Dios anda entre puntos y comas
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María Cristina Inogés Sanz. Dios anda entre puntos y comas
Prólogo
Introducción
Los puntos, zonas verdes de Dios
La coma, esa puerta giratoria especial
Los dos puntos. y el arte del protocolo
Admiración, identidad y sorpresa
Los anzuelos. y el hipopótamo
¿Cuáles son nuestras fuentes?
El signo más filosófico. y tentador
Diálogo y ecumenismo. de sangre
Lo que guarda el corazón
El asterisco, la estrella de luz
Guion bajo, tocar tierra. para hacer el cielo
Diéresis, dos puntitos con impacto
La barra inclinada, un tobogán y mucho más
La pleca, la diferencia sin privilegios
La encrucijada. de la almohadilla
Los corchetes, lo que otros nos ayudan. a decir
LA COMUNIÓN DEL SIGNO IGUAL
El abrazo de vuelta y media de la arroba
Bibliografía
Notas
Contenido
Отрывок из книги
A Pedro Zamora García,
nuestro amigo.
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Después de remarcar la importancia de las zonas verdes, nos gustaría observar dos puntos relevantes que aparecen en la Biblia: en el Génesis y en el evangelio de Lucas. En el relato creador de los dos primeros capítulos del primer libro del Antiguo Testamento, Dios pone un punto al culminar el séptimo día. Podríamos decir que es un punto y aparte. Un punto para releer la acción creadora, para recapitular, para admirar la grandeza de una obra surgida del decir divino, para subrayar la necesidad del descanso, de la pausa, de la invitación a la contemplación: «Para el día séptimo había concluido Dios toda su tarea; y descansó el día séptimo de toda su tarea. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque ese día descansó Dios de toda su tarea de crear» (Gn 2,2-3).
La manera de actuar de Dios nos muestra a nosotros posibles formas de gestionar nuestro tiempo, nuestra semana, dando espacios a relecturas, análisis, reflexión y oración. Ese punto del Dios creador supone nuestro punto de partida, al que habremos de volver para seguir transitando por la ortografía vital. Releer la vida de una manera creyente es una sana práctica que puede entroncar con el «proyecto de sentido», como gusta llamarlo a Juan Antonio Estrada, de lo que es la existencia diaria con el fin último de la misma. Como ocurre cuando escribimos un texto, que, al releerlo, descubrimos matices que faltan o ausencias que hemos de cubrir hasta que queda completo, así sucede también con esa mirada hacia la propia vida en clave de revisión.
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