Desde el escritorio

Desde el escritorio
Автор книги: id книги: 2148940     Оценка: 0.0     Голосов: 0     Отзывы, комментарии: 0 315,46 руб.     (3,5$) Читать книгу Купить и скачать книгу Электронная книга Жанр: Языкознание Правообладатель и/или издательство: Bookwire Дата добавления в каталог КнигаЛит: ISBN: 9789566039884 Скачать фрагмент в формате   fb2   fb2.zip Возрастное ограничение: 0+ Оглавление Отрывок из книги

Реклама. ООО «ЛитРес», ИНН: 7719571260.

Описание книги

Desde el Escritorio nos transporta a un sendero introspectivo a través de una serie de relatos cortos, donde los amores no correspondidos, la incertidumbre y la melancolía son la tónica que remecerá nuestra quietud. Un recorrido por quiebres y bajos vicios del ser humano darán vida a la agonía y el desasosiego que se experimentan mediante las vivencias cotidianas que tocan nuestra sensibilidad. Un camino por el autodescubrimiento que nos ayudará a la reconciliación con el yo, empatizando con el protagonista que atravesará los bosques oscuros de la mente nociva, aquella que busca doblegar nuestro espíritu resiliente.

Оглавление

Álvaro Santa Cruz. Desde el escritorio

DESDE EL ESCRITORIO. Álvaro Santa Cruz

PRIMERA EDICIÓN. Septiembre 2021. Editado por Aguja Literaria. Noruega 6655, departamento 132. Las Condes - Santiago - Chile. Fono fijo: +56 227896753. E-Mail: agujaliteraria@gmail.com. Sitio web: www.agujaliteraria.com. Facebook: Aguja Literaria. Instagram @agujaliteraria. ISBN: 9789566039884. DERECHOS RESERVADOS. Nº inscripción: 2021-A-7902. Álvaro Santa Cruz. Desde el Escritorio. Queda rigurosamente prohibida sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra. por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático. Los contenidos de los textos editados por Aguja Literaria son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan el pensamiento de la Agencia. TAPAS. Imagen: Elijah O'Donnell (Pexels) Diseño: Josefina Gaete Silva

ÍNDICE

Capítulo 1. Capítulo 2. Capítulo 3. Capítulo 4. Capítulo 5. Capítulo 6. Capítulo 7. Capítulo 8. Capítulo 9. Capítulo 10. Capítulo 11. Capítulo 12. Capítulo 13. Capítulo 14. Capítulo 15. Capítulo 16. Capítulo 17. Capítulo 18. Capítulo 19. Capítulo 20. Capítulo 21. Capítulo 22. Capítulo 23. Capítulo 24. Capítulo 25. Capítulo 26. Capítulo 27. Capítulo 28. Capítulo 29. Capítulo 30. Capítulo 31. Capítulo 32. Capítulo 33. Capítulo 34. Capítulo 35. Capítulo 36. Capítulo 37. Capítulo 38. Capítulo 39. Capítulo 40. Capítulo 41. Capítulo 42. Capítulo 43. Capítulo 44. Capítulo 45. Capítulo 46. Capítulo 47. Capítulo 48. Capítulo 49. Capítulo 50. Capítulo 51. Capítulo 52. Capítulo 53. Capítulo 54. Capítulo 55. Capítulo 56. Capítulo 57. Capítulo 58. Capítulo 59. Capítulo 60

1. Corro y corro, pero no llego a destino. No sé qué busco ni cuál es el camino; solo sé que, desde mi partida, todo ha sido un caos

2. Parecía un día como cualquiera. Fui a la universidad y después a tomar con mis amigos, tal como acostumbrábamos. Era nuestra rutina desde hacía tiempo: llegar temprano, juntar gente y luego irnos a beber. Mis clases poco importaban; estaba solo, cursándolas por tercera vez, sin conseguir buenos resultados

3. Cuando volví todo estaba igual. Todo, menos una cosa. Algo faltaba, la casa se sentía vacía. No comprendí el cambio hasta que lo divisé: vi mi adorno favorito en el piso, roto, destrozado en mil pedazos; incapaz de realizar su función

