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Louisa May Alcott. Mujercitas
1. El papel del peregrino
2. Una feliz Navidad
3. El chico Laurence
4. Cargas
5. Como buenos vecinos
6. Beth encuentra el Palacio Hermoso
7. Amy y el Valle de la Humillación
8. Jo conoce a Apolión
9. Meg visita la feria de las vanidades
10. De clubes y buzones
El Cartapacio Pickwick
La esquina del poeta. ODA DE ANIVERSARIO
11. Experimentos
12. Campamento Laurence
13. Castillos en el aire
14. Secretos
15. Un telegrama
16. Cartas
17. La pequeña fiel
18. Días oscuros
19. El testamento de Amy
20. Confidencial
21. Laurie da guerra y Jo hace las paces
22. Hermosos prados
23. La tía March resuelve el asunto
Nota de la editora:
Notas al pie
Отрывок из книги
—La Navidad no será Navidad sin los regalos —refunfuñó Jo acostada en la alfombra.
—Es tan triste ser pobre… —suspiró Meg observando su vestido viejo.
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—Me encanta verlas tan contentas, mis niñas —dijo una alegre voz desde la puerta, y actrices y espectadoras se giraron para recibir a una señora vigorosa y maternal, con un aire realmente encantador de estar siempre dispuesta a ayudar. No era una persona de especial hermosura, pero las madres generalmente lo son a los ojos de sus hijos, y las niñas creían que aquella capa gris y aquel sombrero anticuado cubrían a la mujer más espléndida del mundo—. Bueno, mis amores, ¿cómo les ha ido hoy? Había tanto que hacer preparando las cajas para mañana que no pude comer con ustedes. ¿Alguien ha venido, Beth? ¿Cómo sigues del resfriado, Meg? Jo, te ves agotada. Ven y me das un beso, nena.
Mientras hacía estas preguntas maternas, la señora March se quitó las prendas mojadas, se puso las zapatillas tibias, y sentándose en el sillón subió a Amy en su regazo disponiéndose a disfrutar de la hora más feliz de su ajetreado día. Las muchachas iban de un lado a otro esmerándose por hacer todo más confortable, cada una a su modo. Meg arregló la mesa para el té; Jo trajo leña y dispuso las sillas, dejando caer, volcando y haciendo un estrépito con todo lo que tocaba; Beth iba y venía de la cocina; mientras tanto, Amy daba instrucciones a todas, sentada con las manos cruzadas.
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