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Juan Carlos Gruttulini. Del poder a la cárcel
Índice de contenido
Hitos
Juan Carlos Gruttulini. Del poder a la cárcel
Prólogo
CAPÍTULO -1- El gran escape
Capítulo -2- La mexicaneada
Capítulo -3- El encuentro
Capítulo -4- La quinta del delito
Capítulo -5- Los documentos falsos
Capítulo -5 Bis- La misteriosa muerte de Néstor Kirchner
Capítulo -6- El robo del camión
Capítulo -7- La voladura del galpón
Capítulo -8- El robo a la financiera
Capítulo -9- El reparto del robo
Capítulo -10- Nisman desconfiaba del gobierno
Capítulo -11- El distribuidor
Capítulo -12- Preparando la redada
Capítulo -13- El asalto
Capítulo -14- Las órdenes de Cristina a sus hombres
Capítulo -15- El operativo antidroga en la villa
Capítulo -16- La compra del hotel
Capítulo -17- Nisman: Con esto me juego la vida
Capítulo -18- El triple crimen de Gral. Rodríguez
Capítulo -19- El miedo de Cristina, por el futuro de sus hijos
Capítulo -20- La maniobra, para quedarse con el hotel
Capítulo -21- El triple crimen: la investigación
Capítulo -22- Cristina. Los jueces y la corrupción
Capítulo -23- El negocio y el hacker
Capítulo -24- Néstor, Cristina y el caso AMIA
Capítulo -25- La emboscada
Capítulo -26- Cristina y su pensamiento sobre Boudou
Capítulo -27- Nisman: El comienzo, del final
Capítulo -28- Las últimas horas de Nisman
Capítulo -29- La muerte de Nisman: 1.° investigación
Capítulo -30- La muerte de Nisman: 2. investigación
Capítulo -31- La duda de J. C. sobre las investigaciones
Capítulo -32- El misterio del monasterio. y los bolsos de José López
Capítulo -33- El poder corrompe
Capítulo -34- La conspiración para matar a Nisman
Capítulo -35- Conspiración y asesinato
Capítulo -36- Descubren el cadáver de Nisman
Capítulo -37- La SIDE, el Gobierno y el sicario
CONCLUSIÓN
BIOGRAFIA DEL AUTOR
Sinopsis
Отрывок из книги
Este libro se lo dedico a toda la comunidad Judía,
que vive, trabaja y estudia en nuestro país
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¡Dale¡, Anda pasando la mercadería, así yo la voy acomodando aquí.
José, obedeciendo la orden, va poniendo las bolsas en la rampa y las hace deslizar hacia el piso de la ambulancia, donde las recibía Antonio, que prolijamente las acomodaba en el piso, de esa forma continua, fueron trabajando durante más de dos horas, hasta que Facundo grita. —Listo, ya no queda nada en ninguno de los dos compartimentos.
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