4. La oscuridad parecía no terminar. Llevaba mucho tiempo viajando sin señales de luz, solo el tenue resplandor de mi teléfono, a minutos de quedarse sin batería

5. Estaba listo, me había tomado mi medicina y quitado la ropa. Ella estaba sentada en la cama con cara de repulsión al ver mi viejo cuerpo desnudo. Yo vibraba de emoción y esperaba a que se sacase sus prendas. Costaba, pero después de un poco se lo quitaba todo. Así eran nuestras noches desde que nuestro hijo murió en aquel accidente. Vigilias en las que nos dábamos cuenta de que nuestra relación salía a flote solo por él y ahora que no está, lo que nos une es la repulsión que sentimos por el otro. Nos casamos jóvenes y tontos, confundimos el cariño con el amor y nunca pensamos en lo que significaba convivir con nuestros defectos, sin estar dispuestos a ceder ninguna de nuestras peculiaridades

6. Él ya no estaba, solo quedaba yo. Tenía que volver con los demás para contarles la noticia, pero ¿cómo les diría? Nadie creería que no fue culpa mía y se descargarían conmigo. No, no lo harían; creerían que había sido un accidente y sería libre de nuevo. ¿Y si no lo creyeran? Tendrían que hacerlo, no tendrían más opciones, fui el único que vio lo que pasó. ¿Y si alguien más nos vio? No, nadie lo hizo, estábamos solos en el cine, ¿o fue en la cafetería? No, tonto, fue en el bar, ¡eso es! Diré que estábamos en el bar, que resbaló y murió, tan simple como eso, pero... ¿en qué bar?, ¿por qué no había más gente?, ¿dónde estaba el barman? Siento que me estoy enredando demasiado. No preguntarán, la noticia será tan impactante que no les surgirán preguntas y, si llegaran a surgir, diré que llegué tarde; sí, eso nada más

7. Corrí hasta no poder más, hasta no ver gente detrás. Tal vez nunca hubo alguien, quizás solo quería huir de ahí, tratar de escapar de mis problemas, de dejarlos atrás, incluso si estos me alcanzaran por más que corriera

8 ¿Por qué molestarme?

10. No pudo más. Llevaba horas buscando, pero no encontraba nada. Estaba solo con sus audífonos, sus fieles compañeros en circunstancias como estas, aunque hoy ni ellos parecían ayudar. Siguió buscando hasta llegar al lugar donde todo había comenzado. Lo miró y recordó todos los momentos que vivió ahí

11. Estimada:

12. Estaba apacible en su silla cuando se largó a llorar. Comenzaba a recordar aquellos días en los que podía ver. Analizaba cada momento, todo lo malo que había hecho para quedar así. Tanto mal provocó en la gente que confiaba en él, fallándole a todos, incluso a sí mismo. Nunca respetó límite alguno, sin impedimento de hacer lo que quisiera y, hasta hoy, sin arrepentirse

13. Eran las siete de la tarde cuando volví a mi casa. Cumplí con todos mis trabajos y solo quería descansar. Al llegar frente a la puerta tuve el presentimiento de que algo extraño esperaba del otro lado. Me armé de valor y entré, encontrando el correo en el piso, aquel que siempre quedaba ahí hasta que llegara de trabajar o me dignara a levantarlo

14. Decidió sentarse en la cama pensando en qué hacer ahora que no conciliaba el sueño. Comenzó a recordar su niñez, cuando no tenía preocupaciones ni responsabilidades; cuando era realmente feliz. Se miró en su espejo y no vio más que el tiempo a través de su mirada. La extrañaba más de lo que era capaz de admitir. Trajinar entre sus memorias apartando fotos, cartas y postales que jamás debió cargar con tal connotación dolorosa. Ver la cómoda al costado de la cama no debía provocarle tan fuertes escalofríos. Pero no era cobarde pues, armándose de valor, abrió el cajón de su velador, buscó su número y decidió llamarla

15. Estaba sentado en la terraza, mirando el horizonte y pensando en la vida, solo. De pronto la vi salir. No me dijo palabra alguna y se sentó

