Читать книгу Cómo mantener la pasión en la pareja - Alexia Costa - Страница 8

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La naturaleza del amor:sus características en esta etapa

Qué decir del amor en esta etapa de juventud… Tan versátil como fogoso, tan cambiante como pleno de proyectos, la fase vital que se extiende hasta los 35 años se caracteriza por los comienzos de uniones más estables. Claro que, esta situación, en la actualidad, no puede calificarse de universal; muchas personas se deciden a iniciar un vínculo estable y duradero pasados los 40 años, cuando consideran que ya disfrutaron de la soledad, de las relaciones amorosas pasajeras y han acumulado suficiente «currículum» amatorio como para ansiar un hogar y una familia.

Esos vaivenes de entusiasmo, la inquietud insoportable por saber si el otro, de verdad, llamará, los comentarios con los amigos para elucidar las observaciones, los mensajes y las insinuaciones del «objeto del deseo», con el fin de analizar las probabilidades, qué tan intensa resulta la atracción, son elementos característicos de este amor joven.

Dentro de las tipificaciones amatorias, los vínculos que se desarrollan en esta fase de la vida se asocian a Eros, el tipo de amor en el que prevalece el encanto físico, la intensidad de los encuentros sexuales y se produce un «flechazo» casi instantáneo. Al principio, no existe un proyecto más profundo para el vínculo, y sus miembros no saben si el mes que viene estarán juntos, pero eso no es lo que les interesa. De todos modos, este tipo de relaciones tienen su importancia, a la hora de analizar cómo mantener la pasión, porque es posible que duren mucho tiempo, y que no se rompan aun cuando los arranques pasionales se hayan extinguido. Tal vez, los enamoramientos «Eros» sean los más difíciles de rehabilitar, es decir, los que requieren de un tratamiento más intensivo, pues como se estructuraron sobre la base de la pasión, necesitan de ella casi desesperadamente para sobrevivir. El truco, en estos casos, es generar momentos pasionales que se basen en otras premisas, distintas y complementarias de las que se establecen en relación con el físico y la performance sexual.

En esta fase —pero también en las demás, aunque con una frecuencia menor— se puede formar el tipo de amor que se llama «Manía», considerado, en el significado literal de la palabra, como una locura amorosa, una situación de apasionamiento increíble y de corto plazo, que marca el inicio de la pareja, pero la abandona en un estado aún más débil que el producido por Eros. En este caso, la consigna también es otorgar otro sustento a ese vínculo y cimentar la pasión sobre otras bases.

Consejos para tomar la iniciativa

Incentivar a la pareja para que se active, para que se decida a participar en el juego de la seducción, requiere de creatividad y audacia. El primer requisito resulta esencial para encontrar espacios nuevos en los lugares de siempre, y el segundo es imprescindible para no sentir vergüenza por querer jugar el rol del que atrae, y no tener miedo de la cara de desconcierto que pueda poner el otro. Si tu pareja se encuentra en un estado de sopor absoluto, es posible que piense: «¡Se volvió loco/a!», pero casi con seguridad no tardará en recuperar el ánimo y podrá incorporarse a la iniciativa seductora que propusiste. Si todavía estás pensando cómo, cuándo, con qué excusa o de qué manera incitar a tu pareja para renovar la pasión, estos son algunos consejos útiles:

1.Si es una persona a la que no le gustan los sucesos imprevistos —porque se agobia, se descoloca o se incomoda—, es preferible anticiparse a los hechos diciéndole que le estás preparando una sorpresa, que determinado día no haga planes porque te encargarás de la velada, o bien anunciándole, ese mismo día y varias horas antes, que disfrutarán de un momento especial, a solas. De este modo, tu pareja se divertirá con la idea, se intrigará y no sentirá desconcierto cuando inicies el juego.

2.Por el contrario, si tu pareja no le tiene miedo a las sorpresas, y disfruta de ellas, simplemente no le anticipes nada. Aprovecha la salida del trabajo, o el horario en que finaliza alguna actividad, para tomar algo y charlar fuera del hogar. Es importante que cuides tu belleza personal y que te vistas como si salieran a algún lugar importante, aunque luego del café regresen a casa.

