Читать книгу El Testamento Contemporáneo - Aldivan Teixeira Torres, Daniele Giuffre' - Страница 14

Somos humanos y siempre estamos sujetos a los acontecimientos de la vida. Durante nuestra existencia viviremos experiencias agradables y malas. De estos, ciertamente los más llamativos son los que traen dolor y traumas.

La razón del dolor puede ser diversa. Entre las principales razones, el dolor de la traición de un ser querido, la pérdida de una entidad familiar, una enfermedad grave, el desempleo, el fracaso y el dolor del rechazo.

He sufrido algunos tipos de estos dolores: He perdido parientes cercanos, vivo con una enfermedad genética y ya he sido rechazado. Cada uno de estos eventos causa una sensación diferente y muy dolorosa.

Es difícil ver que no hablaremos más con esa persona, no la abrazaremos o besaremos, no dividiremos más victorias. Lo que reconforta es la promesa del reino venidero donde las almas hermanas se encuentran de nuevo. Sí, vivimos la promesa garantizada por mi padre de una vida eterna llena de felicidad que corona nuestros esfuerzos en la vida.

La experiencia de la enfermedad que me golpeó más fuerte cuando tenía veintitrés años me metió en un abismo sin fondo. Los amigos se fueron, las perspectivas de trabajo se agotaron, la noche oscura del alma se levantó con gran fuerza. El apoyo que me regeneró y crió fue de mi padre espiritual y de mi familia. Sin ellos, ni siquiera sé qué sería hoy de mí. Resucité, recobré la conciencia y mi vida se convirtió. Hoy puedo decir que estoy listo para el éxito.

Otra experiencia notable fue cuando el destino me permitió entrar en la vida de algunas personas. Cinco seres que me despertaron pasión, atracción, seducción y amor. Mi reacción a una fuerza tan fuerte fue escapar, descubrir, vivir una pasión secreta y arriesgar. Esta última actitud personal provocó un rechazo cuyas heridas eran difíciles de curar. Fueron necesarios dos años de recogimiento interno para finalmente liberarme y buscar nuevas direcciones. A pesar de los efectos dolorosos, no me arrepiento de mi actitud, al menos intenté ser feliz. Me arrepiento cuando me escapé, ¿quién sabe, quién no sería la persona en mi vida? Bueno, nunca lo sabré realmente.

En todos estos ejemplos descritos, mi mayor aliado fue el tiempo. Todo en la vida pasa y el tiempo es sabio. El proceso de arrepentimiento es necesario, pero llega un momento en el que tienes que dejar pasar el sufrimiento y vivir tu vida. De verdad, es la mejor decisión que puedes tomar.