Читать книгу Los latidos de Yago (Yago's Heartbeat) - Conchita Miranda - Страница 10

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Pero un día, todo cambió. Era un día tranquilo de invierno,

de ésos en los que el sol intenta aliviar el frío con sus dulces rayos.

Yo andaba revuelta de arena, esperando ser descubierta y al momento lanzada

como de costumbre al mar, cuando una áspera y ruda mano me cogió

entre sus dedos, y limpiando la arena que me cubría, sonrió.

Y es que yo no era sólo pequeña. También tenía un extraño y torcido agujero,

que me hacía diferente.

Los latidos de Yago (Yago's Heartbeat)

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