3.Si no te animas a formularle esa clase de propuestas de manera oral —por timidez o porque te incomoda decir frases seductoras—, pueden ser perfectos un correo electrónico o una cartita que dejes en su bolsillo o en su cartera, o un mensaje de texto destinado a proponer una cita para concretar lo que organizaste. Es muy importante que pienses bien lo que vas a escribir para conquistar a tu pareja y que aproveches su faceta más positiva: el humor, el erotismo, el misterio, etc.

Como puede verse, todavía no apareció ninguna idea de cómo organizar esa actividad de a dos, con miras a revitalizar la pasión. Todo este capítulo abordará diversas perspectivas para renovar la intimidad y elevar el voltaje amatorio de la pareja. Por ahora, alcanza con darte algunas ideas para convocar al ser que se ama y demostrarle que le espera un momento diferente. También te divertirás mucho al prepararle estas sorpresas e intrigas.

Recomendaciones de belleza personal

En esta fase, las personas acostumbran cumplir con ciertas pautas de cuidado, de higiene y de embellecimiento. Hombres y mujeres se empeñan, de diversas formas, para verse bien y poder gustarle al otro, pero, cuando las parejas ya se han constituido, y cuentan con varios años de existencia, sus integrantes tienden a relajar las rutinas de belleza. Por supuesto que hay excepciones, pero resulta común que —amparándose en el cansancio, el conocimiento mutuo o la costumbre— surjan frases tales como «Bueno, ahora que estamos juntos, por suerte no tengo que estar «de punta en blanco» cada vez que nos vemos… ¡porque nos vemos todos los días!». Se pueden identificar varios errores que comienzan en esta etapa y se prolongan durante todos los demás períodos de la vida en común. Aquí se señalarán dos:

•Dedicarse a comer, y el verbo «dedicar» se refiere a que las parejas encuentran verdadero placer en pensar qué van a comer a la noche, el domingo al mediodía, la nueva receta hipercalórica que planean probar, y eso, en su justa medida, está muy bien. El problema surge cuando el próximo plato exquisito se transforma en el hobby más importante que se practica de a dos, y que se efectúa de manera muy frecuente. El exceso de kilos, aunque sea compartido, sigue siendo un nivel de sobrepeso que afecta la parte estética y la salud de las personas.

•Abandonar, poco a poco, la actividad física. En lugar de incentivar a la parte más perezosa del dúo para que practique ejercicios —salga a caminar, a andar en bicicleta, inicie un deporte o para que se inscriba en un gimnasio—, siempre existe una mejor opción para no ir a entrenar el cuerpo. Si se suman las horas en que permanecemos sentados —en el trabajo, en la casa, en el auto o en el colectivo—, el movimiento físico es mínimo, y por supuesto que aumenta la tendencia al sobrepeso y a sentirse mal con la propia imagen.

En esta fase, hombres y mujeres deberán cuidar los detalles de arreglo personal con los que se sienten mejor: perfumes, cortes de pelo, tinturas, depilación, alguna ropa más sentadora que otra, etc, y evitar verse afectados por problemas como el sobrepeso y el sedentarismo, que asoman como los factores más importantes para reducir el voltaje pasional de la pareja. Vale la pena atender, en este sentido, a estas dos razones principales:

• El ejercicio físico contrarresta el estrés. A diferencia de lo que podría pensarse, si bien la práctica de una actividad provoca cierto cansancio muscular, en el plano psíquico combate el agotamiento mental y renueva la energía con la que se cuenta para las tareas cotidianas.

•Estar en movimiento mejora la resistencia del cuerpo para cumplir múltiples tareas. Por ese efecto energizante, la persona se siente mejor para llevar a cabo más iniciativas. Es por eso que, no sólo puede atender al trabajo, sino también al placer; la persona que realiza ejercicios físicos, podrá soportar muy bien una noche apasionada, aun después de haber trabajado todo el día.

La forma de revertir esta situación es prácticamente obvia: iniciar actividad física —solos o de a dos— y llevar adelante una dieta que sea a la vez suficiente y liviana, rica en frutas, verduras, jugos y baja en grasas saturadas.

