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CONDICIÓN MENTAL

LOS LIBROS de entrenamiento suelen empezar con una descripción general del programa de ejercicios a la vez que establecen algunas reglas de cómo se debe seguir el programa. A menudo se debate sobre el equipamiento y normalmente incluyen una breve revisión de los principios del entrenamiento. Pero no voy a empezar así. En su lugar, quiero empezar con lo que considero el recurso más importante que todo atleta debe desarrollar y alimentar antes de empezar un programa de entrenamiento: la condición mental. Ningún atleta alcanzará nunca sus objetivos sin una buena estrategia mental y un compromiso con el éxito. Por lo tanto, hablamos de algo más; veamos por qué deseas enfrentarte al reto del triatlón y cómo puedes desarrollar un enfoque ganador en tu entrenamiento. Domina los principios de este capítulo y pondrás rumbo a una temporada de triatlón marcada por los grandes logros.

El denominador común de todos los triatletas de alto rendimiento que he conocido es la actitud «puedo hacerlo». Estan seguros de que tendrán éxito. Están convencidos de ello. Esto me lleva a creer que la condición mental es tan importante como la física, quizás incluso más. Un atleta mentalmente preparado siempre encuentra la manera.

Los grandes logros siempre empiezan con un sueño. Y los triatletas son grandes soñadores. Sueñan con lo que se puede lograr en la próxima temporada: terminar un Ironman, lograr una plaza de podio en su carrera favorita, clasificarse en una prueba nacional entre los diez primeros o para un campeonato mundial o algún otro gran sueño.

Realmente no sé qué es primero: el gran sueño o el deseo de lograrlo. Sospecho que lo segundo. Pero van de la mano. Por ello, creo que es fundamental que los triatletas desarrollen la condición mental junto con la condición física. Y al igual que esta última, la condición mental se puede entrenar. De hecho, la condición física y la mental son similares en el sentido de que ambas se pueden entrenar constantemente. El entrenamiento, ya sea mental o físico, es una tarea que debes realizar cada día. Hay días de entrenamiento duro y días de entrenamiento fáciles para ambas. Algunos días tu mente dice: «No puedo hacer esto». Ese es un día de entrenamiento mental duro. Debes entrenar tu condición mental para superarlo. Esos son los días que finalmente determinan tu éxito como triatleta.

El éxito atlético no es instantáneo ni está garantizado. Alcanzar grandes sueños exige lo mejor de ti. La excelencia no es sencilla. Si lo fuera, todos serían excelentes. La mayoría de personas no tienen grandes sueños. Para ellos, lo corriente está bien. Algunos hablan de sueños. La excelencia suena bien. Pero pocos tienen la voluntad para lograr sus sueños.

¿Cuál es tu sueño?

SUEÑOS, OBJETIVOS Y MISIONES

La excelencia es rara. Implica tener grandes sueños. Por desgracia, la mayoría de personas tienen sueños que pocas veces se convierten en objetivos. Sus sueños son en realidad deseos. Alguien que realmente tiene un sueño, un propósito, y el deseo de perseguirlo tiene una misión; tiene un objetivo. Si esa persona es un atleta, encontrará una forma de convertir su sueño en realidad independientemente de los obstáculos y fracasos.

La excelencia implica tener grandes sueños.

El sueño de Ryan

En diciembre de 1997, un joven atleta me llamó. Se llamaba Ryan Bolton. Era nuevo en el deporte, pero tenía un sueño, un gran sueño. El Comité Olímpico Internacional (COI) había anunciado hacía poco que el triatlón sería un deporte olímpico en los Juegos de 2000 en Sídney, Australia. La inclusión del triatlón como evento olímpico fue algo que todos nosotros habíamos deseado durante años. El sueño de Ryan era clasificarse para las Olimpiadas y representar a Estados Unidos. Solo habría tres hombres en el equipo. Necesitaba un entrenador que le ayudara a lograrlo. ¿Estaría interesado en entrenarle?

