Читать книгу Experiencias y aproximaciones en el territorio - Alejandro Mendo Gutiérrez - Страница 6
ОглавлениеEl Departamento de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Universidad Jesuita de Guadalajara, presentan el segundo libro de la colección Transiciones Territoriales, titulado Experiencias y aproximaciones en el territorio. Indagaciones y hallazgos.
Este volumen reúne diversas investigaciones y apuestas en torno al tema del análisis, la representación y las estrategias de planificación territorial. El esfuerzo es definir un espacio de reflexión que contribuya a ampliar la mirada con que comúnmente suele tratarse el tema del territorio latinoamericano, específicamente desde el ámbito disciplinar de la arquitectura y el urbanismo. En efecto, persigue abrirse a lo interdisciplinar y transdisciplinar, así como a la construcción de otras indagaciones que aporten a las temáticas asociadas al territorio.
Desde principios de los años ochenta, el proyecto urbanístico y territorial ha intentado redefinir, mediante la adopción de diferentes estrategias, actitudes y la invención de nuevas denominaciones, el sentido y el significado de los espacios y territorios rurales contemporáneos.
A través de la experimentación de nuevas representaciones, en particular, se está intentando definir una lógica de recomposición de los diversos ambientes que conforman el territorio rural latinoamericano contemporáneo, en busca de una coherencia entre las formas de proyecto de gobernanza de los territorios rurales y la variedad de imaginarios y expectativas que, en las sociedades contemporáneas, se proyectan sobre tales contextos.1
El término ambiente alude a una diversidad de situaciones y materiales del territorio, los cuales están dispuestos de forma simultánea en diferentes escalas: las del espacio de producción agrícola industrial y de las producciones de nicho o de segmento de mercado, de las interfaces urbano-rurales, de las reservas de naturalidad, de los espacios en abandono y de la fragmentación social, hasta los territorios rurales contemporáneos del ocio. Una geografía que se enfrenta con órdenes de problemas estratificados, como la descentralización de usos y funciones urbanas en las zonas rurales, la relación entre redes infraestructurales y palimpsestos ambientales, los riesgos ambientales, la explotación minera y, en conjunto, cuestiones más recientes: el suministro de alimentos a la escala local, la mejora de las áreas residuales y de sus márgenes, el uso de zonas agrícolas productivas como parques implícitos, la remodelación ecológica de la producción de alimentos, hasta la reducción de los procesos de fragmentación y exclusión social y espacial que hoy se manifiestan en muchos territorios rurales latinoamericanos contemporáneos.
En el mundo occidental, varias tradiciones de proyectos territoriales y paisajísticos, desde las que se centran en cuestiones estrictamente ecológicas, identitarias, hasta las de “el proyecto del palimpsesto” o entrelazadas con las prácticas del land art y pobladas por figuras importantes como Ian McHarg, Michel Desvigne, Hansjorg Küster, Pierre Donadieu, Charles Massy, Yves Luginbühl, Georges Descombes, Dieter Kienast o Augustine Berque, han tratado de resolver estos problemas, en varios casos con éxito. Se trata de tradiciones posmodernas de diseño territorial que, a su vez, han sido confrontadas críticamente con experimentos modernistas sobre el proyecto del espacio y de la vida rural en la primera mitad del siglo XX. La referencia es a arquitectos y urbanistas como Bruno Taut, Frank Lloyd Wright, Ludwig Hilberseimer o Daniel Burnham que han prefigurado las condiciones rurales y el habitar el territorio, a través de experimentos con figuras como la de la red, el corredor, el archipiélago, hasta el cinturón verde y las cuñas verdes, imágenes proyectuales correspondientes a figuras duras, monolíticas, a menudo a infraestructuras jerárquicas diseñadas principalmente como dispositivos para la definición de un “desarrollo” equilibrado entre ciudad y el campo como una superficie sustancialmente isotrópica.2
La mayor parte de estas tradiciones de diseño, tanto modernas como posmodernas, en las que el territorio es casi siempre llamado a resolver problemas de la ciudad o analizado según los valores metropolitanos, ya no parece, en particular en Latinoamérica, ser capaz de producir interpretaciones y soluciones contemporáneas a los problemas de los territorios.
Estas tradiciones, se puede decir, ya no “pesan lo suficiente”. Sus fuerzas como sistemas ordenadores y conjunto de prácticas comunes de análisis y proyectos territoriales no parecen hoy ser capaces de interpretar condiciones territoriales marcadas por problemas como la fricción entre diferentes grupos sociales, la fragmentación espacial, los procesos de descampesinización, el deterioro medioambiental, la creciente simplificación de los procesos ecológicos, los fenómenos de migración campo-ciudad, el abandono territorial o, en unos casos, la intensificación de significados y valores atribuidos a algunos pocos contextos rurales particulares percibidos como paisajes-burbujas de alta calidad.
En este sentido, los ensayos que se presentan en este libro representan un esfuerzo de definición de nuevas perspectivas y maneras de analizar y proyectar el territorio contemporáneo, al definir dos grandes campos de investigación: el primero aborda la relación entre diseño territorial, sociedad y ambiente; el segundo, la relación entre territorio, cultura, patrimonio y sociedades locales.
— Relación entre diseño territorial, sociedad y ambiente
El primer grupo pone el enfoque sobre la relación entre temas y estrategias de diseño territorial, caracteres de las sociedades locales y ambiente. La hipótesis es que, a través de la redefinición de la relación entre estos tres diferentes campos, es posible definir una capacidad de visión territorial estratégica, anclada en la reconstrucción de una cultura y pensamiento sobre una idea de territorio entendido como bien común, al articular propuestas para la elevación de la calidad de vida de las poblaciones rurales, así como de la producción espacial del mundo rural y de la ruralidad. Se trata de abordar problemas como la detención de los procesos de desruralización; devolver la dignidad a las actividades primarias y el modo de producción campesino, lleno de conocimientos reparadores de los desastres ambientales y sociales de la agroindustria; reducir la huella ecológica con el cierre local de agua, desechos, energía y ciclos de alimentos; elevar la calidad ambiental de los espacios de transición entre campo y ciudad (protección hidrogeológica, calidad del aire, agua, redes ecológicas y paisaje); y, finalmente, reflexionar sobre los complejos y, a veces, borrosos procesos de gentrificación rural.
En la relación entre diseño territorial, sociedad y medioambiente, el territorio cambia sus caracteres tradicionales para adquirir la condición de bien común, de bien inalienable tangible e intangible, es decir, objeto de reconocimiento, disponibilidad y valoración socialmente determinados, lo que lo saca de una condición de apropiación privada o de transformación en forma de mercancías. Lo común, que surge de esta relación como corazón del resurgimiento del valor territorial, se puede tomar como la fuente de una estrategia alternativa de planificación espacial, económica y ambiental, al enfocar el desafío, en particular, en la invención de nuevas formas de producción espacial y de riqueza, que pueden extraer de la reconstrucción de bienes territoriales locales las bases materiales de la producción de nuevos valores socioespaciales, ecológicos y económicos.3
En las raíces de esta perspectiva territorialista (Thayer, 2003, 2013), resultado del cruce de la relación entre temas y estrategias de diseño territorial, caracteres de las sociedades locales y ambiente, se encuentra una concepción del territorio como un bien común complejo, basado en una interacción continua entre el sistema ambiental y el sistema antrópico de las múltiples acciones humanas, culturales, sociales, económicas, políticas, formas civiles, denominaciones y asignaciones de significado producido por un incesante proceso de territorialización, que corresponde a una reconfiguración continua de la complejidad.
Por lo tanto, lo que se constituye es un espacio territorial que, de hecho, no es dado, sino que es un constructo, algo que no existe en la naturaleza, ya que la naturaleza del territorio es esencialmente una segunda naturaleza, transformada. Más bien, el constructo se entiende como resultado de una cogeneración entre diversos sistemas, conocimientos y prácticas de proyecto, así como del habitar territorial, donde pueden darse intercambios, simbiosis y conflictos (Roberts y Sykes, 2005; Couch, Fraser y Percy, 2008). El territorio, en tanto bien común, no es espacio puro: es lugar, un espacio con sus caracteres distintivos, un lugar de lugares, basado en diferencias, en diferentes valores territoriales.