Salidas creativas y novedades en el tiempo libre

Como uno de los principales enemigos de la pareja, ya se sabe, es la rutina, lo que se necesita en esta etapa del amor es combatir el aburrimiento y las prácticas monótonas y previsibles. Además, como «el hombre es un animal de costumbres», si en la juventud se vuelve cómodo, perezoso y reacio a los cambios, es de esperarse que, en la edad adulta, se comporte de la misma manera. Y cuantos más años tiene una persona, resulta mucho más difícil modificar los hábitos; no pocas veces se ha escuchado a alguien decir «¿A mi edad hacer eso? No, si no lo hice veinte años atrás, no lo voy a hacer ahora». En consecuencia, mejor que curar es prevenir, y hay que acostumbrar a la pareja a divertirse con los sucesos imprevisibles e inciertos, en especial, en lo que se refiere a las iniciativas con las que se disfruta el tiempo libre.

Las escapadas de fin de semana constituyen una buena forma de «entrenar» a la pareja para que se adecue a los cambios y sea más flexible:

•Organizar un campamento para dos y sorprender al amante con habilidades desconocidas: encendido de fuego, armado de carpas, conocimiento de los planetas, constelaciones, vientos, etc. En este plano, es positivo demostrar versatilidad para investigar e interesarse por temas no cotidianos; no hay que olvidar que el saber también erotiza, y que, en el peor y más frío de los casos, tendrán buenos temas de conversación durante esos días de paseo.

•Armar un itinerario por dos pueblos cercanos al lugar en el que viven, pero que no se hayan visitado nunca y, sobre todo, que no pertenezcan a un circuito turístico. El autor de la propuesta puede extender un mapa de la región, marcar un radio geográfico y proponer a su pareja que elija dos lugares tomando como referencia el nombre, la cercanía con otro lugar que les interese o siguiendo la simple intuición. Por lo general, alojarse en estos sitios no es caro —porque no se basan en el turismo para sobrevivir—, se puede comer bien a precios módicos y, en especial, la pareja contará con un destino conocido por pocos, en el que podrán descansar y, por qué no, hallar alguna que otra sorpresa.

Dieta y actividad física para el buen amante

En páginas anteriores (ver «Recomendaciones de belleza personal») se esbozaron las líneas básicas de cuidado del cuerpo, con el fin de contrarrestar el sobrepeso y el sedentarismo. Los platos livianos son muy sabrosos, y no todo ejercicio es aburrido o difícil de sostener en el tiempo. Aquí van algunas ideas para poner en práctica.

Alimentación

•Llamar menos al delivery. De manera ideal, se sugiere recurrir a la comida hecha fuera de casa sólo en forma esporádica, y, para el resto de los días, consumir platos caseros, aunque sean los más sencillos: ensaladas, sopas, carnes magras a la parrilla o al horno con un tomate cortado al medio, etc.

•Reemplazar las preparaciones fritas por las horneadas, la manteca por el queso blanco, las golosinas por las frutas, los snacks por los cereales, etc.

•Una cena típica de las parejas más jóvenes son las clásicas «picadas», en las que se presenta una abundancia de alimentos trozados en pedazos pequeños, que dificultan la cuenta de lo que se ingiere. Por esa razón, es posible consumir una cantidad excesiva de comida sin darse cuenta. Además, estas opciones suelen ser hipercalóricas: papas fritas, maníes, patés, salchichas, aderezos, fiambres, mucho pan, etc. La idea, entonces, no es suprimir las picadas, sino modificar su composición, reemplazando esas elecciones alimenticias por pickles, queso blanco con hierbas aromáticas, rodajas de pan tostado, fiambres magros como el lomito, carnes de bajo contenido graso como el peceto y verduras hervidas y condimentadas. Estos ingredientes alternativos resultan muy sabrosos, creativos y livianos.

Actividad física

Las mujeres recurren más a un plan de ejercicios, porque quieren adelgazar o tonificar sus curvas. Sin embargo, suelen desarrollar sus ejercicios de manera intermitente; abandonan durante el invierno, y pretenden recuperar el tiempo perdido cuando llega la primavera. Los hombres, con frecuencia, limitan la práctica de ejercicio a los partidos de fútbol organizados una vez por semana —o cada quince días—, reuniones deportivas que se «coronan», por supuesto, con algún banquete con el que se reincorporan, en forma instantánea, las calorías consumidas en las dos horas de desgaste. Ninguna de estas dos conductas promueve un estilo de vida que, de verdad, sea saludable, basado en el ejercicio hecho en todo el año, y por supuesto, tampoco cumple con los deseos de sus practicantes: el hombre no bajará de peso por jugar, de tanto en tanto, al fútbol con sus amigos; ni la mujer podrá mantener el cuerpo logrado durante el verano si en la época de frío se despide automáticamente del gimnasio.

