Отрывок из книги
Dedico esta novela a mi maestro y amigo el escritor Juan José Delgado, en paz descanse, con quien pude discutir flecos y andanzas de esta obra antes de su prematuro fallecimiento en 2017. Pero también quiero dedicarla a mi esposa Gema y a mi hijo Pablo Álamo de la Rosa, que vino a mi mundo para hacerlo mejor en 2011, y a Elisa y a Yurena Martín, quienes me ayudaron con sus correcciones. Tuve la ocurrencia de escribir esta novela en 2009. En una década siempre ocurren cosas que no caben en una dedicatoria. Menos mal.
es la boca de la gruta. No hagas ruido, y entra.
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No sé qué me pasó, pero en ese instante volví a la realidad y la realidad era un Armando con los ojos hirviendo en sangre, lanzando patadas a un perro desorejado que se aferraba a su canilla y un sopor caliente que me bajaba por el cuello y que, ahora me daba cuenta, eran ríos de mi propia sangre manando de mi oreja cercenada, del hueco donde había estado, antes, hace nada, mi oreja derecha.
Aquel perro me dio la vida. Con su último esfuerzo, lo escuché lloriquear mientras yo corría por fin. Armando debió clavarle el cuchillo para que sus mandíbulas le soltaran la canilla. Aquel perro me devolvió la vida.
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