Esta concepción de análisis, diseño y representación territorial basada sobre relación entre territorio, sociedad y medioambiente propone, pues, una “protofigura” del bien común, de bien compartido, en quien viven, construyéndolo, muchos sujetos, economías, ecologías y cuyos valores son bajo un constante proceso de afirmación y de erosión (Forester, 1998).
En el primero de los ensayos que pertenecen a este grupo de textos, Antonio di Campli, María de los Ángeles Cuenca Rosillo y Holger Patricio Cuadrado Torres investigan sobre cómo diversas formas de turismo residencial o de migración de estilo de vida, producidas por sujetos de ciudades y territorios del llamado “norte global”, han desencadenado complejos procesos de modificación social y espacial en los paisajes y entornos rurales de Vilcabamba, Ecuador, un pequeño pueblo andino de aproximadamente 5000 habitantes. Para analizar tales procesos, los conceptos de zona extractiva y urbanismo de remesas, tal como los definieron respectivamente Macarena Gómez-Barris y Sarah Lynn López, se hacen operativos dentro de las formas de investigación espacial. El resultado es la construcción de una representación espacial de las formas en que algunas prácticas específicas del turismo residencial se territorializan, modificando el sentido y el funcionamiento de los espacios rurales.
Rodrigo Flores Elizondo aborda el tema del proyecto Diseño Urbano Sensible al Agua presentando el caso de un proyecto de reutilización de aguas residuales tratadas en Guadalajara, México. Se trata de un proyecto que arrancó desde 2005 con una intervención orientada a usos no potables del agua. La iniciativa fue inicialmente exitosa, pero hoy en día se ha estancado y se manifiestan unos retrocesos. Entre las explicaciones de por qué una fuente alternativa de agua no se utiliza en todas sus potencialidades para contribuir a la construcción de resiliencia hídrica urbana se explora la de los acuerdos hidrosociales. El ensayo tiene el objetivo de visualizar el tema y definir argumentos capaces de orientar un pacto hidrosocial, el cual lleve a establecer resiliencia urbana mediante ciudades sensibles al agua.
Pablo Vázquez Piombo y Alejando Acosta Collazo se aproximan a la cuestión sobre cómo las diversas vinculaciones de la ciudad histórica con su territorio encuadran el tema de las continuidades visuales, las cuales abarcan al paisaje urbano histórico dentro de un sistema territorial integral, caracterizado por complejas capas de significados y manifestaciones que trascienden a los sitios de patrimonio mundial. La necesidad de considerar al territorio en extenso abre la posibilidad de comprender las relaciones entre fenómenos urbanos y fenómenos territoriales al aludir a la definición de estrategias de conservación urbana. En particular, el enfoque sobre las zonas vulnerables, como las áreas de transición o de amortiguamiento, así como entender el fenómeno de la transformación de las áreas adyacentes o de transición y el impacto que el crecimiento de la ciudad tiene sobre el paisaje urbano histórico, permitirá definir alternativas válidas para la regeneración o recuperación del valor contextual de las áreas alteradas.
El ensayo de Isabel Cristina Tobón Giraldo aborda el tema de los desarrollos geográficos desiguales, al describir críticamente las tensiones y las contradicciones territoriales en el norte del Cauca, Colombia, entre las comunidades afro y los empresarios de la agroindustria de la caña de azúcar. En primera instancia, la autora presenta algunas contradicciones ambientales; luego, describe el valle geográfico del río Cauca y los conflictos que se manifiestan entre varios actores sociales. Estas contradicciones pretenden revelar cómo la visión monocultural, impuesta por prácticas y mecanismos de dominación, reducen la comprensión del territorio. Al final, se presentan los aportes de los colectivos y organizaciones sociales locales, ambientalistas, pacifistas, feministas, y cómo estos operan sinergias de resistencia, defendiendo la biodiversidad, o definen ejercicio de derechos, agenciamiento de oportunidades políticas, prácticas cotidianas solidarias, creando nuevas oportunidades.