Aquí se ofrecen algunas tácticas para no abandonar la actividad física y buscar opciones acordes con los gustos personales.

Mujeres

•1.- Si te aburre ir al gimnasio y realizar una rutina de ejercicios, conviene que pruebes con clases de gimnasia; tienen rutinas más cortas, un mecanismo colectivo y, para mucha gente, son más divertidas. Lo ideal es un gimnasio que posea una amplia oferta de horarios, y así no perderás clases si un día es más ajetreado que otro. El punto en contra: las rutinas de gimnasio son personalizadas, y en las clases se sigue un esquema que fija el profesor. De todos modos, se pueden probar diversas clases y variantes de gimnasia, hasta encontrar la que mejor te sienta.

•2.- Es una buena idea incentivar a una persona de tu círculo de amistades para que te acompañe a hacer gimnasia. Cuando no tengas ganas de ir, la otra persona te animará para que no faltes, y viceversa.

•3.- Lo más indicado es encontrar el tipo de clase que se disfruta mejor, que será a la vez la más adecuada a tu perfil. Para relajarte, probar con pilates, stretching o rutinas con ejercicios localizados. Si tu preferencia es estar en intenso movimiento, lo mejor serán las clases aeróbicas (spinning, tae-bo, entre otras).

Hombres

•1.- Es necesario determinar cuáles serían los objetivos que te interesa concretar con ayuda de los ejercicios físicos: aumentar la flexibilidad, mejorar la resistencia, adelgazar o energizarte, por ejemplo. Podrías decirle a tu instructor qué es lo que te interesa lograr yendo al gimnasio, y convenir con él qué ejercicios te gustaría realizar: aeróbicos, cinta, bicicleta, escalador, etc. No es necesario que levantes mucho peso si lo que te interesa no es desarrollar en exceso la masa muscular de tu cuerpo, es mejor armar un esquema de ejercicios personalizado, de acuerdo con tus pretensiones y gustos. Un buen personal trainer sabrá interpretar tus deseos. El beneficio de asistir a un gimnasio es la amplitud horaria, con la que no encontrarás excusa para faltar.

•2.- Si, decididamente, tu personalidad no es la de un hombre de gimnasio, la alternativa es invertir algunas horas de tu tiempo libre para caminar, andar en bicicleta o trotar —previa consulta a un médico sobre la posibilidad de realizar este ejercicio—, solo o acompañado, en un parque o por la calle. En el caso de que practiques ejercicios en plazas o lugares abiertos, la ventaja es que podrás escuchar música con los auriculares, y, de este modo, el tiempo se pasará más rápido. Si te ejercitas en la calle, conviene que no utilices ningún aparato portátil y te mantengas atento al tránsito y a los peatones.

No nos estamos yendo de tema con respecto al título del libro; el fuego de la pareja se mantiene de a dos, pero también con el aporte individual. De nada sirve intentar un acercamiento más fogoso si hemos dejado de gustarle al otro, o si ensayamos tentativas sin ganas, con pocas energías o rutinarias. El embellecimiento personal constituye un factor esencial para no perder de vista esa práctica amorosa tan necesaria como interesante: la seducción.

Signos de alerta: cuando la pasión está en baja

Antes de enumerar ciertos posibles indicios de este problema, conviene aclarar que realizar algunas actividades sin la pareja no simboliza un signo de pasión en peligro. De hecho, el respeto por la individualidad del otro es lo que posibilita un encuentro más apasionado. Por lo general, los matrimonios que se llevan bien en este aspecto mantienen un equilibrio —que se reajusta todo el tiempo— entre las iniciativas en pareja, las que se realizan con amigos o las que se prefieren hacer en soledad. Muchas personas, por ejemplo, adoran ir solas al cine, y no por eso sufren una crisis, mientras que, otras, hasta organizan vacaciones por separado. Esta aclaración sirve porque da cuenta de los matices complejos que se incluyen en las uniones, y de la diversidad de «contratos» con los que las uniones se establecen. No obstante, existen algunas señales que demuestran que la pasión se encuentra pasando por un mal momento:

•1.- Mucho tiempo dedicado al chat. Esto resulta aún más grave si tu pareja trabaja varias horas con la computadora, conectada a Internet, y cuando llega a casa sigue conversando, a través del messenger, con los contactos que figuran en su lista. Si el chateo se realiza de a dos, es decir, si ambos están charlando con un amigo que vive lejos y se comunica a esa hora, está bien; pero si esta actividad es individual y repetitiva, constituye un signo de problemas.

