Читать книгу Antropología forense y violaciones al Derecho Internacional Humanitario - Edixon Quiñones Reyes - Страница 7

Introducción

Оглавление

El 29 de noviembre de 2017 los medios de comunicación difundieron un video en el cual, en plena audiencia del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), se observa a Slobodan Praljak ponerse de pie y pronunciar unas palabras en lengua croata; acto seguido, procedió a ingerir el contenido de un pequeño frasco de vidrio. Según las noticias:

El exlíder militar bosniocroata Slobodan Praljak murió ayer en un hospital de La Haya después de haber ingerido veneno mientras escuchaba cómo el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) confirmaba su condena a 20 años por crímenes de guerra [...] (EFE, 2017, s. p.)

A pesar de la crudeza de las imágenes del suicidio de Praljak, pocos espectadores conocen las razones por las que estaba siendo procesado por el TPIY, lo que motivó al autor a escribir este trabajo sobre la antigua Yugoslavia, una confederación que nació luego de Segunda Guerra Mundial, cuando las repúblicas de Serbia, Montenegro, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, y las provincias de Kosovo y Vojvodina fueron unificadas bajo la figura de República Federal Socialista Yugoslava por Josip Broz Tito, quien gobernó hasta el día de su muerte en 1980.

En 1987 Slobodan Milosevic se convirtió en presidente de la Liga Comunista Yugoslava, posición desde la cual demostró inclinaciones nacionalistas proserbias, que dieron lugar a tensiones entre Serbia y las demás repúblicas. En 1989 reformó la Constitución y eliminó el voto en el Congreso a Montenegro y las provincias autónomas, lo que desembocó en la disolución de la Federación Yugoslava; inicialmente Eslovenia y Croacia se declararon independientes en 1991, seguidas de Macedonia y Bosnia-Herzegovina en 1992 (Quiñones, 2011).

Argumentando que los serbios tenían derecho a vivir bajo un mismo territorio, Milosevic emprendió en 1991 campañas bélicas contra Eslovenia y Croacia; en 1992 contra Bosnia-Herzegovina. La guerra contra Eslovenia inició el 26 de junio de 1991; no obstante, el Ejército Federal Yugoslavo fue derrotado por los eslovenos en solo diez días (Hernández, 1997), mientras en Croacia las confrontaciones se prolongaron por cinco años. En cuanto a Bosnia-Herzegovina, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) puso fin a la guerra implementando una intervención militar; mediante bombardeos, las fuerzas aliadas forzaron la retirada del Ejército serbio y serbobosnio del territorio bosnio en 1996.

En la provincia de Kosovo, los albanokosovares se proclamaron independientes y constituyeron un gobierno paralelo en 1992; en respuesta, Milosevic incrementó la presencia militar y policial en dicho territorio. En 1996 surgió un grupo armado albanokosovar, el Ejército de Liberación Kosovar (ELK), que se enfrentó a las fuerzas policiales y militares serbias, desatando un conflicto armado que abarcó la totalidad de la provincia.

Para detener la guerra en Kosovo, en 1999 la OTAN realizó una segunda intervención militar; en esta ocasión bombardeó las instalaciones militares y la infraestructura estratégica de los serbios en Kosovo y Serbia, procediendo a ocupar militarmente el territorio kosovar.

Para enjuiciar a los responsables de los crímenes más graves de la historia europea cometidos desde la Segunda Guerra Mundial, la ONU instauró el TPIY en 1993, dando por finalizada su labor en 2017.

En el marco de las investigaciones adelantadas por el Tribunal, la antropología forense tuvo un rol importante en la recolección de material probatorio utilizado en la imputación de cargos a los individuos implicados en las contravenciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) en la antigua Yugoslavia. Dichas evidencias fueron recopiladas a partir de dos frentes de trabajo: primero, mediante la aplicación de la arqueología forense en la excavación de las fosas donde los cadáveres de las víctimas fueron enterrados; y segundo, a partir de los análisis antropológico-forenses de dichos restos.

Es de aclarar que esta obra no trata de los métodos aplicados en la antropología forense; es, en primera instancia, una investigación bibliográfica que pretende: primero, relatar el proceso de disolución de la confederación yugoslava; segundo, dar cuenta del origen y competencias del TPIY; tercero, presentar una síntesis del trabajo antropológico-forense realizado por el Tribunal entre 1996 y 2002.

Posteriormente, el texto relata tres operaciones forenses efectuadas en el año 2001, en las que el autor participó en calidad de antropólogo forense del TPIY. La primera consistió en la exhumación de cuatro fosas comunes en el cementerio de Knin, en Croacia, donde los croatas enterraron los restos de víctimas de la denominada Operación Tormenta. Las otras dos operaciones tuvieron lugar en Bosnia-Herzegovina; una fue la exhumación de tres fosas comunes relacionadas con la masacre de Srebrenica, perpetrada por las fuerzas serbobosnias, comandadas por el general Ratko Mladić; la otra consistió en el análisis de restos recuperados de Jakarina Kosa, una mina de hierro donde los serbobosnios arrojaron cadáveres extraídos de una fosa asociada a los campos de detención localizados en Prijedor, en los cuales confinaron a miles de bosnios y bosniocroatas.

Más adelante, la obra presenta un recuento de las sentencias impuestas por el TPIY a los individuos que fueron hallados culpables de cometer violaciones al DIH en Knin, Srebrenica y Prijedor. Finalmente, se dan a conocer las conclusiones de esta investigación.

Antropología forense y violaciones al Derecho Internacional Humanitario

Подняться наверх