—Relación entre territorio, cultura, patrimonio y sociedades locales
Los textos contenidos en este segundo apartado del libro integran cuatro ejemplos o casos concretos en los que se documenta la estrecha relación de los territorios con las sociedades locales, su cultura y la configuración de lo que considera su patrimonio. Estos textos aglutinan experiencias de dos casos en el contexto mexicano y dos casos en el contexto colombiano, en los cuales se exploran diversos procesos de apropiación de territorios y de configuración y reconfiguración de estos a partir de dinámicas sociales, culturales y políticas, propias de sus contextos históricos y los cuales generan cambios importantes que afectan al territorio y las actividades asociadas a este.
Las perspectivas desde las cuales se analizan los territorios y los enfoques de análisis también son diversos y se dirigen, en primer término, a observar y analizar los procesos de transformación a partir de la industrialización del territorio y los procesos de construcción de espacialidades producto de esto; por otro lado, se enfocan en comprender los procesos de reapropiación y resignificación del territorio, mediante la recuperación, la transferencia y la relocalización geográfica de diversas prácticas religiosas y culturales. Por tanto, esto nos acerca a explicar cómo se adquieren los valores simbólicos de algunos territorios, producto de estas reconfiguraciones espaciales. En efecto, estos textos permiten acercarnos a reflexionar cómo las transiciones territoriales transitan entre lo tangible y lo intangible, y nos facilitan comprender que los contextos son entes vivos en constante transformación, como si progresivamente estuvieran en un proceso de mutación que los va cargando de contenidos y significados, con los que adquieren la connotación patrimonial. Así mismo, se puede dar cuenta a lo largo de estos textos de la relación estrecha e intrínseca del territorio con los diversos factores naturales y culturales que lo condicionan.
El capítulo presentado por Mónica Solórzano Gil y Gabriel Michel Estrada sobre la configuración del territorio en Ribera de Chapala, en México, a partir del ferrocarril y los sistemas de transporte durante la primera mitad del siglo XX, contextualiza algunas de las transformaciones territoriales provocadas por la introducción del sistema ferroviario, que data de finales del siglo XIX y que continuó hasta las primeras décadas del siglo XX. Con ello se entiende que la construcción del ferrocarril transformó de forma considerable los territorios en México, en este caso específicamente los de Jalisco, puesto que la introducción de infraestructura y servicios, con el fin de favorecer la movilidad nacional de personas y mercancías, vendría a modificar las formas de vida y el aprovechamiento del territorio, para configurar una nueva dinámica y estructura territorial. Esto posibilitó como tal un desarrollo territorial a partir de la consolidación de centros de producción y abasto regional, fundamentalmente en los sitios cercanos a esta infraestructura ferroviaria, lo que consolidó unidades productivas y habitacionales como haciendas, fábricas y complejos industriales, asociados a la producción del territorio. En contraste, esto produjo zonas con marcadas desigualdades y desventajas respecto a aquellos territorios lejanos a las vías del ferrocarril, los cuales sufrirían, por ende, un estancamiento que frenó en gran medida su desarrollo territorial y condicionó su configuración actual.
En este capítulo, a su vez, se documenta la importancia de la indagación histórica en la comprensión del proceso de transformación del territorio y como herramienta indispensable para la toma de decisiones en los proyectos o propuestas de puesta en valor territorial. A partir de una revisión estratigráfica del territorio en el tiempo y la identificación de las estrategias de movilidad impulsadas en las distintas etapas, se aborda la dinámica territorial de forma importante y la evolución del sitio respecto a los asentamientos urbanos y las diversas relaciones que existían en el territorio. En consecuencia, este trabajo logra presentar un análisis descriptivo detallado del proceso de configuración territorial en torno a las haciendas de la región, el cual no se puede explicar sin comprender los proyectos de movilidad multimodal asociados al ferrocarril, que sentaron las bases de la estructura regional actual. En este contexto, las haciendas productivas y los asentamientos urbanos de la región desempeñaron un factor fundamental en el proceso de configuración territorial, asociado a las dinámicas económicas y sociales de la población que habitaba y visitaba el territorio, en donde el lago de Chapala era y sigue siendo uno de los principales atractivos turísticos de la región.
