Читать книгу Investigación en Educación Científica en Chile - Ainoa Marzábal Blancafort - Страница 5
ОглавлениеPRESENTACIÓN
En la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el siglo XXI se declaró que para que un país esté en condiciones de atender a las necesidades fundamentales de su población, la enseñanza de las ciencias es un imperativo estratégico. Como parte de esa educación científica los estudiantes deberían aprender a resolver problemas concretos y a atender a las necesidades de la sociedad, utilizando sus competencias y conocimientos científicos.
Desde esta visión, la educación científica actual se orienta hacia la formación de ciudadanos alfabetizados científicamente, considerando que la ciencia es un componente esencial de la educación que puede favorecer la participación ciudadana en la toma de decisiones acerca de los problemas relacionados con el desarrollo tecnocientífico, contribuir a la formación del espíritu crítico y transmitir la emoción de los apasionantes desafíos a los que se ha enfrentado la comunidad científica.
Si bien se ha logrado llegar a consenso en cuanto a la orientación de la educación científica hacia la alfabetización, la transición de la enseñanza de las ciencias hacia esta nueva visión no ha estado exenta de desafíos.
Chile, al igual que el resto de los países latinoamericanos, enfrenta el desafío de transformar su cultura científica escolar dado el rol estratégico de la educación científica en el desarrollo de las personas y de los pueblos. Actualmente encontramos altos índices de fracaso escolar (reprobación, repitencia, deserción) en los diferentes niveles educativos, y en particular bajos desempeños en el área de ciencias. Los resultados de evaluaciones estandarizadas nacionales e internacionales, obtenidos por los estudiantes chilenos en los últimos años, evidencian que el desempeño promedio de los estudiantes solo les permite realizar tareas básicas de ciencias, y que los jóvenes chilenos no aprenden en la escuela los conocimientos científicos que les permitirían desarrollarse como ciudadanos alfabetizados científicamente. Además, estamos viendo que, a pesar de la importancia estratégica del desarrollo científico y tecnológico, disminuye progresivamente la cantidad de alumnos y alumnas que eligen carreras científicas. Por último, también se observa a nivel local el aumento de las desigualdades en el acceso a la ciencia y la tecnología en los diferentes grupos socioeconómicos.
Si bien en los últimos años se han implementado diversas iniciativas con el propósito de fortalecer la educación científica, principalmente orientadas por las políticas públicas del Ministerio de Educación, hasta ahora no ha sido posible evidenciar que hayan tenido un impacto significativo en la calidad de los aprendizajes en ciencias de los estudiantes en la escuela.
Dada la relevancia de la educación científica para enfrentar los desafíos sociales y ambientales actuales, y la insuficiente formación de la población escolar chilena para enfrentarlos, es que emerge la necesidad de transitar hacia una educación científica relevante para todos los estudiantes. Esta transición debiera implicar al conjunto de actores vinculados a la educación en ciencias —desde los responsables políticos hasta los profesores de aula— identificando cuáles debieran ser las medidas para abordarlo y comprometiéndose en este proceso.
Encontramos, entonces, que enseñar ciencias de manera significativa y valiosa se ha convertido en un problema de relevancia. Este problema tiene, además, características especiales, distintas a las de la enseñanza de la matemática, las ciencias sociales o las artes. Al identificar la enseñanza de las ciencias como área problemática y al buscar soluciones y propuestas surgió, hace apenas alrededor de 30 años, una nueva disciplina, la Didáctica de las Ciencias.
La Didáctica de las Ciencias busca identificar y resolver las cuestiones relacionadas con la enseñanza de las ciencias. Tiene una doble labor, como actividad de investigación que genera conocimiento científico sobre qué y cómo enseñar, y como actividad de intervención en el mundo, en la práctica de la enseñanza de las ciencias, que involucra conocimientos que van más allá de los aspectos teóricos desarrollados por la misma Didáctica. Esta disciplina adapta, combina, transforma y profundiza las contribuciones teóricas de diferentes campos (ciencias experimentales, psicología, pedagogía, sociología, filosofía de la ciencia...) con el fin último de mejorar la enseñanza de las ciencias, llegándose a comparar analógicamente y ser “la ciencia del profesor de ciencias”.
