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La Visión del Emprendedor - Historia Personal

Por allá, un poco antes de los 70, mis padres iniciaron un emprendimiento pequeño y auspicioso que con el correr de los años fue creciendo y fue haciéndose un tanto inmanejable.

Teníamos una fábrica de soda ( agua con gas ) con una gran capacidad de producción y muchísimos clientes. Con el tiempo, como sucede con casi todos las empresas familiares, se fue desgastando. Si bien estuvo en auge en mi país durante décadas, con el advenimiento de ciertas gaseosas, consumir soda se fue haciendo una costumbre reemplazable.

A los 22 años me gradué en algo y decidí aventurarme a viajar sola, a Europa, para estudiar. Ya conocía Europa, había vivido en Grecia cuando era niña. De todo viaje uno aprende mucho, se “abre” la cabeza, se nutre; la visión y la mente se amplifican, la curiosidad se expande, se renueva el aire y se alegra el espíritu.

Me asenté en Inglaterra. Allí aprendí muchísimo, no sólo del curso sobre tecnologías aplicadas a la enseñanza del idioma inglés que tomé en una imponente universidad en la costa, al sur de Londres; sino también del mundo, de la vida, de la gente y la cultura y de mí ; de todo.

Por esas maravillosas sincronías que nos acercan a lo que uno necesita para experimentar la vida, así de golpe y sin buscarlo, llegó a mis manos una botella de la famosa agua francesa de la letra “E”. En ese momento se disparó mi curiosidad por el consumo de agua en botella y todo lo que involucraba a ese producto. Interesarme por eso, quizá era mi manera de no extrañar tanto, de pensar en mi familia y en la fábrica en Argentina y así sentirlos cerca. Además, algo dentro mío me decía que debía abrir mis ojos a eso y observarlo de cerca.

Luego de unos meses, volví a Bs AS y me recibieron con la triste noticia que el tan amado emprendimiento familiar se estaba “muriendo”. Justo ahí fue que entendí el motivo de aquel interés mío por observar puntillosamente esa simple y diminuta botella de agua.

Algo dentro mío me impulsó a expresarme y actuar, a revelar lo que había visto. Entonces le conté en confidencia a mi padre ese contacto que tuve con el agua francesa en los stands de los súper mercados europeos y restaurantes. Con mucho entusiasmo le explicaba los diferentes tipos de aguas y envases que había y todo lo que recordaba.Y le insistí, con bastante vigor, que creía que podría revivir a nuestra fábrica con la inclusión de ese nuevo producto.

El Renacimiento de un Emprendedor

Solía andar mucho con mi padre, caminábamos bastante juntos y aún a mi corta edad y siendo mujer, yo estaba al tanto de todo el funcionamiento de su fábrica: de la producción, resultados, clientes, proveedores, finanzas, inversiones y demás cuestiones que hacían a la empresa. A cada instante mi padre me preguntaba cosas de la marca francesa, de las formas y materiales de las botellas que había visto, de los sabores de agua y cosas así.

Él tenía buena escucha: en atento silencio copiaba y registraba, mis relatos de aquellas bellísimas tierras lejanas y a pesar de que le tomó casi dos años hacer acopio de datos (y de fuerza), de averiguar y diseñar algo en su cabeza, de ponerlo en la palestra y “pintar su obra”, se podía notar que mi entusiasmo y visión estaban despertando su propio poder de visionar, inspirando sus acciones. Se hacía evidente que algo estaba naciendo en él.

“Si miras bien, la mayoría de éxitos tomaron mucho trabajo.”

Steve Jobs

En el año 1988 y a sus casi 60 años, fui testigo de su transformación la cual pasó de abulia a entusiasmo. Me alegraba profundamente ver que estaba proyectando algo que le inyectaba energía nueva, le generaba dosis extras de creatividad y un motivo para re-gestarse así mismo en un nuevo proyecto, no muy diferente a lo que ya hacía, pero con un futuro más promisorio en el mundo de la comercialización de agua pura, nada más ni nada menos si consideramos que en estos tiempos está muy en auge.

Su entusiasmo era mi entusiasmo, nos retroalimentábamos maravillosamente.Esa es la magia de las almas afines con un proyecto en común, querido lector.

Un asunto aparte era tratar esta novedad con los familiares que también administraban la fábrica. Ellos siempre se mostraban absoluta y enérgicamente en contra de mis “ideas importadas.” Veían que la fábrica se moría, pero aún así estaban paralizados; pensaban en el futuro con bastante desánimo y muchísima negatividad.

La marcada resistencia que oponían dos miembros directos de mi familia era constante y tiránica. Dos líderes disidentes en plena contienda contra dos líderes pro-activos dispuestos a darle una oportunidad a la vida, al PODER CREADOR.

Muy probablemente, otra persona se hubiera sentido invadida por dudas y desaliento ante ese tipo de bloqueo. No mi padre. No yo. Y si bien al principio él rumiaba mucho, creo que le ayudó a avanzar su sangre helénica. Venció la oportunidad, la pasión por emprender, por levantarse en contra de los saboteadores y ofrecerles luz. Esa luz que enciende a todas las buenas ideas, que les confiere el combustible necesario para arrancar o empezar de nuevo otro capítulo.