Abonando al tema de los procesos de transformación y configuración territorial relacionados con la construcción del ferrocarril en el caso colombiano, el texto presentado por Natalie Rodríguez continúa el discurso analítico sobre las distintas miradas que permiten entender y explicar la configuración de las espacialidades territoriales desde el fenómeno ferroviario y las relaciones sociales y de poder que se establecen con este. Estos dos casos, muy semejantes en México y Colombia, de los que podemos afirmar que se repitieron de forma progresiva en otros contextos latinoamericanos como fenómeno recurrente, son un referente para entender el impacto de la construcción del ferrocarril en Latinoamérica y su papel en la configuración de paisajes y territorios industrializados, a partir de las espacialidades producidas por y para el ferrocarril. Esto es, la responsabilidad que adquiere el fenómeno ferroviario de, con base en la construcción de las diversas líneas férreas y su infraestructura, haber modificado y configurado de forma considerable el territorio en Colombia, específicamente en el Conjunto Ferroviario Café Madrid, objeto de estudio de este capítulo.
Es importante resaltar el énfasis de la autora en la comprensión de los procesos de construcción del territorio a partir de las espacialidades generadas por el movimiento industrial, específicamente por el auge ferroviario en Colombia, que conllevó una serie de procesos de apropiación y transformación del territorio, al aprovechar las ventajas de los contextos naturales de forma importante, el acceso a bienes y servicios tanto sociales como culturales y la multiplicidad de relaciones que se establecieron con y en el territorio, para beneficiarse de estas en la configuración del Conjunto Ferroviario Café Madrid, también conocido como Estación Bucaramanga.
Adicional a la reflexión de la configuración territorial y sus diversas relaciones espaciales, la autora enfatiza en la reflexión en torno al aspecto físico y formal del inmueble ferroviario; así, analiza el origen de las espacialidades en el marco de las relaciones, significaciones y singularizaciones. Construida en estilo neocolonial, imperante en este periodo histórico, se explica la configuración y definición del partido arquitectónico del edificio de la estación, los materiales y sistemas constructivos empleados y la tipología del conjunto. Por otro lado, profundiza en la interpretación de la configuración del conjunto haciendo énfasis en las relaciones que provocaron dicha estructuración espacial inicial, la misma que con el paso del tiempo y en distintas etapas identificadas sufrió reconfiguraciones que afectaron directamente la significación y apropiación del territorio por la población, influenciados en gran medida por las relaciones políticas, sociales y de control del territorio. Esto permite comprender este proceso progresivo y paulatino de configuración y reconfiguración del territorio en torno al Conjunto Ferroviario Café Madrid, así como las relaciones, memorias y valores que se resignificaron con el tiempo, dando cuenta de un proceso de construcción de un sitio cargado de valores históricos y patrimoniales.
Siguiendo el tema de los valores y su relación con el territorio, el capítulo a cargo de Alejandro Mendo analiza el fenómeno del surgimiento de nuevas espiritualidades de algunos grupos sociales —en cierto modo ajenos a prácticas culturales tradicionales— y el proceso de recuperación e interpretación de prácticas rituales ancestrales vinculadas a la memoria y los valores de distintos territorios donde se manifiestan algunas prácticas religiosas emergentes, las cuales generan la resignificación de territorios en México. En palabras del autor, se enfatiza la mirada hacia “las configuraciones físicas, las estructuras arquitectónicas y la materialidad edificatoria de los enclaves sioux lakota, ubicados en diferentes geografías mexicanas, donde se realizan estas ritualidades híbridas”.