17. Esa noche recibí su visita. Estaba más bella y cercana que nunca, con su cabello recogido y los párpados delineados. Aunque no venía a verme, pues solo hizo una parada para observarme entrar en la cama, luego partiría a Santiago. Supuse que una vez completado su cometido, volvería a visitarme para reírse de mí y despedirse después de esos tres años que estuvo presente al acecho

18. Increíblemente, fui el último. Uno a uno, fueron cayendo y en cada ocasión cumplíamos lo acordado. Esta vez fue más difícil, puesto que solo estaba yo. Levanté mi vaso en honor a todos y en especial por aquel que lloraba ese día

19. Cuando desperté supe que sería un gran día, cosa bastante inusual, ya que la felicidad me había sido esquiva desde hacía un tiempo

21. El otro día soñé que podía cumplir uno de mis mayores sueños, pero no fui capaz. Desperté muy agitado, pensando ¿qué me frenó?

23. Otra noche estoy aquí, solo, sin más que el sonido de una ampolleta que está por quemarse

24. Hoy decidí entenderlo: sacarme la venda de los ojos y ver con claridad aquel sueño que creía vivo, enterrado desde hacía mucho tiempo y, como todo lo muerto, no volverá a la vida

25. Bienvenidos a Arreit

26. Esta es mi vida

27. Ha pasado todo el día fuera de casa y por fin llega a descansar. Casi no nos recuerda, ahora solo somos pensamientos que vagan por su mente, todos distintos, pero con algo en común; reproducimos palabras que otros pensaron

28. Estaba tranquilo, como todos los días. Pensé que seguiría encerrado, pero hoy fue distinto

29 ¿Cómo llegué a esto?

30. Lo pasado ya quedó en el ayer. Lo que alguna vez fue no volverá. Los aires de un nuevo comienzo se acercan, siempre y cuando los sepa recibir. Tendré que aprender a no repetir mis errores, a no tropezar con la misma piedra por décima vez

31 ¿Cómo hacer para que todo se arregle?

32. Hoy fue un día muy diferente. Cuando había llegado su momento de quejarse de todo aquello que normalmente lo atormentaba, no encontró motivos para hacerlo. Nada lo había molestado, hasta podríamos decir que ese fue un buen día

34. Por fin todo había terminado. Los meses de encierro, la incertidumbre; todo el sufrimiento era parte del pasado

35 ¿Es este sufrimiento el resultado de cosas hechas en el pasado?, ¿o es simplemente algo que viene acompañado de ir creciendo en la vida? Nunca fui tan malo como para merecer esto, al menos eso creo. Bueno, estuvo esa vez que… pero eso fue solo un accidente, y cuando le dije… pero fue por su propio bien. Tal vez sea por… no, no puede ser eso, todos lo hacen y no los veo sufriendo como yo. Pero ¿qué tal si lo están y tan solo no lo demuestran?, ¿qué pasaría si todos estuviéramos igual, pero ninguno quisiera decirlo? No, eso es absurdo, ¿cómo podríamos estar sufriendo de la misma manera sin que nos diéramos cuenta?, ¿será una posibilidad?, ¿o no? Quizás, pero no debería preocuparme por ellos, tampoco lo hacen por mí y, como dicen, ojo por ojo

36. Al fin lo logré, pude juntarme con ella. No bajo las condiciones esperadas, pero no puedo ser exigente

37. Aún no comprendo qué fue lo que pasó. Cómo pasé de ser un tipo normal al alcohólico que todos ven

39. Trató de concentrarse en la lectura, pero algo lo tenía inquieto. Se rindió al tratar de entender y decidió hacer un repaso de su día

40. Me senté en la cama unos minutos. Tenía que tomar una decisión: trabajar o seguir aplazando mis responsabilidades. Luego de mucho pensarlo encendí la televisión sin intención de mirarla, sino para sentir la voz de alguien más y engañar a mi soledad

41. Una vez más se vio enfrentado a esa puerta. No sabía si entrar o dar media vuelta y olvidarse de ella

42. No hay mayor sufrimiento que aquel generado por la incertidumbre; ese dolor que no tiene más remedio que su contrario, la comprobación, la que puede llegar a ser mucho peor que la propia duda

