Отрывок из книги
La elegida
de Paula Fanelli y Laura Nevole
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Hay cosas que sí podemos afirmar del proceso, en el que Camila Mansilla (nuestra madrina artística) fue una pieza fundamental. Ella nos puso frente a dos preguntas que nos desvelaron: qué une a estos momentos que íbamos eligiendo, y quién los cuenta.
Gombrowicz dice que escribir es andar arriba de un caballo desbocado. No sé a dónde voy a ir a parar, pero tengo que llegar a puerto. Escribir es esa pulseada entre dejar que el caballo te guíe, y arrearlo para llegar a destino. Las entrevistas o más bien conversaciones fueron ese dejarnos ir. En la escucha, en la desgrabación, aparecía la necesidad de tomar decisiones, como cuando apareció la situación del aborto. Desde el primer momento decidimos que la palabra aborto no iba a aparecer. No había una justificación racional, pero sentíamos que algo de esa palabra iba a capturarlo todo, en lugar de darnos la posibilidad de atravesar la experiencia de ese aborto. O por qué decir “y dije que sí”, en lugar de “esto es lo mío” como quizás Laura lo contaba en las conversaciones. Decisiones estéticas. No buscábamos un testimonio, sino una narración, y una narración se inscribe dentro de un relato de algo que queríamos contar y eso iba a estar definido por quién contaba y por qué contaba esto ahora.
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