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Lista de deseos

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La gracia es algo así como tener y refractar. Muchísimo. Sin ningún esfuerzo. En un mismo movimiento, nos llenamos y nos damos. Nos llenamos, pero no es una saciedad estática. La gracia es un rebote, no se parece a obtener ni a lograr, el don nos cae como lluvia en una tarde de calor y al mismo tiempo emergen de nuestra piel gotitas de colores, bendiciones de arcoíris, una frescura irresistible.

Ceder, conceder.

Con esta sensación de gracia quisiera dar inicio a la composición de la lista. Es simple, es eso. Una lista de deseos. Imaginate que esta es tu chance para pedir lo que quieras. No la pierdas, no te achiques. No te sermonees, no refrenes el delirio, concebí los caprichos más radiantes.

Ceder, conceder, concebir.

¿Qué puede entrar aquí, qué puede venir a hacer cuerpo en tu listota? Muchísimo. Sin ningún esfuerzo. Podés pedir algo muy pequeñito, algo gigante, algo imposible, algo fantástico, algo fuera del tiempo, algo rico, algo con aura, algo simple, algo que podrías hacer hoy, incluso esos deseos que vaya a saber por qué motivo no te animás a concederte, no te organizás para concretar.

Ceder, conceder, concebir, concretar.

Son deseos personales, no deseos para el mundo. No pienses para atrás. Esta es tu lista hoy. No tiene límite. No tiene fin. Cuando parece que no hay más, quedarse y expandir. Más deseos, deseítos, deseotes, desemucho, desecuándo, desemiel, desemil.

Una de las alegrías de esta consigna es leer en ronda lo que cada cual escribió. Quizá puedas proponer este juego en alguna reunión, en un picnic, en un campamento, en un viaje largo; quizá puedas intercambiar listas con alguien que esté escribiendo junto a vos desde otro lugar.

Después, tomamos un poco de distancia y vemos cómo quedó. Ikebana: una intervención sutil en la materia ya perfecta de la naturaleza, no atosigar la gracia. Si hubiera que convertir la lista en un texto literario, ¿qué habría que hacer, qué pequeños ajustes? Poco, sin esfuerzo. Organizar un orden, sacar algunos elementos, dividir en estrofas, construir un crescendo, elegir un final, o nada… Repetir, escandir.

¿Esto que tenés entre tus manos es un poema?

Esto que tenés entre tus manos es un poema.

Ceder, conceder, concebir, concretar.

El libro de escribir

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