43. Lo único real en ese momento era que el camino se hacía cada vez más complicado, el resto parecía pura fantasía

44. Acostarme y dormir. para mí eso es ahora vivir, porque ahí es donde respiro, porque ahí es donde te miro. Solo en mis sueños siento. que soy libre de verdad, solo en mis sueños sonrío. ya que te tengo ahí conmigo. Corro para abrazarte. al igual que antes, y mi cara se ilumina. al ver que volviste. Ahora toca despertar, ahora toca regresar, a ese camino sin sentido. que recorro hacia mi destino

45. Tú,

46. Ese día no fui capaz de contener mi alegría, pues por fin había recuperado mi razón de sonreír. Cómo no estar enamorado de ella, si es la única que me genera esa sensación de felicidad plena

47. Me llena un sentimiento de autodestrucción. La rabia y el enojo hacia mí mismo pasaron a ser algo latente y constante

48. Ese viaje lo cambió todo. Ya no estaba solo. Los amigos que encontró no podrían quitárselos. Estaba incrédulo de cómo pasó todo. Lo que comenzó como un fin de semana cualquiera, terminó con él madurando y avanzando hacia una vida más tranquila

49 ¿Han llegado a ese punto del día en el que ya no saben qué hacer?

50. Realidad, ese condenado golpe que te muestra lo que no quieres ver. Puede ser algo bastante positivo, pero en mi opinión no lo es, ya que, sabiendo como es la vida, no quiero asumirla y prefiero vivir en mis fantasías. Pienso en que algún día todo se dará vuelta y volveré a ser feliz, mas, la experiencia y mi realidad me muestran que no será así

51. Era la batalla más esperada del año, al menos para mí

52. Decidí volver al lugar donde todo terminó. Una vez más era hora de enfrentar a mis demonios. Con anterioridad me había propuesto esta tarea sin mucho éxito, pero esta vez se sentía diferente. Había un nuevo demonio dando vueltas

53. Me subí al auto y una sensación muy extraña se apoderó de mí. Sentí mucho frío y luego una profunda angustia, pero no fue hasta cuando me acercaba a casa que exploté

54. Cuando terminé mi día te llamé, pero no contestaste. Enseguida pensé que estabas descansando y soñando con cosas mágicas, así que decidí no insistir para dejarte disfrutar

55. Había llegado el día

56. Pasó todo el día ocupado y ahora se tomó su tiempo para estar con él. Estaba tratando de escapar de algo, pero ¿de qué?

57. Ese día todo sería diferente. Tenía mucho que hacer, pero por primera vez, estaba bien organizado

58. No estaba seguro sobre lo que haría, pues parecía tarde para conseguir cambiar algo; así que decidió recordar

59. Ya perdí cualquier noción del día. Hace mucho que no me deja salir y ver el mundo, ¿por qué me tiene encerrado? Debe ser por esa vez que… o tal vez esa otra ocasión cuando… quizás es por culpa de ella, o la que vino después, o todas las que pasaron

60. Después de años llegué al final del camino

Отрывок из книги

El alcohol se convirtió en mi consejero. Me escuchaba sin hablar hasta terminar la sesión. Teníamos varias por día, pero siempre terminaban de la misma forma, conmigo tendido en el suelo sin saber de situación alguna.

Parecía que todo era mejor antes: cuando había luz, sentido; lo que fuere... Quizás algún día volverá esa luz. Tal vez volveré a sonreír, incluso puede que te vea de nuevo.

.....

Paré un segundo para analizar la situación; miré a mi alrededor y solo vi sombras, pero no de personas normales, sino de aquellas que parecen seguirte. Puede ser que estuviera algo paranoico, mas, entiendan lo que es estar rodeado de oscuridad por tanto tiempo.

Cuando me dispuse a seguir avanzando sentí un estruendo. Por un minuto pensé que era mi imaginación, pero luego volví a oírlo; más fuerte, más cerca. Y de pronto la vi. No podía ser otra más que ella, mi dama de compañía favorita en las frías noches de Santiago.

.....

Добавление нового отзыва

Комментарий Поле, отмеченное звёздочкой  — обязательно к заполнению

Отзывы и комментарии читателей

Нет рецензий. Будьте первым, кто напишет рецензию на книгу Desde el escritorio
Подняться наверх