Justo después del anuncio del COI, se pusieron en contacto conmigo varios atletas que buscaban a un entrenador que les ayudara a entrar en el equipo. La mayoría solo lo deseaban y sabían poco sobre lo que se necesitaría. La mayoría también tenía poca o ninguna experiencia en este deporte. Ryan era diferente. No solo había sido corredor de distancia en la universidad, sino que también había hecho algunos triatlones después de graduarse y comprendió lo que precisaría para lograr su sueño. Fue muy formal durante nuestra conversación telefónica. ¿Podía ayudarle? Normalmente, no tomo decisiones precipitadas, pero su enorme deseo y voluntad de tener éxito me convencieron de que podía sacarlo adelante. Acordé entrenarlo.

Para cumplir los requisitos para las pruebas de clasificación del triatlón olímpico de Estados Unidos en la primavera de 2000, Ryan tendría que estar entre los 125 primeros del mundo. Hizo grandes progresos durante los dos primeros años que trabajamos juntos, ya que ascendió al puesto 25 de la clasificación mundial. Las cosas iban estupendamente. Pero en la primavera de 1999 empezó a encontrarse con contratiempos que continuaron hasta el invierno de 2000. Ryan tenía frecuentes infecciones en las vías respiratorias superiores que a menudo interrumpían el entrenamiento. Sus médicos no podían determinar el problema exacto. Seguía reduciendo su entrenamiento para que su cuerpo pudiera luchar contra las infecciones. Su clasificación mundial fue descendiendo gradualmente. En el otoño de 1999, cuando solo quedaban unos meses para la carrera de clasificación para las pruebas del equipo olímpico de Estados Unidos, estaba clasificado en el puesto 75 mundial. Las cosas no hicieron más que empeorar ese invierno. Nunca determinamos por qué tenía tantas enfermedades, pero tuvimos que reducir su entrenamiento considerablemente durante la mayor parte del año. Sin embargo, la primavera siguiente, volvía a estar sano y listo para las pruebas.

Durante todos esos meses cruciales, cuando estaba enfermo y el sueño parecía que se alejaba, Ryan permaneció tranquilo y confiado. Nunca expresó ninguna duda de que formaría parte del equipo. Siempre mostró determinación y optimismo. Nunca había entrenado a nadie que estuviera tan comprometido con un objetivo y fuera tan mentalmente fuerte como para trabajar con el fin de lograrlo. Al final, en la carrera de las pruebas olímpicas celebrada en mayo, en un increíble esfuerzo de remontada en un día caluroso y húmedo en Dallas, Texas, lo logró. Se clasificó para las Olimpiadas. El sueño que había tenido durante tres años se hizo realidad. Era uno de los miembros del equipo de Estados Unidos para el primer triatlón olímpico.

Ryan es un atleta excepcional que siguió teniendo grandes sueños, objetivos y misiones, incluido ganar un triatlón Ironman. Lo hizo en 2002, en el Ironman U.S. Championship en Lake Placid, Nueva York.

Muy pocas personas se permiten hacer lo que hizo Ryan: un gran sueño. Incluso muy pocos tienen la voluntad de hacer lo que es necesario para lograr grandes objetivos. Pocas veces lo convierten en una misión. Al primer signo de contratiempo, probablemente tiran la toalla.

Ryan sigue teniendo un impacto en el triatlón. Ahora es un entrenador que comparte con atletas de todo el mundo sus grandes conocimientos sobre entrenamiento y competición, así como su impulso para lograr grandes objetivos.

Permítete soñar. ¿Qué quieres lograr como triatleta? Lleva tu sueño al siguiente nivel definiendo un objetivo. (Examinaremos en profundidad la definición de objetivos en el capítulo 5.) Una vez que tengas un objetivo, debe convertirse en tu misión. Cuanto más desafiante sea el objetivo, más debes centrar tu vida en él. Debe ser tu misión diaria. Para que la misión se convierta en una realidad frente a los contratiempos, es necesaria una cosa más: un compromiso total.

Eres capaz de lograr mucho más de lo que piensas.

Compromiso

Lograr grandes objetivos requiere un compromiso firme, es decir, hacer lo que dijiste que harías después de que haya pasado el estado de ánimo que tenías cuando lo dijiste. Continuar con tu objetivo durante semanas y meses (quizás años) exige una dedicación y una disciplina inquebrantables. El compromiso total con tu objetivo, que es lo que constituye una misión, produce finalmente pasión. Pero la dedicación y la disciplina preceden a la pasión. En otras palabras, puede que al principio no te apasione tu objetivo, pero cuanto más dedicado estés a él y más disciplinado seas para trabajar para lograrlo, mayor será tu pasión. La pasión por su objetivo es lo que hizo que Ryan siguiera adelante cuando parecía que lograrlo era imposible.

