Universales
Описание книги
En Universales. Feminismo, deconstrucción, traducción, Étienne Balibar problematiza la noción de universal, clarificando los debates sobre el sentido y el valor del universalismo. Esta noción, discutida calurosamente hoy en día (podríamos hablar de una «querella del universalismo» como antes, a propósito del humanismo) no podría ser unívoca, debe ser pluralizada, o más bien diferenciada, por dos razones cuyo conjunto produce una dialéctica sin fin establecido: por una parte, toda enunciación del universal (por ejemplo, los «derechos del hombre») está situada en un marco geográfico e histórico (que podemos llamar: una civilización) que la afecta en su forma y contenido; por otra parte, la enunciación de lo universal no es tanto un factor de unificación de los seres humanos, como de conflicto entre ellos y con ellos mismos. Digamos, que esta sólo une dividiendo. Todavía hace falta intentar poner un poco de orden en esta equivocidad del universal, que a la vez engendra el extravío de los discursos universalistas y ayuda a formular la exigencia que los atraviesa.
Al final de un recorrido «constructivo» y «deconstructivo», tres aporías son enumeradas, relativas al «mundo», al sujeto colectivo (el «nosotros» y sus «otros») y a la comunidad política (la «ciudad» o «ciudadanía»), cuyo conjunto confiere a la nueva querella de los universales —de la cual somos participes— su carácter indisociablemente filosófico y político. El autor propone articularlos con otros temas que han llegado al primer plano de su trabajo filosófico en los últimos años: las diferencias antropológicas y la traducción desigual de las lenguas que «se hablan» entre sí. A la noción de un multiversum que se situaría, no más acá sino más allá de la unidad, se puede hacer corresponder al nivel de los individuos la figura de un sujeto cuasitranscendental, para quién la cuestión ontológica que lo constituye, al mismo tiempo que lo condena a errar, es precisamente la de la multiplicidad de las diferencias de lo humano.
Отрывок из книги
Étienne Balibar
UNIVERSALES
.....
Es como decir, como lo había sostenido Derrida (concretamente en “Les fins de l’homme” de 1968),20 que Hegel es, radicalmente, un crítico del “humanismo teórico” y de las definiciones de la esencia humana en que se basa (por ejemplo, la humanidad como racionalidad, consciencia, etc.), ya que el humanismo teórico es por excelencia, una figura (finita) de la enunciación de lo universal. Pero esto no quiere decir que Hegel no sea un metafísico: al contrario, el poder de su crítica del humanismo, y por lo tanto, de su elucidación de las contradicciones del universalismo religioso, jurídico, moral, político, virtualmente también médico o “biopolítico”, etc., viene de haber encontrado un modo de recrear la metafísica, y así reafirmar el primado de la identidad, haciendo de ella una metafísica de la identidad propia del Espíritu en su devenir, es decir, en la historia, que pasa por todas las figuras particulares de contradicción del universal y las relativiza todas. Ahora bien, hoy vivimos en una edad “poshistórica” a la vista de esta figura de la dialéctica, no en el sentido de una desaparición de la historicidad, sino en el sentido de una desaparición del postulado, o de la ilusión, de la univocidad del devenir histórico. Es por eso que nosotros estamos en condiciones de captar lo que Hegel, con toda su grandeza, no podía comprender, es decir, que la dialéctica del universal en la historia tiene también la función de una norma, que tiene también como principio, como la metafísica de la esencia, o la metafísica de lo trascendental, el producir sus propias exclusiones internas, aunque no fuera sino trazando a priori una frontera entre la barbarie y la civilización, o las civilizaciones del “pasado” y las civilizaciones del “futuro”.
Es por lo que quisiera a mi vez, oponer a la problemática hegeliana otra problemática, por medio de la cual trataré de comprender, al menos como principio, lo que inscribe las contradicciones del universal (y en particular las que se traducen en la persistencia, la renovación incesante del racismo y del sexismo) no solamente por el lado de los efectos de la institución, sino por el lado de sus condiciones de posibilidad, o de lo que he llamado hipotéticamente el proceso instituyente. Esta problemática, en vez de depender de la dialéctica, en todo caso en el sentido hegeliano, sugiero que depende de lo que en Francia se llamó en el siglo pasado el estructuralismo: lo que también es una manera de indicar que no pretendo en absoluto ser el inventor, aunque quizás en esta forma esquemática no se encuentra en ninguno de los autores que han afirmado ser del estructuralismo, o que han permanecido aún más dependientes de lo que querían, al desmarcarse de sus exposiciones canónicas. Esta problemática se centra en la idea de diferencia antropológica, y por lo tanto, por definición, se deriva de un intento de reactivación de lo que antes se llamaba antropología filosófica, en una relación necesariamente muy estrecha con la antropología social, cultural y psicoanalítica.21
.....