión cósmica del acontecimiento
2.1. El recurso a la Escritura
2.2. Per temporalia ad aeterna
CAPÍTULO II Deus quidem facit, homo autem fit
1. La equivocidad del término Ánthropos entre los gnósticos
2. La negatividad de la antropología valentiniana
3. Ireneo: acción y pasión en la relación entre Dios y el hombre
CAPÍTULO III Alianza: la novedad como carne y sangre
1. El «Demiurgo indigente»
2. La epístola de Tolomeo a Flora
3. De la Antigua a la Nueva Alianza
3.1. La Eucaristía de los marcionitas
3.2. La Eucaristía de los valentinianos
3.3. La concepción eucarística de Ireneo
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO IV Encarnación: el acontecimiento como presencia
1. Con «arte inefable»
1.1. Valentinianos itálicos
a. La noticia de Hipólito, Ref. vi, 35, 5-74
b. La noticia de Clemente, et 59, 3/609
c. La noticia de Ireneo, Adv. haer. I, 6, 1
1.2. Valentinianos orientales
2. Encarnación y «novedad»
2.1. La «novedad» según Marción
2.2. La «demora» de Dios
2.3. Vino nuevo en odres nuevos
3. Presencia, experiencia y alteridad
CAPÍTULO V La pasión: universalidad del acontecimiento
1. El testimonio de Ignacio de Antioquía
2. El problema en torno al cuerpo de Jesús
2.1. Solución marcionítica
2.2. Solución gnóstica
a. Basílides
b. Valentinianos
3. Ireneo: crucifixión y cohesión
TERCERA PARTE
CAPÍTULO VI Experiencia de la libertad
1. La concepción de libertad anterior a Ireneo
2. Las concepciones de libertad vigentes en el siglo II
2.1 La libertad según Marción
2.2 La libertad según los gnósticos
2.2.1. Simón el Mago
2.2.2. Valentinianos: gnosis y libertad
3. Ireneo: acontecimiento y libertad
3.1. Libertad y creación
3.2. Libertad y racionalidad
3.3. Universalidad de la libertad
3.4. Los dos sentidos de la libertad
3.5. Libertad y semejanza
CAPÍTULO VII «Donde el hombre se hizo viejo...»
1. El καιρός en la tradición bíblica
1.1. En el Antiguo Testamento
1.2 En el Nuevo Testamento
2. Las concepciones helénica y gnóstica del tiempo
2.1. «Eso que llamamos tiempo...»
2.2. El tiempo como «línea quebrada»
3. Ireneo: el tiempo como principium incorruptelae
3.1. La dimensión escatológica del acontecimiento
3.2. Maduración y recapitulación
3.3. «Un grano de trigo producirá diez mil espigas...»
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
ABREVIATURAS DE LOS LIBROS DE LA BIBLIA
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Juan Carlos Alby
TIEMPO Y ACONTECIMIENTO EN LA ANTROPOLOGÍA DE IRENEO DE LYON
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Su concepción unitaria de hombre parte desde su misma lectura de la plásis de Adán, pues la única clase de hombre que el Lugdunense reconoce es aquella que proviene de la creación relatada en el Génesis, que también es única. La antropología del Obispo de Lyon mantiene la profunda unidad que se advierte en la tradición hebreo-cristiana en su concepción del hombre, no obstante lo cual se aprecian elementos helénicos en algunos de sus textos, como lo muestra el siguiente:
Dios será glorificado en su creatura que por su bondad ha hecho semejante a él, y conforme a la imagen de su Hijo. Pues el hombre, y no sólo una parte del hombre se hace semejante (similitudo), por medio de las manos de Dios, esto es, por el Hijo y el Espíritu. Pues el alma y el Espíritu pueden ser partes del hombre, pero no todo el hombre; sino que el hombre perfecto es la mezcla (conmixtio) y unión (adunatio) del alma que recibe al Espíritu del Padre, y mezclada con ella la carne, que había sido creada (plasmata) según la imagen de Dios (secundum imaginem Dei)... Pues si alguien prescindiera de la sustancia de la carne, esto es, de la creatura, entonces no se podría hablar de que el hombre en cuanto tal es espiritual, sino sólo del espíritu del hombre y del Espíritu de Dios (1 Co 2,11). Mas este Espíritu se une a la creatura al mezclarse con el alma; y así, por la efusión del Espíritu, el hombre se hace perfecto y espiritual; y éste es el que ha sido hecho según la imagen y semejanza de Dios (Gn 1, 26). Si le faltase el Espíritu al alma, entonces seguiría como tal, siendo animado; pero quedaría carnal, en cuanto se le dejaría siendo imperfecto: tendría la imagen en cuanto creatura, pero no recibiría la semejanza por el Espíritu. Pues así como éste sería imperfecto, así también si alguien suprimiera la imagen y despreciara la creatura, ya no podría hablar de todo el hombre, sino de una parte del hombre o de algo distinto del hombre. No es que la sola carne creada sea de por sí el hombre perfecto, sino que es sólo el cuerpo del hombre y una parte suya.69
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