Cuando alcanzas tus objetivos, el mayor limitador al que te enfrentas no son los muchos kilómetros que entrenas, sino los pocos centímetros entre tus oídos. Eres totalmente capaz de lograr mucho más de lo que piensas. Tienes que tener compromiso, dedicación y disciplina. ¿Es duro el entrenamiento para el objetivo? Los mejores atletas que he entrenado durante más de treinta años eran dedicados y disciplinados, y persistían en sesiones duras. ¿Tendrás contratiempos a lo largo del camino? Con toda seguridad. Nunca es fácil cuando entrenas casi hasta tus límites físicos y mentales.

Así que el éxito empieza con un compromiso que requiere la dedicación y disciplina de una misión antes de que tu compromiso se convierta finalmente en tu pasión. Una vez que la pasión está en marcha, el logro de los objetivos frente a los contratiempos es más sencillo. Pero hay un periodo de tiempo incómodo cuando la pasión no es lo suficientemente grande, y solo la dedicación y la disciplina mantienen en marcha la misión. Durante ese periodo, debes estar totalmente comprometido.

¿Estás totalmente comprometido con tu objetivo? ¿Qué significa eso? Obviamente significa entrenamiento duro. Los deseos no hacen que estés más en forma. Es el trabajo duro. El trabajo de obrero. Todos los días.

El éxito deportivo requiere confianza, fortaleza mental y paciencia.

También debes ser inteligente con respecto al entrenamiento. Los días duros deben estar equilibrados con los sencillos si quieres tener éxito. Es más probable que los atletas estropeen los días sencillos que los duros. Entraremos en eso más tarde.

Cuanto más desafiante sea la misión, más debe estar centrada tu vida en ella. Eso significa no solo tu entrenamiento, sino también tu alimentación y sueño, el apoyo de tu familia y amigos, y mucho más. Son 24 horas al día durante 365 días al año. Compromiso total. Este libro te ayudará a hacer la parte de entrenamiento físico correctamente. La parte mental es igual de importante.

CÓMO ENTRENAR LA CABEZA

Prepararse para lograr un gran objetivo va más allá del entrenamiento del cuerpo para nadar, pedalear y correr rápido. También hay un componente de entrenamiento mental muy importante. Aquí es donde muchos atletas se quedan cortos en su preparación para la competición. Están preparados físicamente, pero no mentalmente. El éxito deportivo requiere confianza, fortaleza mental y paciencia. Estas tres habilidades mentales son tan importantes como tus habilidades físicas, quizás incluso más. ¿Qué puedes hacer para mejorar tus habilidades mentales? A menu-do se trata más de un reto que del entrenamiento físico. Veamos lo que requiere el entrenamiento mental.

Creer para lograr

Seguro que habrá contratiempos en tu preparación para la competición, pero se deben tomar como obstáculos en el camino al éxito. Todos los atletas de éxito de todos los niveles experimentan contratiempos. Cuando se producen, debes mantenerte confiado, ser paciente y seguir siendo mentalmente fuerte. Cualquier otra cosa te llevará al fracaso.

Al principio del entrenamiento, antes de que la pasión se haga realidad, la clave para el compromiso cuando se producen contratiempos es la autoconfianza. No lograrás tu objetivo si no crees que puedes hacerlo. Debes creer para lograr. ¿Puedes hacerlo? ¿Realmente crees en ti mismo? ¿Tienes confianza incluso cuando las cosas no van bien? La autoconfianza es esa tenue voz suave detrás de tu cabeza que dice: «Puedo hacer esto». Lamentablemente, esa voz positiva no siempre está ahí cuando la necesitas. Es más probable que oigas una voz negativa en tu cabeza que siempre te habla de una forma enfadada y autoritaria y que te dice a gritos: «¡No puedes hacerlo!» Esa voz severa se oirá a menudo en la preparación para la competición, especialmente el día de la carrera, cuando todo esté a punto. Necesitas confianza en esos momentos para permanecer centrado y determinado.

Naciste para tener confianza. Cuando eras niño, hiciste muchas cosas peligrosas porque estabas seguro de que podías hacerlas. ¿Por qué piensas de otra forma? De hecho, el riesgo era divertido. Lamentablemente, a lo largo de la vida la mayoría de personas pierden su autoconfianza. Los primeros fracasos, magnificados por personas especialmente negativas, influyen en ello. La buena noticia es que puedes superar una falta de confianza sobre tu objetivo. Estas son las dos sencillas cosas que debes hacer para crear confianza. Debes hacerlas todos los días, sin excepción.

Ahorro de éxitos. Para promover la autoconfianza, abre una cuenta de ahorro de éxitos. Es fácil. Cada noche, después de ir a la cama y apagar las luces, es el único momento del día en el que no hay interrupciones externas. Es un buen momento para hacer una comprobación rápida de cómo ha ido el entrenamiento ese día. Revisa tus sesiones. Encuentra una cosa que hayas hecho bien. No tiene que ser algo grande. Quizá subiste una colina bien o hiciste un buen intervalo. O tal vez acabaste una sesión dura. O tuviste una de las mejores sesiones de la temporada. Revive el momento de éxito de hoy repetidamente hasta que te duermas. Acabas de realizar un depósito en tu cuenta de ahorro de éxitos.

Algunos depósitos serán grandes y otros pequeños. Pero tu cuenta tiene que aumentar cada día. Puedes hacer una retirada siempre que la voz negativa enfadada te hable. La semana de una competición es un momento especialmente bueno para hacer retiradas, sobre todo cuando empieces a cuestionarte tu preparación. Siempre que sientas un poco de ansiedad sobre la próxima competición, vuelve atrás y saca uno de esos recuerdos de éxito de tu cuenta de ahorro. Revívelo intensamente. Cuando la voz autoritaria de tu cabeza diga: «No puedes», lleva a cabo otra retirada inmediatamente. Ahoga la voz con un éxito. Cuando alguien exprese ocasionalmente una duda sobre tus oportunidades de éxito, haz una retirada. Cuando te dirijas a la línea de salida, haz una retirada. En esos momentos críticos, retira los éxitos más grandes de tu cuenta. Tienes que decirte a ti mismo: «Recuerda esa vez cuando...».

Nunca deposites las malas experiencias o momentos desagradables del entrenamiento. Nunca. Déjalos ir. Son basura. No los revivas. Mantente centrado en las experiencias positivas. Deposita solo las experiencias positivas en tu cuenta. Retira solo estas. Funciona.

Aparéntalo hasta que lo hagas. Lo segundo que puedes hacer para impulsar la confianza es «actuar como si». Eso significa asumir siempre la postura y disposición de un atleta confiado. Siempre. Actúa como si tuvieras confianza incluso si no te sientes así. Te sorprenderá lo que eso hace en tu autopercepción.

¿Cómo debes expresar tu confianza? Mira alrededor en una competición o sesión en grupo y busca a los atletas que rezuman confianza. ¿Cómo actúan? Estúdialos. Lo que probablemente descubrirás es que se mantienen erguidos y orgullosos. Tienen la cabeza alta. Miran a la gente a los ojos cuando hablan. No menosprecian a los demás para elevar su propia autoestima. Se mueven con habilidad y fluidez, como hacen siempre los buenos atletas. No parecen ansiosos ni nerviosos. Están tranquilos. Es obvio que tienen confianza en su comportamiento.

La postura de confianza genera confianza incluso cuando no te sientes así por dentro.

Ahora puede que no te sientas así todo el tiempo, especialmente el día de la competición, pero actúa con confianza de todas formas. Aparéntalo hasta que lo sientas. Es increíble cómo adoptar la postura y comportamiento de confianza genera seguridad incluso cuando no te sientes así por dentro. No se puede estar confiado con una postura decaída y un comportamiento derrotado. Es como decir no mientras asientes con la cabeza, algo contradictorio. Simplemente actuando como si te ayudará a superar esos momentos en los que la confianza mengua. Prueba y verás.

Fortaleza mental

Llega un momento en cada competición en que el éxito y el fracaso están alineados. Sientes que estás al límite. La fatiga se afianza. Tu mente empieza a aceptar compromisos, quizás el objetivo por el que has trabajado durante tanto tiempo no es realmente tan importante. Este es el momento clave de toda la competición. El atleta mental-mente fuerte lo superará. Otros dejarán escapar sus sueños y se conformarán con algo menos. Les falta la pasión por sus objetivos el día de la carrera y sus esfuerzos se desvanecerán.

