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Álvaro Joaquín Soto Reyes. Vampiro por accidente
VAMPIRO POR ACCIDENTE
Álvaro Joaquín Soto Reyes
PRIMERA EDICIÓN. Abril 2021. Editado por Aguja Literaria. Noruega 6655, departamento 132. Las Condes - Santiago - Chile. Fono fijo: +56 227896753. E-Mail: agujaliteraria@gmail.com. Sitio web: www.agujaliteraria.com. Facebook: Aguja Literaria. Instagram @agujaliteraria. ISBN: 9789566039792. DERECHOS RESERVADOS. Nº inscripción: 2020-A-6648. Álvaro Joaquín Soto Reyes. Vampiro por accidente. Queda rigurosamente prohibida sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra. por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático. Los contenidos de los textos editados por Aguja Literaria son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan el pensamiento de la Agencia. TAPAS. Imagen: Joshua Woroniecki (Pixabay) Diseño: Josefina Gaete Silva
Dedico este libro a mi familia. Muchas gracias por su apoyo
ÍNDICE
Capítulo 1. Capítulo 2. Capítulo 3. Capítulo 4. Capítulo 5
CAPÍTULO 1. Una mañana muy fría desperté con la sensación de que sería un día rutinario, simple, como todos los que había estado viviendo hacía un par de años. Abrí los ojos y miré el reloj. Eran las ocho de la mañana, llegaría tarde al trabajo. Laboraba como científico en la Pontificia Universidad Católica, lo que para muchos era interesante, incluso de película. Ese día se llevaría a cabo un proyecto, que había fallado en muchas ocasiones, en relación con la potencia de la energía en circunstancias diversas
Querido Joaquín, Espero que tu salida del hospital sea muy buena. Aprovecha cada momento de tus días ya que pronto nos volveremos a ver. Pd: Saluda a tu madre de mi parte y dile que pronto la iré a ver. Atentamente: Tu amigo Onofre… o como tú me conoces, Cristián de la Cruz. Al terminar de leer me di cuenta de que lo que creí que había sido una pesadilla, era cierto. Quedé congelado asimilando la realidad y preocupado pues solo pensaba que mi madre corría peligro. ¿Qué debía hacer? No sabía cómo reaccionar ni actuar. Daba vueltas sobre si debía o no contarle a mi madre cuando llegara, desconocía si lo que me estaba sucediendo le pasaría también a ella. No quería asustarla. Divagaba sin cesar cuando conecté los cables y comprendí que, si la historia que me había contado el sujeto era real, significaba que… ¡Me había convertido en un vampiro! ¿Podía serlo? ¿Un vampiro? ¡Un vampiro!
CAPÍTULO 2. Sentí una mano en mi hombro, asustado me volteé y vi a mi padre. Me miraba con profunda extrañeza, como si no entendiera lo que sus ojos presenciaban. Me tomó del brazo y me acarreó dentro de la casa, llamó a mi madre y juntos escondieron el cadáver sin dejar rastro. Al instante me encerré en mi cuarto para que mis pequeños hermanos no vieran la abominable forma en la que me encontraba. Treinta minutos más tarde entró mi padre, quería darle explicaciones, pero antes de poder decir algo, me pidió que guardara silencio porque él quería comenzar la conversación
Clan Kaguri, Les dejo este obsequio como muestra de que mi venganza está comenzando. Quiero decirles que este pequeñito tenía una sangre deliciosa, pensé que tocaba el cielo al saborearla. Irónico, ¿no? Mataré a cada uno de ustedes para que sepan cómo se siente, excepto a Víctor, a quien dejaré vivo para que sufra la misma soledad que yo. Con respecto al otro pequeño, está bajo mi control y por supuesto que lo mataré, o quizás lo convierta en mi esclavo. Atentamente: Onofre. Sentí una mezcla entre dolor, como si tuviera dos espadas en medio de mi corazón, y rabia, que ardía en mi interior como el calor del sol. Desquiciado, ansiaba asesinar a Onofre, estaba descontrolado, temía que demasiado. Me tranquilicé un poco cuando mi mente se llenó de recuerdos de mi hermanito: juegos y aventuras que vivimos juntos. Luego, la culpa y melancolía me desesperaron otra vez. Me invadieron preguntas sin respuesta. ¿Por qué no lo disfrute más? Me partía el alma el ver a mi madre desconsolada con su pequeño hijo en brazos. Me sentía en un mundo oscuro y me desvié a una realidad alterna evitando asumir y lidiar los horribles hechos. Obligué a mi mente a volver en sí, debía consolar a mi madre. Me acerqué hacia ella sin saber por dónde comenzar o qué decirle para que se sintiera mejor. No había palabras que sirvieran, nada quitaría su dolor, pero hablé desde el dolor