Su aparición, como hemos mencionado, es reciente; podemos decir en términos generales que toma impulso en la década de los ‘80. Sin embargo, en Latinoamérica es prácticamente imposible identificar grupos de investigación en Didáctica de las Ciencias con proyección antes de la década de los ‘90. Desde entonces se han venido dando colaboraciones e intercambios de nuestra región con otros países, lo que ha generado antecedentes importantes para el establecimiento de una red de investigación en Didáctica de las Ciencias en la región. La Red de Investigadores Iberoamericanos en Didáctica de las Ciencias Experimentales, la Matemática y la Tecnología, RedIIDCyM, se conformó oficialmente en abril del año 2006, durante el Primer Encuentro de Investigadores Iberoamericanos en Didáctica de las Ciencias y la Matemática, celebrado en la ciudad de Medellín, Colombia. Posteriormente, el año 2009, durante el VIII Congreso Internacional sobre Investigación en Didáctica de las Ciencias en Barcelona (España) se transforma en la Red Latinoamericana de Investigación en Didáctica de las Ciencias Experimentales.
A nivel nacional, la primera instancia de encuentro de investigadores en educación científica fue el Seminario Internacional de Didáctica de las Ciencias, cuyos inicios se remontan a 1999, organizado por el Grupo de Reflexión en Enseñanza de las Ciencias e Investigación Didáctica Aplicada (GRECIA). En paralelo, las comisiones en Educación de las sociedades científicas de Chile (Sociedad Chilena de Física, SOCHIFI, Sociedad Chilena de Química, SCHQ, y la Sociedad de Biología de Chile) constituyen también espacios de encuentro de la comunidad, con un mayor nivel de especificidad. Estas iniciativas convergen el año 2014 en la creación de la Sociedad Chilena de Educación Científica (SChEC), y en la consolidación de un congreso para investigadores, formadores de profesores y profesores de ciencias en formación y en ejercicio, que se realiza cada dos años, y que en 2019 tuvo su tercera convocatoria.
Todas estas instancias empiezan a visibilizar los trabajos de investigación en didáctica de las ciencias experimentales realizados a lo largo de todo el país a través de tesis de pregrado, de postgrado y proyectos de investigación, y constituyen oportunidades para ir conformando una comunidad con una agenda propia, y con voz en las discusiones actuales sobre la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias a nivel de educación parvularia, escolar y superior, y la formación inicial y continua de profesores de ciencias.
Para esta comunidad todavía en consolidación, frente al desafío de transformar la educación científica de Chile, se hace evidente la necesidad de un conocimiento más exhaustivo del currículum de ciencias en Chile, de los procesos de enseñanza y aprendizaje en las escuelas, colegios, liceos e institutos técnico-profesionales, y de la formación inicial y continua de profesores en todo el país. Este conocimiento debiera ser el resultado de una mirada articulada de la investigación que se ha desarrollado en el país en el ámbito de la educación científica. Sin embargo, la comunidad de investigadores es relativamente reducida y cuenta todavía con pocos espacios formales de trabajo conjunto.
Con este libro queremos invitar a los estudiantes e investigadores noveles a sumarse a los esfuerzos de construir una comunidad articulada y reconocida en Didáctica de las Ciencias. Es necesario remarcar que no se trata de una mera aplicación de los conocimientos generados en otras áreas, como por ejemplo en la pedagogía, la psicología educacional o las mismas ciencias experimentales. Nuestra disciplina no es una subárea de la pedagogía, ni una mera difusión de los conocimientos disciplinares en ciencias. Si bien se ha aceptado a la Didáctica como una ciencia por la comunidad de didactas, aún es necesario buscar su reconocimiento entre otros grupos. Aceptar a la Didáctica de las Ciencias como disciplina implica también la formación de capital humano especializado para la investigación en dicha área. Ello conlleva la necesaria generación de más programas específicos de formación de investigadores en esta área, especialmente en Chile y en Latinoamérica.