Llega un momento en cada competición en que el éxito y el fracaso están alineados.

¿Cuáles son los detalles? ¿Qué tienen los atletas mentalmente fuertes que no tienen los demás?

Hace unos años, el Dr. Graham Jones, profesor de psicología de rendimiento de élite, publicó un documento en la Harvard Business Review. Estudió a los atletas olímpicos para conocer cuál era la distinción psicológica entre los que conseguían medalla y los que no. El Dr. Jones descubrió que, a diferencia de los no medallistas, los que subían al podio olímpico hacían lo siguiente:

•Prestaban una atención meticulosa a sus objetivos.

•Tenían un sólido impulso interior para sacar ventaja a la competición.

•Se concentraban en la excelencia.

•No se distraían con otras personas.

•Ignoraban sus propios fracasos.

•Se recuperaban fácilmente de la derrota.

•Nunca se autoflagelaban.

•Celebraban sus victorias.

•Analizaban los motivos de su éxito.

•Tenían mucha confianza en sus habilidades.

Había otros hallazgos en el estudio del Dr. Jones, pero estos nos dan una buena idea de qué se necesita para ser mentalmente fuerte. Son algunos de los aspectos que hemos estado tratando en este capítulo: excelencia, grandes sueños, objetivos, una misión, compromiso, dedicación, disciplina y confianza.

Se necesita suma paciencia para ser un buen atleta.

Como puedes deducir de la lista, la fortaleza mental no es solo algo que misteriosamente se les aparece el día de la competición a unos pocos afortunados. Es un estado mental diario de la preparación de la competición. Es cada pensamiento que tienes, es todo lo que haces todos los días. La fortaleza mental simplemente aparece en las competiciones duras.

Para ser mentalmente fuerte, necesitas algo más, eso a lo que alude el Dr. Jones en su documento, pero que no trata con precisión: paciencia.

Paciencia

El éxito no llega rápido. Solo porque tengas un sueño, un objetivo y un compromiso, no significa que el éxito sea inminente. El triatlón es un deporte de paciencia. Y cuanto más larga sea la competición, más paciencia necesitas. Un triatlón Ironman, por ejemplo, no es tanto una competición como una prueba de paciencia. Voy a varias competiciones Ironman cada año. Nunca deja de sorprenderme que siempre haya atletas que son obviamente anaeróbicos: respiran con dificultad con solo un kilómetro en el tramo de bicicleta. ¡Y aún les quedan más de 179 kilómetros para terminar! ¿En qué piensan?

Se necesita suma paciencia para ser un buen atleta, no solo en las competiciones sino también en tu enfoque del entrenamiento. Un auténtico rendimiento máximo requiere meses y años, no solo horas y días. Se requiere paciencia. Debes estar preparado para una batalla larga y a menu-do ardua.

La paciencia debe estar presente incluso en las sesiones. Un atleta impaciente empieza una sesión o una serie de intervalos demasiado deprisa, después se apaga a medida que avanza la sesión y acaba de forma débil. En una competición, el atleta se comporta exactamente igual: empieza demasiado rápido y, a continuación, flojea hasta acabar lloriqueando. Este es a menudo el resultado de estar en una misión apasionada: precisamente lo que debes hacer para tener éxito. Solo que ahora, tu dedicación y determinación trabajan en tu contra.

Si quieres tener éxito, el compromiso debe estar controlado por la paciencia. Tu gran objetivo no se cumplirá en los primeros minutos de una sesión de entrenamiento o competición clave. Con el primer intervalo no alcanzarás tu objetivo. Es lo que sucede después en la sesión, en el conjunto de intervalos y en la competición, lo que marca la diferencia. Entonces es cuando se produce el éxito. Se necesita paciencia para mantener el control y ahorrar energía para más tarde, para cuando realmente importe. Solemos llamar a este recurso regulación del ritmo, pero en realidad es control emocional. La paciencia implica el control de las emociones en las primeras etapas de cualquier cosa que hagas.

¿Cómo te vuelves paciente? No hay una solución fácil. Es solo algo que debes hacer a diario con todo en tu vida. Cuando entreno a atletas que muestran signos de impaciencia, como realizar el primer intervalo demasiado deprisa, les obligo a repetir la sesión una y otra vez hasta que lo hacen bien. Si empiezan una carrera demasiado rápido y luego disminuyen, tenemos una larga conversación después sobre el motivo por el que no lograron lo que son capaces de conseguir. Ayudar a que los atletas aprendan a ser pacientes es lo más duro que tengo que hacer como entrenador.

Cuando aprendas a ser tu propio entrenador, ten en cuenta tu paciencia. Mantenla controlada. Antes de una sesión o competición dura recuerda que debes contener tus emociones al principio para acabar fuerte. Recuerda al inicio de la temporada que la paciencia significa lograr pequeñas ganancias hacia tu objetivo cada día durante meses, no forzarlo para que suceda inmediatamente en una sola sesión. Si puedes aprender a hacer todo esto, puedes ser paciente. La paciencia es una llave mental para el éxito en el triatlón. Si no puedes desarrollar la paciencia, estás condenado a esforzarte y fracasar a la hora de lograr tus objetivos. Es así de sencillo.

TU EQUIPO

Cambiemos de marcha. Quiero proponer algo que está relacionado con el debate anterior, pero que no es un atributo mental. Es otro aspecto del programa que definitivamente reforzará tu confianza en que puedes lograr el objetivo mientras aumenta tu compromiso.

Al principio de mi carrera, aprendí que crear un «equipo» para los atletas que entrenaban aumentaba sus oportunidades de lograr sus objetivos a la vez que acrecentaba su motivación. Te sugiero que tú también lo crees. Es un gran paso para que tu objetivo sea más realizable.

El objetivo de tu equipo es proporcionar asistencia profesional para ayudarte a entrenar. Por supuesto, una parte muy importante de ese equipo ya está montada: tu familia y amigos. Sugiero encarecidamente añadir compañeros de entrenamiento (un entrenador o mentor de entrenamiento experto, un fisioterapeuta, un médico deportivo, un masajista y un montador de bicicletas) a tu equipo. Otros profesionales adicionales que se deben considerar son un entrenador personal para las sesiones de gimnasio, un instructor de natación, un nutricionista, un quiropráctico y un psicólogo deportivo. Cuanto mayor sea tu objetivo de triatlón, más te beneficiará tener a todo este equipo detrás. Dados sus métodos individuales de asistencia, cada uno te ayudará a superar correctamente los muchos desafíos a los que te enfrentarás en la próxima temporada.

Crear un equipo hará que tu objetivo sea más realizable.

Describe tu objetivo a cada uno de los miembros de tu equipo y, a continuación, trata cómo te pueden ayudar a lograrlo. Puede que nunca nece-sites a algunos de los miembros de tu equipo; por ejemplo, puede que no necesites un médico si no tienes ningún problema de salud a lo largo de la temporada. Pero saber que está ahí, listo para ayudarte, aumentará tu confianza y te permitirá superar situaciones difíciles cuando algo no vaya bien.

Además de sus contribuciones a tu éxito como atleta, los miembros de tu equipo deben ser personas alegres, positivas, de éxito y plenamente conscientes de tu objetivo, que deben apoyar al cien por cien.

Si alguno de ellos no se ajusta a esta descripción, sustitúyelo por otro que sí se acomode. Rodéate solo de personas positivas que crean en ti. Evita a aquellos que no lo hagan.

RESUMEN: CONDICIÓN MENTAL

Hemos hablado sobre varias características mentales que trato de desarrollar en cada atleta al que entreno. Son vitales para tener éxito al máximo nivel. Incluyen el compromiso con un gran objetivo, la confianza en que se puede lograr y la paciencia para concebir el objetivo como un proyecto a largo plazo. Agrupados, constituyen una gran parte de lo que podemos llamar fortaleza mental. Los atletas con estas cualidades ya han dado un gran paso para lograr sus objetivos antes incluso de que empiece el entrenamiento físico serio.