CAPÍTULO 3. Realizaba una peligrosa búsqueda acompañado por el amor de mi vida. No sabía si el origen de mi ansiedad provenía por mi necesidad de impresionarla o el miedo que le tenía. Habíamos caminado kilómetros sin encontrar ni un solo rastro de Onofre. Íbamos en silencio por lo que intenté iniciar una conversación con el fin de apaciguar la tensión y hacer un poco más ameno el viaje
*** Llevábamos tres días consecutivos buscando a Onofre, por desgracia, sin éxito pues no habíamos descubierto su escondite ni sus próximos movimientos o ataques. Estábamos igual que al comienzo, solo que cansados, desanimados y frustrados. Mi madre no podía más con la incertidumbre de dónde y cómo estaría Franco, mi hermano y la falta de sueño y comida le afectaban aún más. Sin embargo, no quería detener la búsqueda
*** ―Tranquilo, amor a mío. Ya llegamos al hospital. Te vas a mejorar. Resiste un poco más ―dije a mi marido
*** Cuando por fin logré dormir me sentía en una especie de limbo entre lo real y lo ficticio. En medio de mis pesadillas escuché, a lo lejos, la voz de Katherine diciéndome que me despertara. Comencé a oírla con más intensidad, más cerca
Hoy se encontró el cadáver de una mujer en medio de la construcción de la fábrica de ropa del excéntrico empresario Cristián de la Cruz. La fallecida fue reconocida como Margaret del Rosario. Su cuerpo manifiesta daños severos y su cabeza fue decapitada. Se espera que en las próximas horas sus familiares vayan en busca de su cadáver ―Joaquín, lo siento ―lamentó Katherine
CAPÍTULO 4. Debía, de alguna forma, hablar con mi padre y contarle la tragedia aun cuando no sabía bien cómo había sucedido. De todas formas, tenía que saber que mi madre había fallecido. Le pedí a Katherine que me acompañara al hospital. Pensé en ocupar mi velocidad, pero me recomendó que camináramos ya que, al utilizarla, liberaría parte de mi ser vampiresco y me podría descontrolar. Me pareció una buena idea y fuimos charlando durante el trayecto. Era bastante largo, pero la compañía logró despejar mi mente y hacerlo más ameno
CAPÍTULO 5. Katherine estaba igual de sorprendida que yo. Teníamos aún más dudas. ¿Existía otro clan más, además de los vampiros, cazavampiros y demonios?
Sellado de alma por alma. Nel nome del sacro padre, luce della mia vitta, dammi il potere e la saggezza per sigillare questa anima vouta. Anima peccaminosa e malvagia non potrai mai piu vedere la luce del giorno. La mia anima sera il sacrificio che avrai come segno della mia lealta. El cielo se iluminó y las nubes comenzaron a moverse despejándolo. Entre ellas aparecieron personas volando con alas de ángeles. El viento corría fuerte y la tierra temblaba. De pronto, el suelo se abrió en una zanja profunda que permitía ver las almas que se encontraban en el infierno. Belcebú tiritaba de miedo, sabía el sufrimiento que le esperaba. Don Audorindo se arrodilló y miró a quienes descendían del cielo
Fin
Отрывок из книги
Me levanté acelerado de la cama.
―¡Mierda! ―exclamé―. Estoy muy atrasado.
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El profesor Jack puso la maquina a toda potencia, el objetivo era transportar un bloque de diamante de un punto a otro con una enorme carga de energía. Si funcionaba, permitiría hacer muchas cosas innovadoras para la ciencia, desde armas hasta objetos útiles en la vida cotidiana e, incluso, en trabajos como la construcción.
Los primeros minutos, la máquina estuvo funcionando de manera impecable y fue capaz de levantar el bloque. Venía la parte más complicada, moverlo en una distancia de cuarenta metros. Comenzó a trasladarlo como si fuera una pluma. Estábamos asombrados, ¡más que eso! Nunca habíamos logrado tanto. El bloque había avanzado casi veinte metros, faltaba casi nada para conseguirlo, solo unos pocos metros más y nuestro proyecto sería perfecto. Treinta metros, la máquina seguía sin desperfectos. ¡Sentía que se me iba a salir el corazón! Miré a mi alrededor, la gente estaba con la boca abierta, nuestros queridos millonarios se abrazan de emoción al ver que todo iba como se esperaba.
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