También es necesario establecer más y mejores formas de comunicación entre los y las integrantes de la comunidad, especialmente los investigadores y el profesorado. Esto implica establecer vínculos significativos que permitan hacer llegar al aula los resultados de la investigación y abordar investidamente los problemas relevantes del aula.
Estos no son los únicos retos que les invitamos a asumir, pero queremos cerrar este apartado invitando a los lectores y lectoras a imaginar las múltiples posibilidades que también se presentan en una disciplina que se está inventando a sí misma.
El origen de este libro
En virtud de los aspectos indicados anteriormente, en noviembre de 2018 se realizó un esfuerzo por conocer a los investigadores nacionales en el área, y con ello poder realizar un taller titulado: Compartiendo ideas clave de la investigación en educación científica en Chile. Este fue un espacio de discusión que convocó a investigadores nacionales en el ámbito de la Educación Científica para identificar consensos en los hallazgos de las investigaciones desarrolladas en torno a los procesos de enseñanza y aprendizaje de las ciencias a nivel escolar, y la formación inicial y continua de profesores de ciencias. Esto nos permitió tener una visión más compleja de la educación científica chilena a partir de los aportes de los diversos participantes. Al mismo tiempo, también nos permitió identificar los desafíos actuales, con especial énfasis en los aspectos prioritarios en los que debiéramos interesarnos, y que están actualmente inexplorados desde el punto de vista de la investigación.
Nuestro propósito fue avanzar hacia el trabajo colaborativo, estratégicamente orientado a la construcción de una visión compleja sobre la educación científica de Chile que insume las reformas que permitan avanzar hacia una educación científica inclusiva, es decir, para todos los estudiantes.
El taller nos permitió identificar algunos consensos y desafíos para la investigación en educación científica que emergieron como resultado de las discusiones que tuvieron lugar, ancladas en las investigaciones desarrolladas por los participantes. Considerando el interés de dar a conocer estas ideas, retomamos la primera versión de este libro, editado el año 2008, cuando varios de los autores presentes se encontraban iniciando o finalizando sus estudios doctorales, y con gran ilusión y esperanza en contribuir al campo, tal vez con una mirada un poco ingenua de introducir los cambios que la educación científica requiere en Chile. Ahora 12 años más tarde, con un poco más de experiencia en formación de profesores, investigación, divulgación y reflexión de nuestro trabajo, hemos retomado esta iniciativa de proporcionar algunas ideas que contribuyan a la formación en investigación y con ello continuar con el paso del testigo ya sea de forma ascendente, descendente o de choque.
Este libro no pretende ser un estado del arte de la investigación en Didáctica de las Ciencias Experimentales de Chile, sino una reflexión que parte desde lo que sabemos a partir de las investigaciones desarrolladas, para proyectar una agenda común en investigación a la que esperamos seguir aportando, y a la que invitamos a los lectores a contribuir.
El contenido del libro se organiza de la siguiente manera:
En el primer capítulo, Laisa Freire, Alma Adrianna Gómez Galindo y Álvaro García plantean argumentos de la relevancia de la investigación en Didáctica de las Ciencias, y su potencial contribución a la mejora de la educación científica en Chile y Latinoamérica. Considerando la contextualización temporal y geográfica de la investigación educativa, plantean su potencial para dar voz a los sujetos que participan en ella, mostrando las complejas relaciones entre el currículum, la formación en ciencias y las prácticas educativas, en un mundo contemporáneo marcado por la desigualdad y las problemáticas ambientales.
En el segundo capítulo, Macarena Soto y Leonor Huerta abordan la educación científica a nivel curricular, planteando las reformas curriculares que, tanto a nivel internacional como nacional, han promovido la transición desde visiones tradicionales y utilitarias, hacia la alfabetización científica como propósito clave para la formación ciudadana. En el capítulo se analiza la estructura curricular chilena, los núcleos estructurantes, habilidades y actitudes clave para la educación científica, y las investigaciones que han dado cuenta de incoherencias y discontinuidades en la progresión curricular. Finalmente se plantean los desafíos asociados a este ámbito de investigación, prácticamente inexplorado en nuestro país.