Al igual que necesito saber el nivel actual de condición física de los atletas que entreno, también debo saber su nivel de condición mental cuando empezamos a trabajar juntos. Para descubrir estos marcadores de condición mental, formulo muchas preguntas. Un punto inicial es cómo empezaron en el deporte y por qué siguen practicándolo. ¿Emplean alguna vez las palabras diversión o disfrute? Deberían hacerlo. ¿Hablan del reto del deporte? La conversación evoluciona hasta que me hablan de su gran objetivo de la temporada y cómo lograrlo. Comentamos también los objetivos de varias temporadas pasadas, y cómo trabajaron para lograrlos. ¿Parecía sencillo lograr esos objetivos o era difícil?

CUADRO 1.1 Evaluación de la fortaleza mental

Conoce tu fortaleza mental respondiendo sinceramente a las siguientes preguntas:

¿Por qué haces triatlón?

¿Por qué no hacer otra cosa en su lugar?

¿Tienes otras aficiones o actividades importantes en tu vida aparte del triatlón?

¿Qué te gustaría lograr en este deporte esta temporada?

¿Qué es lo más importante que debes conseguir para lograr ese objetivo?

¿Qué se interpone entre tú y el éxito esta temporada?

¿Qué confianza tienes en que puedes lograr tu objetivo?

¿Cuál fue tu mayor objetivo la pasada temporada? ¿Lo lograste?

¿Qué obstáculos superaste para lograr el objetivo del año pasado? ¿O por qué no lo lograste?

Si no logras tu objetivo esta temporada, ¿lo volverás a intentar en el futuro?

¿Había otras personas que te apoyaron en tu objetivo el año pasado? Si es así, ¿quiénes eran?

¿Sueles empezar tus sesiones y competiciones demasiado rápido y, después, disminuir el ritmo?

¿Con qué frecuencia faltas a sesiones y por qué motivos?

¿Prefieres entrenar con otros o solo?

¿Con qué frecuencia entrenas con otros atletas?

¿Hasta qué punto te apoyan tus familiares y amigos en tu objetivo de triatlón?

Esta conversación revela algo sobre la paciencia y la persistencia del interlocutor. Le pregunto qué es lo que cree que se necesita para lograr el nuevo objetivo y si eso coincide con sus habilidades físicas actuales. Esta es una oportunidad para descubrir su nivel de confianza.

También pregunto sobre su entrenamiento. ¿Faltan alguna vez a sesiones? ¿Es habitual? ¿Qué tipos de situaciones interfieren con sus sesiones? La constancia en el entrenamiento es un indicador de compromiso. ¿Entrena con otros atletas? ¿Con qué frecuencia? He aprendido que los atletas que tienen un compañero de entrenamiento durante casi todas las sesiones (rara vez hacen una en solitario) a menudo tienen menos compromiso con sus objetivos. Es necesaria la motivación externa de dicho compañero para que cruce la puerta. Como puedes imaginar, se trata de un diálogo largo y profundo.

De la entrevista, obtengo un buen juicio del potencial del atleta para logar el objetivo y qué habilidades mentales necesitan un mayor desarrollo. El proyecto de una sesión de entrenamiento empieza a tomar forma antes incluso de que haya visto al atleta nadar, montar en bicicleta o correr.

¿Hasta qué punto estás comprometido con el objetivo? ¿Hasta qué punto confías en ello y eres paciente? El cuadro 1.1, «Evaluación de la fortaleza mental», enumera las preguntas que utilizo para saber qué atrae a un atleta. Lee esas preguntas y piensa en tus respuestas. Sé honesto y sincero. No hay nadie aquí a quien impresionar. Solo tú. Si determinas que hay una grieta en tu armadura de fortaleza mental, vuelve a la sección adecuada anterior y léela de nuevo para saber qué puedes hacer para fortalecerla. O bien lee un libro sobre fortaleza mental en el deporte. Aún mejor, si cuentas con un entrenador, un mentor de entrenamiento inteligente o un psicólogo deportivo en tu equipo, concierta una reunión para debatir los aspectos mentales del entrenamiento y la competición.

No se puede negar que la condición mental es necesaria para el éxito en el deporte. Es al menos tan importante como todo lo que haces en las sesiones, si no más. El resto de este libro trata sobre el entrenamiento físico, pero eso no significa que el entrenamiento mental ya está hecho. Nunca lo está. Debes trabajarlo a diario, como se sugiere anteriormente en este capítulo.

Tu condición física nunca te permitirá alcanzar tu potencial como atleta sin una buena condición mental.

La biblia del triatleta - Nueva edición (Bicolor)

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