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El amor sacrifica

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No solo él vino por nosotros, sino que se sacrificó por nosotros. Juan explicó que Dios, “nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados” (1 Jn. 4:10). La palabra propiciación conlleva la imagen del templo en el Antiguo Testamento. Un cordero inocente era sacrificado a fin de cubrir la culpa del pueblo. Aquí Juan declaró que la muerte de Jesús en la cruz cumplió esa imagen del Antiguo Testamento.

En mis conversaciones con gente de todo tipo de procedencias y experiencias, he percibido más de que ellos no son lo que deberían ser. Incluso las personas menos religiosas que he conocido sienten que hay algo malo con ellos. Sienten un peso. Una culpa. La pregunta entonces es, “¿cómo puedo sentirme bien? ¿Cómo me siento en armonía con el universo? ¿Con Dios? ¿Conmigo mismo?”

Juan declaró que Jesús cargó nuestra culpa, cubrió nuestros defectos y pagó por ellos. Él los resolvió. Él abrió el camino para que tengamos paz con Dios. El amor de Dios lo impulsó para sacrificar todo de si para que pudiéramos ser plenamente lo que estábamos destinados a ser bajo Dios. Muchas personas se preguntan que ellos deben hacer para sentirse bien. Aquí Juan declaró que Jesús lo hizo por nosotros. El peso de su pecado y vergüenza no debe hundirlo hacia la tumba. Jesús llevó por nosotros la culpa y vergüenza de usted y de mí a la tumba, y los venció porque eso es lo que él ama hacer.

A inicios de mis 20 años tuve un compañero que era meticuloso con sus finanzas. Él guardaba cada recibo. Él controlaba al detalle sus patrones de gastos con hojas de cálculo. Honestamente, yo nunca había visto nada igual para alguien menor de cuarenta años. Aproximadamente al mismo tiempo él se enamoró de una muchacha joven, y la perspectiva de matrimonio estaba en un no muy lejano futuro. Había sólo un problema: a través de hábitos de consumo irresponsable en la universidad, ella había acumulado una montaña de deudas en tarjetas de crédito. Podría decir que la vergüenza amenazó con extinguir toda la emoción del compromiso potencial para ella. ¿Cómo podría llevar semejante carga a una relación? ¿Cómo podría pedir a alguien que asumiera la responsabilidad de pagar toda esta deuda que es el resultado directo de las malas decisiones que he tomado? Ella también tenía una situación familiar difícil. Como, por lo difícil necesitaremos contratar al agente de seguridad durante la boda. A ella, le parecía demasiado pedir que alguien asumiera su deuda. Miré a mi compañero de cuarto calcular el costo: eso devastaría su calificación de crédito. Tomaría años para poder pagar. Requeriría navegar por asuntos familiares complicados, potencialmente por el resto de sus vidas. Pero entonces lo vi considerar a esta muchacha. Y recuerdo verlo tomar la decisión: Quiero estar con ella. Y si tengo que pagar un costo elevado, con mucho gusto lo pagaré. Él nunca sacó a resaltar la cuenta o tampoco recordó a ella de la deuda. Sólo estaba parado en ese altar, radiante el día de su boda. Con mucho gusto pagando el costo de estar con su amada. Porque eso es lo que hace el amor. ¡El amor sacrifica!

¿Cómo sabe usted que es amado/a por Dios? Jesucristo dejó el cielo. Puso a un lado su prestigio. Renunció a todas las comodidades. Vivió la vida de un hombre pobre. Tomó la forma de un siervo. Y después sacrificó su vida para que pudiéramos ser perdonados, purificados y traídos a la familia de Dios. Jesús mismo declaró: “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos” (Jn. 15:13). ¡Y eso es exactamente lo que él hizo! Nada más hay que él pueda dar.

En el año 2016 Sally Monsoor había bautizado al destructor más grande, más sofisticado en la marina de guerra de los Estados Unidos. El buque de 610 pies, 15 mil toneladas fue nombrado el USS Monsoor, en honor de su hijo, Michael. Diez años antes, Michael Monsoor un integrante de la armada especial de los Estados Unidos tuvo la tarea de erradicar a los combatientes enemigos de Ramadi, Irak. Mientras estaba en una posición de francotirador juntamente con otros dos integrantes de la armada especial, una granada fue lanzada repentinamente en medio de ellos. Sin dudarlo, Michael saltó sobre la granada, absorbiendo la explosión y, con ello, salvando a sus compañeros de equipo. Cuando el Presidente Bush le otorgó la medalla de Honor póstumo, un compañero durante el discurso dijo: “Mikey miró a la muerte en la cara ese día, y dijo: ‘No tomarás a mis hermanos, iré yo en lugar de ellos”2.

El amor aceptado se convierte en amor extendido.

Por esta razón el gobierno de los Estados Unidos le entregó el honor más alto, y la armada especial quiere navegar en un barco grabado con su nombre. Porque él pagó el sacrificio póstumo. Y lo hizo por amor.

Ahora, déjeme hacerle una pregunta seria: los hombres en esa azotea juntamente con Michael ese día, ¿cree usted si alguna vez ellos se preguntan si importaba o no a Michael la vida de ellos? ¿Cree usted que a veces se preguntan si Michael realmente les apreciaba? No creo. Su sacrificio silencia cualquier voz de duda en un momento. Él dio todo para que ellos puedan vivir. Esa es la última señal de amor.

Amigo, ¿se pregunta usted si Jesús le ama? ¿Se pregunta usted si el cielo sonríe o frunce el ceño contra usted? Mire a la cruz. Vea a Jesús mismo exponiéndose al peligro a favor de usted, absorbiendo las consecuencias fatales de nuestro pecado y la vergüenza para que pudiéramos vivir. Usted es amado/a. Si confía su vida al Hijo de Dios, entonces el cielo le sonríe hoy y siempre. Usted vive bajo la misericordia de Dios, no bajo el juicio.

Soltería. Noviazgo. Compromiso. Matrimonio

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