La niña que quiso saltar desde un acantilado

Реклама. ООО «ЛитРес», ИНН: 7719571260.
Оглавление
Sergio Antón. La niña que quiso saltar desde un acantilado
Sinopsis
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
Datos de autor
Отрывок из книги
La niña que quiso saltar desde un acantilado- Después de una vida repleta de penurias y miseria, una madre decide llevarse de la mano a sus dos hijos pequeños y arrojarse por un acantilado. Este es el punto de partida de esta enternecedora novela que avanza a caballo entre el costumbrismo más crudamente descriptivo y el realismo mágico de influencia latinoamericana. Narrada desde la voz de la niña, conoceremos las vidas de su madre, huérfana que tuvo que huir de su casa de acogida tras ser violada por su padre adoptivo, y de Tía Elvira, la bondadosa anciana que la recogió y cuidó. La niña, a medida que comprende la clase de vida que le ha tocado vivir, crea en su imaginación a Surimá, una princesa heroína de su edad que disfruta de todos los privilegios que ella no posee.
Madre ya no lloraba desde hacía tiempo. Tía Elvira nos decía que no era así, lo que pasaba es que ya no lloraba para fuera y ahora las lágrimas le brotaban hacia las entrañas, y era por eso que de vez en cuando se retorcía de dolor, se hincaba de rodillas y se hacía un ovillo, porque, según nuestra tía, las lágrimas eran tan amargas que le agujereaban el estómago.
.....
T, que como yo nunca conoció a su padre, se quedaba fascinado con aquella historia que creía sin asomo de duda, y su inagotable curiosidad bombardeaba a nuestra tía con incesantes e imposibles preguntas, que Tía Elvira contestaba mostrando su infinita paciencia. Y lo que más me maravillaba: sin contradicción alguna, a pesar de lo que creció la historia con todos los detalles que se fueron añadiendo durante años de relatos y que nuestra tía, minuciosamente, almacenaba en su memoria para así no defraudar a T.
Tía Elvira era una excelente cuentista, como lo fue su madre; al punto que incluso yo, que ya tenía edad para saber que aquella paternidad astral era imposible, a veces y mientras relataba, me quedaba ensimismada mirando a mi hermano pequeño, y me lo imaginaba dando luz y calor a un diminuto planeta del tamaño de nuestra catedral (como todo el mundo sabe que hacen los hijos pequeños del sol).
.....