Hasta que llegó el milagroso día en que todos vimos a mi padre llevando algo en sus manos e ingresar a su oficina con el mismo orgullo con el que se sostiene un trofeo. Era el primer bidón plástico de agua de 2 litros, único en el país. Mi corazón estallaba de amor!

Esa inclusión, al principio tan negada y resistida por muchos fue transformando paulatinamente una fábrica de soda en una embotelladora de agua y así nos fuimos acomodando y salvando como emprendimiento y como familia.

Hubo mucha discusión, algunas lágrimas de mi parte y muchísima batalla la cual se calentaba por medio de frases casi insultantes como: “metete en tus cosas” ,“ Vos sos profesora de inglés”, “Las mujeres se callan”. “Las mujeres no sirven para los negocios”,etc.

A pesar de tanto freno y palos en la rueda, este pequeño gran salto cuántico generó toda una transformación y una feliz apertura comercial porque la embotelladora aún perdura y sigue en pie después de 5 décadas. Una eternidad, si pensamos que los emprendimientos de hoy duran 5 años, en promedio.

Como dije, hace un tiempo corto que mi padre no está físicamente con nosotros. Su muerte fue como un trágico tsunami para mí.Él y yo éramos almas afines. Sin embargo, con el correr del tiempo, siento que tiene un plan y que éste se hace notar como se hace notar su ayuda para llevarlo a cabo.

Su eterna y luminosa presencia está cerca de mí siempre y junto a mi espíritu emprendedor me impulsan a seguir con proyectos propios y los que me invitan a insistir en mi misión.

Una vez que pude comprender el sentido de su vida y de su alejamiento físico y llego a comprender mi propio sendero, sé que vuelvo a tomar las riendas de mi PODER CREADOR, haciéndome eco de las necesidades de mi alma y de abrirle el camino a mi propia misión que, en algún sentido, es, la misión de mi padre que viajó desde Grecia a Argentina para algo y que me gestó a mí para algo también.

En algún sentido él siempre me acompaña y se gratifica conmigo por estas líneas desde el día en que me senté decidida a emprender el viaje que me lleve desde las primeras letras de este libro hacia tu corazón, mi estimado leedor.

La Enseñanza en esta Historia

Te he contado una pequeña historia en relación a mi primer emprendimiento a modo de mostrarte que siempre se presentan varias aristas en el arte de emprender y en la vida de un emprendedor. Este es un testimonio verídico y concreto que quizás podría ser tomado como ejemplo.

Por un lado, esto demuestra que los seres humanos estamos innatamente capacitados para muchas cosas más de las que creemos, entre ellas para crear nuestro destino si estamos abiertos a aprender y a confiar que el desorden, el caos y las crisis son generadores de cambios que son necesarios para transformarnos y crecer. Crisis significa crecimiento en griego.

Por otro lado, hay algo que nos inspira e impulsa, nos oxigena y nos permite descubrir otro panorama de realidades de las que también podemos aprender y me refiero a viajar o vivir fuera de tu entorno cotidiano.

En el mundo de toda persona, y específicamente de la persona que emprende, el viajar aporta el surgimiento de nuevas ideas y es un combustible que promueve nuevas acciones que nos impulsan a AVANZAR, como sucedió en mi historia de vida. Esa es la acción clave: avanzar.No estancarse. Fluir como el agua.

Podemos experimentar “sacudones” en la vida personal y laboral. Mientras se producen esos movimientos, debemos ir tomando decisiones y asumir la responsabilidad de permitir que algo subsista y perdure, quizá transformado. Pero también podemos dar lugar al nacimiento de algo nuevo.

Hoy me pregunto qué hubiera sido de mi familia si no hubiera traído una nueva idea, si no hubiese compartido mi experiencia en Europa y qué hubiera sucedido con ese desafío, si nunca lo hubieran aceptado.

TOMAMOS DECISIONES A CADA INSTANTE, TODOS LOS DÍAS y siempre habrá gente que se resista a las nuevas ideas, siempre. Ésta es una constante que hay que detectar y superar como sea. Los saboteadores, los disidentes, los líderes negativos aparecen siempre, son como los antihéroes de las películas.

Sin embargo, a pesar de su aparente calidad de “enemigos”, tienen un fin específico dentro del entramado que conforma nuestra vida personal o profesional, cumpliendo una función importante: nos prueban, son nuestros maestros. Su intervención nos fuerza a demostrar y demostrarnos cuan seguros estamos del camino que deseamos tomar. Pero si estamos convencidos del paso a seguir, no debemos permitir que tiren abajo nuestros sueños, como tampoco debemos permitirnos ser nuestros propios saboteadores!

Hoy por hoy, la embotelladora que gestamos con mi padre es un negocio rentable y aunque en pausado crecimiento, dadas las condiciones económicas que atraviesa mi país, está logrando “alimentar” a tres familias. Algunos de sus miembros siguen actuando como saboteadores netos que no aportan demasiado a que esté mejor posicionada. Por otro lado, el presente contexto socio- económico y financiero dista de ser el ideal, agregándose a todo ello que el número de competidores ha crecido. Pese a eso, pareciera que la energía inicial que le ha dado vida, sigue sustentándola aún hoy y la protege colaborando así a que siga estando en pie, a pesar de todo.

El emprendedor omnisciente

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