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Sebastián Blaksley. Elige solo el amor: Ecos de santidad
Un mensaje de Sebastián
Cómo se originó
Descripción de las manifestaciones
Nota aclaratoria
Preludio
1. Amor trino
I. Refugio de amor divino
II. Trinidad santa
2. La cuna del pensamiento
I. ¿Dónde nacen los pensamientos?
II. La ventana de la consciencia
III. Imaginación y pensamiento verdadero
IV. Pensar y ser
3. El origen de la creación
I. Preludio
II. El ser como fuente
III. El ser unificado
IV. Amor y creación
4. La llamada del amor
I. La oración como unión
II. La sanación de la memoria
III. Unión y creación
5. Una luz en las tinieblas
I. Unidos en una cadena de luz
II. Aceptación y unidad
6. Devoción: unión de los tres corazones
I. María, Jesús y vos
II. La segunda venida de Cristo
III. Estructuras, símbolos y esencia
IV. La devoción como manifestación del amor
V. La medalla de la unión
7. Los milagros del amor
I. Preludio
II. Consagración al amor
III. El grito del ser
IV. Hágase en mí
8. La morada de la luz
I. Preludio
II. Expresión y conocimiento
III. Invisibilidad
IV. La cuestión del ego
V. La cuestión de los sentimientos, las necesidades y los deseos
VI. El deseo de ser y conocer
VII. Amor providencial
9. El origen del alma
I. El alfa y omega
II. El gozo de crear
III. Se crea el alma pura
IV. La pura potencialidad del amor
10. Nace el miedo
I. Preludio
II. El recuerdo de quién eres
III. Miedo a no ser
11. El sueño de Adán
I. Inconsciencia
II. La amnesia del ser
12. El castillo de naipes
I. El desafío al amor
II. Todo está permitido
III. Un tiempo para el miedo
IV. El campo de batalla
13. Ama todo lo que surja en ti
I. Preludio
II. La opción por el amor
III. Olvidar para recordar
IV. Desafiar al mundo
V. La identidad del yo sufriente
VI. El poder de la evocación
VII. Los recuerdos del amor
VIII. El retorno al amor
14. Bifurcación
I. Preludio
II. La abolición del sufrimiento
III. Estáis listos
15. Amor incomparable
I. Preludio
II. El poder del deseo
III. La voz de la verdad
16. La neutralidad de la creación
I. Ecuanimidad y verdad
II. Coherencia de la creación
III. Distorsión y sufrimiento
IV. El juego de las lágrimas
V. Deja de pensar
VI. No estás sola
VII. Misericordia y no sacrificios
17. El Cristo viviente
I. Preludio
II. La encarnación del Cristo en ti
III. Co-crear y ser
IV. Tú estás en Dios
V. Tu nueva humanidad
VI. Jesús y María, el camino a seguir
VII. Soy el que soy
18. Vida en plenitud
I. Preludio
II. La voz de tu corazón
III. La plenitud del ser
IV. La atracción de tu verdadero ser
V. El abrazo de tu ser
VI. Ser. Simplemente ser
19. El sello de la santidad
I. Preludio
II. Hijos de María
III. La inmaculada concepción
IV. Invitación a vivir en la verdad
V. Un diálogo de amor
20. La morada de Cristo
I. Preludio
II. La abundancia del corazón
III. Amor, felicidad y armonía
IV. Todo comunica
V. Diferenciación y comunicación
VI. El lenguaje de la unidad
21. El vuelo de la libertad
I. Preludio
II. Eres libre
III. La decisión de ser libre
IV. El amor lo llena todo
Palabras finales
Una relación mística. Aclaraciones a la obra, por Sebastián Blaksley. I. Relativo al amor
II. Cristo encarnado
III. Más allá de las palabras
Anexo
La coronilla a la divina misericordia
Rosario al inmaculado corazón de María
Magnificat
Canto a la Misericordia Divina
Nuevo canto de María
Sobre el receptor
Elige solo el amor, serie completa:
Recursos
Отрывок из книги
El amor incluye todo lo que somos. Desde nuestra realidad humana nos puede llevar más allá de nuestras ideologías, culturas, educaciones, personalidades y creencias, hacia lo que no puede ser expresado en palabras porque está más allá de todo límite. Esta es la razón por la que, en esta oportunidad, los ángeles expresan su amor universal utilizando símbolos concretos. En mi caso, los propios de una persona laica, devota del siglo XXI, nacida en Argentina y con educación católica. Sin embargo, durante las manifestaciones, se entiende con claridad que el amor es universal y su voz va dirigida a todos y todo. El amor no hace excepción de personas. Es siempre inclusivo.
Sé, por lo que escucho, veo y experimento, que los mensajes recibidos son para todo el mundo e incluso para todos los tiempos, a pesar de la dificultad que a veces experimentamos por causa de la limitación de las palabras humanas, las cuales pueden separar, a pesar de que están ahí para explorar y unir.
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Dado que el amor es relación, puesto que es unión, el amor divino solo puede conocerse en la relación con lo divino, es decir, con Dios. Dicho llanamente, conocerse a uno mismo en la relación directa con Dios es conocer a Dios, fin último de todo ser. Conocer a Dios es tu meta y tu destino.
En la relación directa con Dios es donde descubres, por medio de la revelación, la verdad de lo que eres: el Cristo viviente que vive en ti. Vivir en armonía con este descubrimiento es lo que significa retornar al amor.
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