Читать книгу Hades Online - Alex Itsios - Страница 5
CAPITULO 2
ОглавлениеCuando desperté, todavía no podía moverme. Fui sujetado en el aire, atrapado por uno de los miembros del árbol de carne. Sus ojos amarillos parpadeantes me observaban, y sabía en el fondo de mi ser que había llegado mi hora. Le recé a Dios para pasar la vida eterna en Elysium para poder pasar la eternidad con mi familia y la chica a la que amaba.
“¿Eh?” estas despierto, el árbol de carne protesto con su horrible voz. Vi que tenía a varios de mis vecinos atrapados entre sus miembros. Ahora supe que Leda, mi futura esposa y mi madre, estaban vivas, y pero ahora, eran parte del monstruo.
Le observé horrorizado.
El árbol de carne sacó a mi madre lentamente de su tronco. Aterrado por ella, luché para liberarme. Tenía que salvarla, ella era la única familia que me quedaba. Ella gritaba y jadeaba y suplicaba pidiendo ayuda, pero nadie iba a salvarla. Cerré los ojos, suplicando que se acabara la pesadilla, pero mis oídos, mis malditos oídos no podían suprimir el horrible sonido de como se partían los huesos y se desgarraba la carne. ¡Era la carne de mi madre! Lloré y maldije, llorando juré que reduciría el árbol a cenizas.
Pero sabía que yo era débil, y que no tenía manera de cumplir con la promesa. Lo que es peor es que el árbol de carne solo estaba jugando conmigo, con mi dolor.
“Este parece delicioso”, la cosa sonrió con la monstruosa boca de su tronco.
Vi que le llegaba su turno a Leda”
“Para” supliqué yo. “No mates a nadie mas. No te hemos hecho daño alguno. Nos hemos mantenido alejados del bosque.
Aunque sabíamos de la existencia del monstruo, ninguno de nosotros lo había visto en carne y hueso. La cosa nunca había salido del bosque de Cedar y solo atacaba a tontos aventureros que violaban su territorio, o eso era lo que nos aseguraban las historias.
“Joven, musculado, pelirrojo, yo tenía razón. He aquí uno que no es un hombre vulgar. Uno que es más grande que los demás”. Me dijo el árbol de carne con su voz quejumbrosa.
Continué con mi súplica, esperando por alguna estúpida razón que el árbol nos perdonara la vida a mi y a mi gran amor.
“¿Por qué has bajado al pueblo? ¿Por qué has hecho esto? No somos ninguna amenaza grité yo.
El monstruo respondió mientras su rama me apretaba dolorosamente.
“Por supuesto que no sois una amenaza. Pero no eres tu, débil mortal, lo que me preocupa. Un viejo poder ha reemergido desde la oscuridad; un viejo rival del pasado ha despertado. Sé muy bien que muy pronto mi antiguo enemigo vendrá a por mi, y debo de ser tan fuerte y poderoso como fui una vez, para poder sobrevivir. Necesito carne fresca, ¡mucha carne!, ¡carne fuerte! La cosa gruñó.
“¿Qué puedo darte para que pares todo esto?” grité yo. “No nos mates a mi y Leda, y haré lo que me pidas”.
“¿Lo harás?” el árbol de carne reflexionó. “joven guerrero, fuiste tu el que pude sentir y vine hasta aquí para consumir, esperando que tu fortaleza me hiciera más fuerte. Y en vez de eso me encuentro una fruta que no ha madurado aún. El consumirla demasiado pronto sería un desperdicio. ¿Qué voy a hacer contigo?”