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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN. En el tiempo de los jueces…
Capítulo I. RUT Y NOEMÍ: AMADAS EN LA FATALIDAD. Descubriendo la soberanía
1. Una familia en apuros
2. De los apuros a la fatalidad
3. Decisiones
3.1. La decisión de Noemí:
3.2. La decisión de Orfa
3.3. La decisión de Rut
4. De vuelta a casa
5. Protagonistas del cambio
6. El premio escondido
Capítulo II. DÉBORA: AMADA EN LOS DESAFÍOS. Descubriendo el poder. 1. Una heroína de nuestros tiempos
2. La Madre de Israel
3. Cualidades de una luchadora
4. Venciendo obstáculos comunes
5. Reservas de gracia
Capítulo III. LA MADRE DE SANSÓN: AMADA EN LOS FRACASOS. Descubriendo el consuelo
1. Aprendiendo a vivir con un estigma
2. Una visita especial
3. Preparándose para ser padres
4. Crianza en tiempos difíciles
5. Experimentando el dolor
6. Una esperanza para las madres
7. Un vuelo perdido
Capítulo IV. ANA. Amada en la vergüenza. Descubriendo la fe
1. De la decepción a la vergüenza
2. Una mujer de gracia
3. Una oración diferente
4. La respuesta esperada
5. Entregando lo más preciado
BIBLIOGRAFÍA
Acerca de la autora. PATRICIA ADRIANZÉN DE VERGARA Ph. D
Para Teresa, Cecilia y Gabriela
Mis amadas por siempre
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Su pueblo se asemejaba cada vez más a los pueblos paganos de alrededor pues silenciosamente iban adquiriendo sus costumbres y estilo de vida. Era paradójico, luchaban contra ellos, pero a la vez se parecían a ellos.
¡Cuánto anhelaba la paz y la protección de Jehová! Aquellos tiempos parecían tan lejanos y ella estaba tan llena de temores. Sentía que no podía proteger a su familia y si volvían a invadirlos tal vez ni siquiera podría alimentarlos. ¿Volvería a pasar hambre como recordaba sucedió durante su adolescencia? La guerra siempre a las puertas. El caos y la confusión hasta que Jehová enviaba liberación por medio de uno de sus jueces. Y así obtenían la paz, pero luego el pueblo volvía a apartarse de Dios y otra vez los invasores desparramaban el terror a las calles. Ella era una simple mujer, ¿qué podía hacer? Nadie escucharía su voz. Aunque parecía haber descubierto la clave de la desgracia de su pueblo. “Volver a Jehová, volver a Jehová, volver a confiar en él, arrepentirse de corazón y buscarlo”. Ella lo amaba. Jamás dejó de amarlo, desde aquella vez cuando muy pequeña su padre la llevó al lado del río y le mostró las doce piedras que Josué mandó levantar, una por cada tribu, para conmemorar el cruce del Jordán hacia la tierra prometida. Dios no quería que su pueblo jamás olvidara que él dividió las aguas del Jordán y los hizo pasar en seco. ¡Cuán especial se sintió entonces! Aunque era una niña se sintió amada por un Dios poderoso.
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