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Leandro Vesco. Desconocida Buenos Aires. Historias de frontera
Prólogo
Piñeyro, un pueblo refundado por un club
Germania, un pueblo modelo de la frontera
Arroyo Venado, el pueblo del árbol solo
Ernestina, un pueblo que no quiere desaparecer
Villa Lía, un pueblo abierto
Pipinas, un pueblo que late al ritmo de su cooperativa
San Emilio, un pueblo pequeño que se despereza
Aparicio, donde una escuela es el motor del pueblo
Santo Domingo, un pueblo donde fabrican agua
Tres Picos, un pueblo que vive del sol
Las fabricantes de alfajores de Estaful que endulzan a un pueblo
Stella Maris y las mermeladas de Las Flores
Doña Irma y su hotel de pueblo
Karina Graff, la directora de la escuela que mantiene vivo a un pueblo
Mónica Tortone, la maestra que vive sola en la frontera
Judith Caldiroli, la bailarina que fundó una biblioteca en una cancha de bochas
Betina Álvarez y su panadería de horno a leña que perfuma a Pellegrini
La Montaña, una tapera que renació como pulpería
Bocayuva, la pulpería donde el Gauchito Gil y Jesús se dan la mano
Lo de Gutiérrez, el almacén de ramos generales sobreviviente
Casa Gallo, el almacén que le gana al mundo moderno
Almacén Vulcano, la esquina que fundó a un pueblo
La pulpería bicentenaria de Mar Chiquita
Almacén San Francisco, el boliche de adobe con alma comunitaria
El Crisol, un almacén de chapa con historias
Sol de Mayo, una pulpería con alma nacional
Pulpería de Payró, una esquina donde los sentimientos mandan
Mira-Mar, la pulpería de cuatro generaciones
Mauricio Hirsch, viejo almacén de los nuevos pioneros
Laguna La Petrona, el nacimiento de un nuevo paraíso
Granja El Pehuenche, la resistencia agroecológica
Huerta Primitivos, un Arca de Noé de verduras en Pigüé
Adelmar Funk, el hombre que protege a los animales en América
Kurache, el hostel ecológico de Tandil
Yamay, una propuesta de permacultura en la pampa florense
Churrinche, el hospedaje que quiere ser reserva natural
Laguna La Salada, el oasis de los atardeceres inolvidables
Salliqueló, el pueblo grande que sueña con árboles
Oscar Pagliai, el mecánico que decidió dedicarse a la huerta
José Schwab, uno de los últimos herreros artesanales
Pontaut, el pueblo orgulloso de su presente
Hotel rutero El Bosque, un puerto en tierras de Pellegrini
Energía, el pueblo donde una escuela recuperó los sueños
Moctezuma, la cuna del Toro Mouras
El Trigo, donde viven felices 50 habitantes
Mingo Silvera, el jinete de Cura Malal
Termas de Luro, aguas rojas que curan
El monasterio bizantino de Pigüé, donde el tiempo se detuvo en el año 1000
Bordenave, un espacio de encuentro entre libros y lectores
José Orejas, el hijo dilecto de Necochea
Lo de Tarugo, un boliche de amistades eternas
Bodegón rutero de Chicote, antigourmet y abundante
El Polaco, un boliche donde el código es disfrutar
Puesto El 17, donde los cerdos dan la bienvenida
Alemanes del Volga, un bar donde se refugian los recuerdos
Don Pascual, el comedor de campo de un pueblo perfecto
Gonzalo Fuentes, el hombre que apuesta por los pejerreyes
Bar El Cerro, el refugio de los picapedreros
Posta Pampa, la familia de los salames perfectos
Fredy Fässler, guardián del secreto del queso gouda