•2.- No destinar ni un sólo día de la semana para salir a solas. Si siempre están rodeados de amigos, familiares o salen sin la pareja, ello indica un nivel de libertad apreciable, pero, si nunca se genera un espacio para encontrarse lejos del hogar, es difícil que puedan despegarse de la abrasadora cotidianeidad que debilita la pasión.

•3- Cenar con la TV. El momento de la cena es muy importante para volver a mirarse a los ojos, disfrutar de la voz del ser amado y planear juntos, aunque más no sea sobre lo que harán al día siguiente. Si pueden mantener el televisor apagado, mejor.

•4.- Reservar el contacto físico sólo para los encuentros sexuales. La ausencia de caricias, roces, masajes seductores y abrazos, que no constituyan un preludio del coito, sino una demostración de afecto sin otro interés que el de sentir la piel del otro, reduce el tiempo de contacto de la pareja. Para decirlo con una frase coloquial, cuanto menos se toquen, menos se seguirán tocando, hasta que lleguen al punto en que pasen varios días sin gozar de ningún acercamiento. Los matrimonios que no experimentan el contacto mutuo de su piel, reducirán sus encuentros pasionales al mínimo.

Las quejas más frecuentes y sus soluciones

«La verdad, yo entiendo todos los consejos sobre cómo aumentar la pasión, pero a veces siento que se precisa mucho tiempo para llevarlos a cabo. Mi pareja y yo trabajamos muchas horas por día y, cuando llegamos a casa, cenamos y nos sentimos tan agotados que no podemos pensar en tener un encuentro sexual. Nuestra frecuencia se ha reducido mucho desde que nos conocimos».

Aquí existen varios problemas: la falta de tiempo, el estrés y la sensación de que se perciben más lejos uno del otro. Las posibles salidas de este problema pueden orientarse hacia una suerte de reemplazos simbólicos: no cuesta nada dormirse con un abrazo, mandarse correos electrónicos o mensajes de texto excitantes o seductores o renovar ciertas prácticas de la cena en pareja: encender velas, comer desnudos después de bañarse o acariciarse más, en cualquier momento del día. Así, aunque sólo tengan relaciones sexuales los fines de semana, estarán lo suficientemente estimulados e incentivados como para reencontrarse con mayor pasión.

«Siento que, desde hace un tiempo, nuestras relaciones sexuales son las mismas; paso por paso, desarrollamos las mismas tácticas, nos besamos en los mismos lugares, y los dos sabemos cómo será la próxima caricia o el movimiento que sigue. Eso me desmotiva cada vez más».

Como a veces es difícil decirle al otro que se transformó en un ser rutinario para el amor, lo mejor será animarlo a cambiar a partir del ejemplo. Una posible solución será buscar otros lugares para el encuentro, otros horarios, otros comienzos, elevando el tiempo del juego previo —y retrasando el momento del coito propiamente dicho— para que ambos ejerciten su creatividad y se dediquen a deleitar al otro con caricias, besos, masajes, etc. Es interesante que logres cumplir la función de guía para tu pareja y le muestres en qué lugares te gusta que te estimulen, a la vez que puedas proponerle que te diga en qué zonas y de qué maneras quiere recibir el «agasajo».

«Cuando estábamos de novios, cada vez que nos veíamos hacíamos el amor. Ahora que vivimos juntos, la cantidad de encuentros es menor, y tengo miedo de que la vida cotidiana ahogue nuestra pasión. ¿Será verdad que la convivencia es el antídoto contra el amor?».

