Breve historia de España para entender la historia de España
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Manuel García Cabezas. Breve historia de España para entender la historia de España
Отрывок из книги
Esta historia no es para saber Historia sino para comprenderla. En este libro no abundarán datos ni nombres que nos permitan triunfar en un programa de preguntas de la televisión o quedar bien delante de invitados sabihondos en las reuniones familiares. Este libro pretende «entender» adónde hemos llegado y cómo lo hemos hecho. La finalidad es entender el presente.
La Historia es fundamental en esta época de destellos fugaces y de falta de sosiego. Sin historia no comprenderemos el presente. Esta historia es para los que siempre les ha atraído la Historia y nunca han tenido tiempo de estudiarla. La Historia es una labor compleja que exige tiempo y dedicación, cosas muy valiosas y a veces despreciadas.
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Con la caída de Numancia quedaba casi toda la meseta en manos de Roma; solo resistían los cántabros, los astures y los vascones, en las estribaciones montañosas del norte de la península. En el año 123 a. C. el cónsul Cecilio Metelo conquista las Baleares y funda dos colonias: Palma y Pollentia. Los romanos ya habían empezado a fundar colonias —que con el tiempo se convertirían en ciudades— en los límites de sus dominios, como forma de defender sus posesiones y como factor de atracción a otros pueblos; así surgen Graccurris (Alfaro), Iliturgi (Mengíbar, Jaén) y, en el año 170 a. C., Carteia (Algeciras), primera colonia latina fuera de Italia, para albergar cuatro mil hijos de soldados romanos y mujeres indígenas que solicitaban al Senado un status jurídico superior al que tenían; según las leyes, los hijos de un ciudadano solo podían ser reconocidos como ciudadanos si la madre era ciudadana; el pretor Canuleyo, en nombre del Senado, los hizo libres y con la concesión de tierras en Carteia les otorgó el estatuto de latinidad. Llama la atención que ese mismo estatuto se concediera a los antiguos pobladores de la ciudad. Un caso semejante sucedió con la colonia de Córdoba, fundada por Marcelo en el 168 o 152 a. C. donde con el establecimiento de colonos se concedió la ciudadanía a numerosos indígenas. Ambas fundaciones indican la existencia de un grupo importante de colonos, romanos e itálicos, en su mayoría antiguos soldados que tras su licenciamiento decidieron quedarse en la península como agricultores, convirtiéndose en un factor más de romanización.
Aquí tenemos que hacer referencia a la situación general de Roma para poder seguir con nuestro relato. La expansión del dominio romano por todo el Mediterráneo y zonas contiguas provocó un cambio social en la ciudad de Roma y en sus ciudadanos; la clase alta detentaba el poder político, tanto en la metrópoli como en las provincias que, a su vez, les procuraba un poder económico en aumento. A mediados del siglo I a. C. empezó a surgir una demanda de acceso a ese poder por una parte de la sociedad (équites); mientras, se degradaba la condición de agricultores y artesanos sobre los que en los primeros momentos de la República romana se habían sustentado los valores de la sociedad y el reclutamiento del ejército, que ahora engrosaba la cada vez más numerosa plebe. Estas tensiones iban a desencadenar, durante la última mitad del siglo I a. C., una serie de guerras civiles que tendrían en Hispania un escenario donde dirimir sus luchas. El triunfo de Julio César, uno de los personajes claves de la historia de Roma, en Munda (en las cercanías de la actual Montilla, Córdoba) el año 45 d. C. acabó con ese periodo de guerras civiles y supuso una reorganización profunda y administrativa de Roma, que se podría resumir en que la República daba paso al Imperio. A partir de ahora, el que gobernara en Roma sería emperador: jefe político, sumo pontífice —jefe religioso— y jefe supremo del ejército. Hispania fue un elemento clave en estos cambios; allí se dieron las principales batallas entre las facciones y los hispanorromanos se vieron involucrados en una u otra facción, lo que por otra parte era prueba de que la península ibérica era ya un territorio importante en el mundo romano y que a su vez el mundo romano ya era parte de la sociedad y de los pueblos hispanos.
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