Читать книгу Учить испанский – это сказочно - Сергей Владимирович Алексанян - Страница 9

Parte I. Las fábulas
6. La flauta y la cesta

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Una vez, la niña Zhenya fue con sus padres y su hermano menor al bosque a recoger fresas. Papá cogió la canasta, mamá cogió el cesto, la niña Zhenya cogió la cesta y al pequeño Pavlik le dieron un platillo. Mamá eligió un claro en el bosque para Zhenya y le dijo:

– Este es un gran lugar para ti, hija. Aquí hay muchas fresas. Camina y recoge todas las fresas que puedas.


Zhenya cogió la cesta y comenzó a caminar. Caminó y caminó, miró y miró pero no encontró nada y regresó con la cesta vacía. Vio que todo el mundo tenía fresas. Papá tenía una cuarta parte de la canasta llena de fresas, mamá tenía medio cesto lleno y hasta el pequeño Pavlik tenía dos fresas en el platillo. La chica empezó a quejarse.

– Mamá, ¿por qué todos vosotras tenéis, pero yo no tengo nada? Probablemente elegiste el peor claro para mí-se quejó Zehnya.

– ¿Has mirado bien? – preguntó la madre.

– Bastante bien. No hay fresas, solo hojas.-contestó la niña.

– ¿Miraste debajo de las hojas? – preguntó la madre.

– No miré-contestó Zehnya

Y papá dijo:

– Las fresas – son astutas. Siempre se esconden de la gente. Necesitas poder conseguirlas. Mira como lo hago. Entonces papá se sentó, se inclinó hasta el suelo, miró debajo de las hojas y comenzó a buscar fresa tras fresa, diciendo:

– Tomo una fresa, miro la otra, noto la tercera, y la cuarta parece ser.

– Está bien – dijo Zhenya. – Gracias papá. Lo haré.

Zhenya regresó al claro, se puso en cuclillas, levantó las hojas y, de hecho, vio muchas fresas maduras. Comenzó a recolectarlas, pero pronto se cansó de agacharse y se fue en busca de otro claro, buscaba fresas encima de las hojas. Buscó y buscó pero no encontró ninguna fresa.

La niña se sentó en el tocón de un árbol para descansar y, de repente, un anciano barbudo apareció ante ella, Borovik, el jefe de todas las fresas y hongos que al escuchar las quejas de Zhenya, la invitó a usar una flauta mágica. Si tocas la flauta todas las fresas aparecerán instantáneamente encima de las hojas. Pero a cambio Borovik le pidió la cesta.

Zhenya aceptó felizmente y corrió al claro para tocar la flauta mágica. Las fresas se hicieron visibles, pero ahora la chica no tenía nada para recogerlas. Zhenya fue a buscar a Borovik, le dio la flauta y cogió la cesta. Llegó al claro y todas las fresas se habían escondido bajo el denso follaje. Zhenya volvió a visitar a Borovik y le pidió la cesta y la flauta, pero él se negó rotundamente. Llamó a Zhenya perezosa y se escondió bajo tierra.

No había nada que hacer: Zhenya regresó al claro que le había mostrado mamá y comenzó a recoger fresas, como todos los demás. Poco a poco…

Finalmente recogió un cesto lleno de fresas y regreso contenta hasta donde estaba su familia Sus padres y su hermano vieron la cesta llena de fresas, abrazaron a Zhenya y la elogiaron.

Moraleja: esta fábula nos enseña que para conseguir algo hay que hacer un esfuerzo y que solo el trabajo personal, las ganas de aprender y una buena actitud hacia otras personas nos llevara a conseguir buenos resultados.

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