Una novela campirana escrita en lenguaje coloquial, que narra las vicisitudes de los trabajadores agrícolas de las haciendas de San Luis Potosí, tomando como referencia la del Pozo del Carmen. Los estilos de vida, la brutalidad de los capataces, las tiendas de raya, la miseria y el trabajo, siempre, desde muy jóvenes y hasta que se agote la vida.
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Ramiro Castillo Mancilla. Peones de hacienda
Prólogo
Dedicatoria
I. El castigo
II. La confesión
III. Fidela Beltrán
IV. Elisa Hernández, “Lichita”
V. El peluquero
VI. La llegada del hacendado
VII. Cómo vivían los Chichimecas
VIII. Don Ciro Beltrán
IX. La novia depositada
X. La dotación de maíz
XI. En el cerro de la cantera
XII. La tienda de raya
XIII. Inconvenientes de vender la hacienda
XIV. La Pepena
XV. El hacendado en misa
XVI. El granizo
XVII. Las yuntas
XVIII. El capataz en las milpas
XIX. El ahogado
XX. El arreglo para el casorio
XXI. La venta de la hacienda
XXII. Nuevas formas de trabajo
XXIII. Los peones ahorcados
XXIV. La tragedia
Glosario
Contenido
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La novela relata la vida de los peones en los tiempos gloriosos de la hacienda del Pozo del Carmen como una mirada a su pobre vida; “todo lo que hay debajo del cielo en este lugar es del amo.” Vaya manera de vida.
El lenguaje coloquial en el que está escrita hace que se saboree mucho más, palabras que ya no se utilizan o que siguen vigentes en las comunidades rurales, algunas de ellas las traduce el autor a manera de glosario al final de la novela, para que el lector las contextualice.
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Cuando terminó de llenar los costales con las bolitas de chiva, con suma facilidad cargó uno de ellos en su espalada para llevarlo al patio principal de la hacienda donde había varios árboles frutales: aguacates, higueras, membrillos, duraznos y desde luego, las rojas granadas. Regresó después por los costales restantes, para abonar la tierra de los innumerables arriates de los jardines de la hacienda.
La tarde se pintó de gris, y en medio del corral permanecía el verdugo con el látigo en la mano; ahora ladraba en voz alta para ser escuchado por los peones ahí reunidos.