Отрывок из книги
Decían los antiguos samuráis que no se forja un espíritu de superación cuando no hay nada que superar. Del mismo modo, todas las grandes historias que tanto nos inspiran, todas las historias de superación, comienzan con un drama: si no hay drama, no hay nada que superar.
No es que un drama sea positivo, ni mucho menos, pero esas situaciones nos obligan a ser más fuertes, y es entonces cuando descubrimos que lo somos mucho más de lo que pensábamos. En ocasiones no descubrimos lo fuertes que somos hasta que esa fortaleza es la única opción.
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Y aquí quiero hacer hincapié en que el éxito siempre será algo muy personal, su significado va a variar mucho dependiendo de la persona que lo esté viviendo.
En ocasiones, el simple hecho de poder levantarse y dar un paso puede ser una gran victoria para muchos de nosotros, como fue mi caso en particular. Conseguí levantarme yo solo de la cama o silla y, tras levantarme, empecé a mover una pierna; junto a un empuje con la cadera, conseguí dar algo parecido a un paso; después lo mismo con la otra pierna, y con la otra, y repetimos, repetimos, repetimos… ¡¡¡Ya estábamos andando de nuevo!!!
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