En el tercer capítulo, Johanna Camacho y Yadrán Gómez reflexionan sobre la necesidad de avanzar hacia una educación científica inclusiva, orientada a la justicia social desde una perspectiva de Derechos Humanos. Para ello, los autores plantean la necesidad de superar la visión tradicional y androcéntrica de la ciencia, y avanzar hacia visiones que resguarden su carácter interdisciplinar e intercultural y promuevan la justicia epistémica, revisando las contribuciones de la investigación a este ámbito e identificando los desafíos vigentes. Finalmente los autores discuten las implicaciones de estos aspectos para los procesos de enseñanza y aprendizaje de las ciencias a nivel escolar.
En el cuarto capítulo, Roxana Jara, Carlos Duque y Cristian Merino se refieren a los procesos de innovación en la enseñanza y aprendizaje de las ciencias, considerando los factores que favorecen y obstaculizan los procesos de innovación. Los autores recorren la historia de las innovaciones en química, física y biología en el país, identificando los grupos de innovación e investigación en el área de la educación científica y las tendencias actuales en innovación. Finalmente se plantean algunas reflexiones y preguntas que podrían orientar trabajos de investigación posteriores en este ámbito.
En el quinto capítulo, Valeria Cabello y Patricia Moreira analizan las investigaciones desarrolladas en esta área identificando dos grandes paradigmas en la conceptualización del aprendizaje: como producto y como proceso. Las autoras nos invitan a pensar en los procesos de enseñanza y aprendizaje de las ciencias como procesos intrincados y mediados sociocultural, histórica y políticamente, siguiendo la tendencia actual en Latinoamérica de aproximarse al aprendizaje desde perspectivas socioculturales. Finalmente se proyectan orientaciones para la investigación en este ámbito, dada su relevancia para la toma de decisiones educacionales pertinentes a nuestro contexto.
En el sexto capítulo, Ainoa Marzábal y Carlos Vanegas presentan una visión panorámica de la formación inicial de profesores de ciencias en Chile, planteando la necesidad de superar la visión técnica del diseño y la implementación de la enseñanza e incorporar la evaluación de la enseñanza, las construcciones identitarias y el compromiso continuo con la propia formación y la construcción de ciudadanía como aspectos clave de la formación docente. Las investigaciones realizadas en torno a los enfoques formativos actuales, la selección de conocimientos relevantes para la formación, y las estrategias de monitoreo del desempeño profesional de los futuros profesores permiten identificar elementos promisorios que podrían orientar la transformación de los procesos de formación de profesores de ciencias, y contribuir a acortar la brecha entre los entornos escolares y universitarios en la educación de profesores de ciencias. Finalmente, los autores señalan los aspectos en los que se requiere seguir investigando para mejorar las capacidades profesionales de los docentes de ciencias en nuestro país.
En el séptimo capítulo, Corina González, María Reyes, Andoni Arenas, Germán Ahumada y Beatriz Barrios abordan la formación continua de profesores mediante la generación de espacios colaborativos de desarrollo profesional docente. En el capítulo se discuten, a partir de las investigaciones realizadas en Chile, las condiciones que promueven la gestación y continuidad de las comunidades de aprendizaje, y las consencuencias que estas experiencias tienen en el crecimiento profesional y la transformación docente. Finalmente los autores sugieren los ámbitos en los que se requiere seguir innovando e investigando para mejorar la efectividad de estas instancias de formación continua de profesores de ciencias en Chile.
En suma, sabemos que no hemos cubierto todos los potenciales temas que podrían estar siendo investigados a nivel nacional. Invitamos a los investigadores o futuros investigadores a animarse a continuar con esta iniciativa y tal vez en 10 años más (o menos) en el volumen III, dar cobertura a aquellos temas que en esta oportunidad no fueron incluidos. Es nuestro sincero deseo que puedan disfrutar de la lectura de este segundo volumen de la colección tanto como nosotros hemos disfrutado preparándolo.
Ainoa Marzábal
Pontificia Universidad Católica de Chile
Cristian Merino
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso