Читать книгу Dirigir funerales centrados en el evangelio - Brian Croft - Страница 8
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EN OCASIONES LAS COSAS GRANDES vienen en paquetes pequeños. Sin duda alguna, este libro es un ejemplo de eso. Los ministros tienen dos oportunidades únicas para compartir el evangelio: cuando hay una boda, y cuando hay un funeral. La primera es casi siempre un momento feliz en el que se reúnen familiares y amigos. Sin embargo, la segunda oportunidad es un momento que tiene una mezcla de emociones y sentimientos diferentes. Evidentemente, la tristeza es algo que siempre está presente. El evangelio tiene un lugar apropiado en cada una de esas oportunidades, pero resulta ser mucho más necesario cuando somos confrontados con la muerte de alguien más y con la realidad de nuestra propia mortalidad. Las personas necesitan escuchar que hay esperanza en Cristo, que la muerte no es el final, que el pecado no tiene la última palabra. Con sabiduría y preparación cuidadosa, el ministro fiel debe ser capaz de señalarle a aquellos que están frente a él que la salvación sólo puede ser encontrada en Jesucristo. Debe llevarlos hacia una cruz sangrienta y hacia una tumba vacía. Debe predicarles la buena noticia del evangelio.
Y el objetivo de este libro es aclarar cuál es la manera correcta para hacer eso, y en ese sentido, Brian Croft y Phil Newton han logrado su cometido. Esta pequeña obra es pastoralmente rica, teológicamente fiel, y prácticamente útil. Es un libro que debería ser usado en institutos bíblicos y en seminarios, y debería estar en el librero de cada ministro que, como dijo John Baxter, predica como un hombre mortal que le habla a hombres mortales. Brian y Phil nos muestran cómo podemos ministrar a los que están heridos, a medida que les señalamos la victoria que tenemos en Cristo. Durante los tiempos de aflicción y tristeza, las personas necesitan escuchar acerca de Dios. Necesitan escuchar el evangelio.
Los funerales nos proveen de una rara oportunidad para hablarles de la verdad bíblica a muchas personas que nunca han leído la Biblia, que difícilmente asisten a la iglesia, o que hacen todo lo posible por evitar los asuntos espirituales. No debemos perdernos esta gran oportunidad que se nos ha dado como pastores y evangelistas. Este libro es un maravilloso regalo para el cuerpo de Cristo, que nos ayudará a honrar fielmente ambos llamados. Espero que tenga una amplia distribución. Me alegra poder darle mi más sincera recomendación.
Daniel L. Akin, presidente del Southeastern Baptist Theological Seminary, en Wake Forest, Carolina del Norte