Bueno, la idea es refutar, desde la práctica, las máximas de los escépticos acerca de la vida en pareja, pero es cierto que la rutina cotidiana afecta los arranques pasionales. La sensación de que no tiene por qué ser hoy, justo ahora, el momento del sexo, debido a que mañana también estarán juntos, es una de las principales causas de que la intimidad —y todas sus posibilidades— se resienta. Además, hay que tener en cuenta otros factores importantes: las obligaciones de todos los días, y la mayor amplitud de temas de pelea: el arreglo de la casa, los planes en común y los desacuerdos en el estilo de vida. Como consejo, se pueden repetir aquellas salidas de fin de semana en pareja, y regresar al hogar como si no estuvieran viviendo ambos allí, dispuestos a la entrega erótica. Si no, hay que tener en cuenta la premisa principal de toda unión amorosa: el diálogo. Comunicarle al otro las inquietudes y miedos que los amenazan, servirá para conocer la opinión que tiene sobre estos temas y para pensar, juntos en las formas de destruir el aburrimiento.

Los mitos que conspiran contra la pasión

Cada tipo de amor, cada edad del vínculo, posee ciertas ideas típicas que afectan el voltaje pasional de la pareja y provocan peleas y alejamientos. Algunas de esas frases destructivas y mentirosas son:

•1.- «Si no me llama varias veces por día no me quiere».

Falso: los integrantes de una pareja necesitan pasar tiempo sin el otro para vivir el reencuentro de una manera renovada y entusiasta. No podrías vivir «pegado» a nadie, ni siquiera a tu mejor amigo, ¿por qué insistir en adherirse a la pareja?

•2.- «Me deja hacer muchas actividades individuales, sin participar; ¡ya no me ama!».

Falso: para muchas personas, una correcta demostración del amor es la libertad; el problema surge cuando se forman parejas en la que una de las partes es una persona posesiva y celosa, que no entiende el modo de actuar del otro, y lo agobia, a su vez, con preguntas, dudas y temores. Por lo general, estas uniones no duran mucho tiempo, pero como existen excepciones, lo mejor es dialogar, establecer una medida para las individualidades y comunicar estos miedos a la pareja. Si el canal comunicativo funciona, ambos podrán disfrutar de sus proyectos personales junto al otro, y se sentirán mucho más aliviados.

•3.- «La pornografía únicamente sirve cuando un hombre está solo; si aún elige los filmes y las revistas XXX cuando estamos juntos, es que ya no le gusto».

Falso: esta es una típica crítica femenina a las aficiones de los hombres, las que se mantienen desde la más tierna adolescencia. Los gustos personales, tales como el disfrute de la pornografía, son comunes y normales siempre y cuando transcurran en una medida y calidad lógicos, es decir, si responden a parámetros del sentido común. Si tu pareja disfruta, en ocasiones, de una película pornográfica o erótica, y los contenidos sexuales que allí se muestran no son perversos ni ilegales, sólo se trata de una forma más de estimulación, de la que no estás necesariamente excluida. Si en lugar de criticar optas por incorporarte a esa práctica visual, es posible que ambos encuentren nuevos aditamentos para su vida íntima.

•4.- «Mmmmh, está conmigo pero no abandonó a sus amigos (varones), y tiene muy buen trato con sus compañeros de oficina. Seguro que me es infiel».

Falso: el ego masculino se siente agraviado cuando la mujer, objeto de su amor, desarrolla una relación amistosa o profesional con hombres. Se trata de un miedo machista y con ansias de generalizar que, por supuesto, no posee ningún fundamento teórico. En algunos casos, una mujer puede ser infiel a su pareja con un hombre que no pertenece a su círculo de amigos ni de trabajo. En otros, es evidente que respeta a su pareja toda la vida, aun cuando disfruta de la compañía de personas agradables del sexo opuesto. Las peleas y escenas de celos que desencadena este mito, desgastan la vida en común y la sumen en discusiones tan repetitivas como interminables.

•5.- «Las parejas que se quieren no necesitan masturbarse, porque canalizan su pasión en el encuentro con el otro».

Falso: tal como lo confirman todos los especialistas en sexología y psicología, masturbarse es una conducta natural y espontánea del ser humano, que no se vincula con el grado de amor que manifieste hacia su pareja. Esta forma de opinar, clásica en muchas mujeres, olvida que la masturbación femenina también existe, pero que por mandatos culturales se ha vuelto menos difundida. Si bien los hombres se autosatisfacen con mayor frecuencia que las mujeres, en ambos casos constituye una conducta normal y esperable, y no tiene nada que ver con el compromiso o fidelidad que se mantenga en la pareja. Asimismo, el acto de masturbarse no afecta el nivel pasional que se ponga en la relación íntima.

Cómo mantener la pasión en la pareja

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