En este texto, a su vez, el autor analiza las implicaciones de ciertos procesos migratorios que implican no solo el desplazamiento de personas a nuevos territorios, sino la transferencia de ciertos códigos y valores culturales, así como la interpretación y adecuación de prácticas religiosas para la reconstrucción de significados propios. En gran medida, esto es provocado por las diversas reacciones en torno a la religiosidad, en el sentido canónico estricto, las cuales, a su vez, han ido generando procesos de rupturas posmodernas en torno a creencias y costumbres tradicionales, que provocan la reinterpretación de la religiosidad por ciertos grupos sociales, dando origen a una revolución espiritual con implicaciones en lo territorial.
A partir de este discurso del sincretismo religioso producido por diversos factores contemporáneos, el autor reflexiona sobre el proceso de desenclave-relocalización que conlleva la recuperación y apropiación de bagajes culturales originarios de comunidades y grupos sociales, para transportar prácticas, creencias y rituales a nuevos territorios, aportando nuevos significados a otros contextos. Esto implica la deconstrucción y reconstrucción de los simbolismos tradicionales, ocasionados por las rupturas ideológicas propias de la época actual. En este marco, el autor centra su análisis en el fenómeno de lo que describe como un proceso de neomexicanidad, lo que esto significa y cómo esta práctica religiosa conlleva, a su vez, otros fenómenos de recuperación de saberes ancestrales e intangibles relacionados con la práctica ritual original. Esto provoca un sincretismo al fusionar contenidos tradicionales del mundo mexica prehispánico y los aportes ceremoniales de las tribus piel roja, importados de las etnias nativas de Norteamérica; así mismo, asocia estos fenómenos con espacios territoriales delimitados que denomina enclaves sioux lakota en México, donde se desarrollan rituales provenientes de otras latitudes en contextos neomexicas, como este fenómeno de relocalización de espiritualidades y creencias. Esta transferencia y mezcla cultural-religiosa implica en todos los casos la tropicalización de la práctica, al requerir hacer adaptaciones a los rituales tradicionales, en función de los recursos locales disponibles en los sitios de relocalización del rito.
Todo lo anterior apunta a la comprensión de otros procesos de configuración territorial en México, desde la perspectiva de los valores simbólicos que se otorgan al territorio a partir de las diversas prácticas que se desarrollan en este, donde estos procesos de transferencia de contenidos culturales y religiosos a otros territorios con implicaciones sociales y culturales diversas generan nuevas dinámicas de reapropiación y resignificación del territorio.
Ligado a los conceptos de los significados y la identidad del territorio, el capítulo de David Burbano vincula conceptos y criterios que se han expuesto en los tres capítulos previos, al incorporar la reflexión y la discusión en torno al territorio, por un lado, relacionado a su aprovechamiento con actividades y funcionalidades de tipo industrial y, por otro lado, asociado a la identidad y el significado que se le otorga a partir de aquellas formas de uso y aprovechamiento. El texto de Burbano regresa la reflexión al contexto colombiano, donde se analiza el proceso de transformación y reconfiguración de un territorio específico, debido a la instalación y operación de una empresa productora de plátano o banano, la United Fruit Company, de procedencia estadounidense, como respuesta a la expansión industrial característica de las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX, la cual incluye como parte determinante la infraestructura ferroviaria y la configuración espacial de las áreas destinadas a usos urbanos, servicios y comercio. Este proceso de invasión de carácter industrial en un territorio y su consecuente alteración implicó, además de la transformación del contexto natural original, la reordenación de las relaciones y estructuras locales, con el fin de integrar nuevas dinámicas de uso y aprovechamiento del espacio.
Este capítulo, por lo tanto, pretende dar cuenta de los valores generados en el sitio a partir de las trasformaciones sufridas en el territorio, generado por un proceso productivo intensivo como lo es la producción de banano o plátano en la región y el proceso de configuración morfológica del territorio a partir de la empresa United Fruit Company. A su vez, esto se relaciona con factores identitarios asociados con su localización geográfica en el Caribe colombiano, los cuales estimularon el surgimiento de manifestaciones artísticas y culturales, como algunas expresiones literarias y musicales reconocidas en el contexto nacional de Colombia. Entre ellas, en lo que respecta a la música, se destacan expresiones de música popular, el vallenato como género musical y algunas formas de danzas y bailes tradicionales. En relación con la literatura, este territorio y sus particularidades protagonizan parte de los relatos y tramas centrales de algunas obras emblemáticas de Gabriel García Márquez y otros autores de la región, quienes, de forma detallada, representan y describen los escenarios del territorio como parte fundamental de sus obras.
