Читать книгу Viaje al mar - Andrea Braverman - Страница 6

Оглавление

Qué podía saber del mar el Petiso, si nunca se había alejado demasiado de su Caimancito natal ni del cuarto despintado donde vivía con su mamá.

Qué podía saber él de la espuma salada en la orilla, si solo había tocado la arena de la placita, que parece talco húmedo meado por los perros.

No, el Petiso no sabía nada del mar ni de las vacaciones ni de las reposeras ni de los protectores solares, aunque todo eso lo veía en la computadora de Blas, cuando se la prestaba.

Tampoco sabía del descanso en los veranos largos, ni del aburrimiento en la siesta, porque cuando no había escuela caminaba el día entero buscando cartón para ganar unos billetes. Eso sí, el Petiso decía que era pobre pero con suerte: no sabía del hambre ni de la falta de cariño, porque su mamá siempre lo esperaba con un plato caliente y un beso tierno. “Sos mi bendición, nunca te olvides”, solía decirle la mamá cuando le emprolijaba el flequillo y lo mandaba a la escuela. Y la verdad es que el Petiso nunca se olvidó, en especial el día en que una muerte y una revelación lo llevaron a emprender un viaje hacia el mar con su bolso al hombro y el corazón aturdido.

Y ese es el día preciso en que comenzó la historia que voy a contar.

Viaje al mar

Подняться наверх