Читать книгу Resumen del libro "El efecto Checklist" - Atul Gawande - Страница 4
El problema de la complejidad extrema
ОглавлениеRescatar a una persona ahogada no se parece en nada a lo que vemos en la televisión, donde unas cuantas compresiones torácicas y alguna respiración boca a boca siempre parecen devolver la vida, entre toses y expectoraciones, a alguien que tiene los pulmones llenos de agua y el corazón parado. Para hacerlo de verdad se necesita un montón de gente que ejecute con precisión miles de pasos: colocar los tubos de la bomba corazón-pulmón, mantener limpias y esterilizadas las vías, el pecho abierto, los fluidos del cerebro expuestos y, además, mantener encendida y en funcionamiento una batería de máquinas temperamentales. El grado de dificultad que entraña cualquiera de estos pasos es considerable. A eso hay que añadirle la dificultad de orquestarlos en la secuencia correcta, sin olvidar nada, y la dificultad añadida que conlleva hacer un lugar a la improvisación que no sea demasiado grande.
Por cada persona que se consigue rescatar del ahogamiento, hay otras tantas que no se salvan porque las máquinas se pueden averiar, el equipo puede no lograr ponerse en marcha con suficiente rapidez, alguien se olvida de lavarse las manos y se produce una infección, etc. La medicina se ha convertido en el arte de manejar la complejidad extrema y en un experimento para comprobar si los seres humanos podemos dominar realmente semejante complejidad.
La última edición de la clasificación internacional de enfermedades realizada por la Organización Mundial de la Salud distingue más de trece mil enfermedades, síndromes y tipos de lesión. Y para casi todas ellas existe algún tipo de respuesta; si no podemos curar la enfermedad, por lo menos somos capaces de reducir sus daños y el sufrimiento que causa. No obstante, los pasos que hay que dar para lograrlo son siempre diferentes y casi nunca sencillos. En la actualidad, los médicos tienen a su disposición más de seis mil fármacos y más de cuatro mil procedimientos médicos y quirúrgicos, cada uno con sus requisitos, riesgos y consideraciones diferentes. Son muchas cosas para tener en cuenta y aplicar correctamente.
El rompecabezas fundamental de la atención médica contemporánea es tener un paciente desesperadamente enfermo y que haya que tener los conocimientos claros y asegurarse de que las ciento setenta y pico tareas cotidianas que vienen a continuación se hagan correctamente para poder salvarlo. Es una complejidad detrás de otra y hasta especializarse comienza a parecer inadecuado.
La respuesta de la profesión médica a esta complejidad ha sido pasar de la especialización a la superespecializacion. Los médicos se toman el tiempo de practicar y practicar en una sola dirección hasta que son capaces de hacerlo mejor que cualquier otra persona. Las dos ventajas principales que tienen sobre los especialistas comunes son un mayor conocimiento sobre los detalles importantes y una habilidad adquirida para manejar la complejidad de esa especialidad. Sin embargo, el grado de complejidad sigue aumentando y tanto para la medicina como para las otras disciplinas se ha complicado hasta tal punto que resulta imposible, hasta para los médicos más superespecializados, evitar los errores.
El desafío es el siguiente: ¿qué hacemos cuando no basta con ser un experto?, ¿qué hacemos cuando hasta los superespecialistas fracasan?