Todo lo anterior nos permite comprender diversos procesos de reconfiguración del territorio como espacio de transición, los cuales van de lo tangible a lo intangible y donde las transiciones territoriales manifestadas en el plano tangible —como las transformaciones del contexto natural, cultural, urbano y arquitectónico, etc.— se manifiestan también de diversas formas sobre lo intangible, como la música y la literatura, recuperando ese componente de identidad regional.
En conclusión, los textos aquí contenidos posibilitan analizar diversos procesos de reconfiguración espacial y de resignificación del territorio, derivados de intervenciones puntuales sufridas en los distintos contextos territoriales, tanto colombianos como mexicanos. En todos los casos, se analizan las causas y procesos de intervención y los efectos que estas intervenciones producen en los territorios en la actualidad. Así, estos capítulos hacen énfasis en entender cómo se dan estas transiciones territoriales, como proceso intermedio entre la configuración y reconfiguración de los territorios analizados.
—Referencias
— Becattini, G. (2009). Ritorno al territorio. Bolonia: Il Mulino.
— Couch, C., Fraser, C. y Percy, S. (2008). Urban Regeneration in Europe. Londres: Wiley.
— Dematteis, G. (2006). En la encrucijada de la territorialidad urbana. Bitacora, 10(1), 53-63.
— Di Campli, A. (2019). El territorio visto desde la ciudad: redes, palimpsestos, interfaces. En D. Burbano, A. Di Campli, N. Rodríguez y M. Solórzano (Eds.), Transiciones territoriales: ciudad y campo (pp. 25-59). Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
— Forester, J. (1998). Pianificazione e potere: pratiche e teorie interattive del progetto urbano. Bari: Dedalo.
— García Canclini, N. (1990). Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad. Ciudad de México: Grijalbo.
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— Ostrom, E. (1990). Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action. Cambridge: Cambridge University Press.
— Roberts, P. y Sykes, H. (2005). Urban Regeneration: A Handbook. Londres: Sage.
— Secchi, B. (1993). Le trasformazioni dell’habitat urbano in Europa. Alcune ipotesi. Quaderno della ricerca sulle trasformazioni dell’habitat urbano in Europa, (1).
— Solà-Morales, M. (1981). La identidad del territorio. Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme, 1, 3.
— Thayer, R. Jr. (2003). LifePlace: Bioregional Thought and Practice. Berkley: California University Press.
— Thayer, R. Jr. (2013). The World Shrinks, the World Expands: Information, Energy, and Relocalization. En E. A. Cook y J. J. Lara (Eds.), Remaking Metropolis. Global Challenges of the Urban Landscape (pp. 39-59). Abingdon: Routledge.
Notas
1- Véase Becattini (2009), Dematteis (2006), García Canclini (1990), Gregotti (1966), Secchi (1993) y Solà-Morales (1981).
2- Véase di Campli (2019).
3- Se trata de la invención de nuevas relaciones entre sociedades y ecologías locales, así como de intercambio social donde imaginar, por ejemplo, empresas económicas aptas para promover sistemas territoriales locales y formas de intercambio solidario, para valorar y gestionar activos territoriales, ambientales y paisajísticos comunes, proponiendo nuevas funciones de gobernanza territorial con la conciencia de que invertir en el territorio, en el medio ambiente y en el paisaje puede producir configuraciones territoriales sustentables y riquezas duraderas, es decir, nuevas formas de ingresos, actividades productivas, ecosistemas y servicios sociales. Sobre le tema de los bienes comunes, véase Hardin (1968), Harvey (2012), Hardt y Negri (2009), Ostrom (1990) y Mattei (2011).